Sasuke retrocedió unos pasos, apartándose de Naruto y sacudiendo la cabeza. Una risa sarcástica se escapó de sus labios al tiempo que cruzaba los brazos sobre su pecho a la defensiva.
—¿Y se supone que debo creerme todo eso así nada más? ¿Confiar ciegamente en alguien que hasta hace poco juraba cortarme el cuello sin dudarlo? No me hagas reír...—espetó mordaz, su expresión tornándose suspicaz.
Naruto enarcó una ceja, claramente desconcertado ante el abrupto cambio en su actitud.
—Sasuke, sé que esto debe resultarte impactante, pero...
—¡No tienes idea de lo impactante que es! —estalló Sasuke, su frustración aflorando de golpe ante la expresión estupefacta de Naruto—. Mi vida ha sido todo menos la de un aristócrata mimado. He sobrevivido diez malditos años en las calles, crecí en las calles, robando y suplicando por sobrevivir un día más. He sido golpeado, escupido y pateado como un perro sarnoso. Tengo más cicatrices que recuerdos felices. Así que discúlpame si encuentro bastante difícil de creer que de pronto resulta que soy el heredero perdido de algún clan extinto del que jamás había oído hablar ¡No puedes esperar que me lo trague así sin más!
Sasuke comenzó a pasearse de un lado a otro como una fiera enjaulada, incapaz de mantenerse tranquilo. Las palabras se agolpaban en su garganta en un torrente incontenible.
—¿Y ahora de repente resulta que tengo información invaluable capaz de derrocar al mismísimo Emperador? Suena como un mal chiste —Los ojos de Sasuke llamearon con una intensidad abrasadora. Avanzó un paso hacia Naruto, encarándolo sin intimidarse—. Así que discúlpame si no salto de alegría y me uno gustoso a tu pequeña cruzada. No tengo razones para creerte o ayudarte en nada. Mi lealtad no está en venta al mejor postor.
Ante esto, la expresión herida de Naruto se tornó sombría. Sus facciones se endurecieron, toda calidez desapareciendo de sus ojos ahora fríos como témpanos de hielo.
—No estoy ofreciendo comprar tu lealtad, sólo estoy tratando de mostrarte la verdad para que comprendas que esto es más grande que tú o que yo —aseguró con voz helada—. Lamento que hayas tenido una vida difícil, de haber sabido de tu existencia te habría buscado hace años. Pero eso ya no importa, lo que importa ahora es sacar a la luz los crímenes de ese monstruo y evitar que siga destruyendo vidas inocentes.
Los ojos de Naruto resplandecían con intensidad febril, su determinación era casi palpable.
—Sé que suena una locura y no tengo cómo probarte mis palabras ahora, pero puedo conseguir pruebas que corroboren mi historia. Sólo necesito tiempo. Mientras tanto, te pido que reserves tu juicio hasta tener todos los datos.
Hizo una pausa, su semblante tornándose pensativo. Finalmente soltó un suspiro resignado y encaró a Sasuke con actitud conciliadora.
—Mira, es obvio que empezamos esto con el pie izquierdo. No espero que confíes en mí de buenas a primeras después de cómo te traté, pero al menos dame una oportunidad de explicarme apropiadamente antes de rechazar mi propuesta por completo. ¿Aceptarías eso al menos?
Sasuke vaciló. Una parte suya quería escupir un rotundo "no" en su cara y alejarse de toda esa insensatez de una vez. Pero la sinceridad en los ojos del rubio lo detuvo. Por alguna razón sentía que Naruto realmente creía en esa improbable historia, por descabellada que sonara, y su instinto le decía que valía la pena escucharlo.
—Está bien. Habla. Pero más te vale que sea bueno porque mi paciencia tiene un límite —aceptó Sasuke de mala gana.
Naruto asintió, aliviado ante esa pequeña concesión. Le hizo un gesto para que tomara asiento nuevamente mientras él hacía lo propio en la cama. Se tomó unos instantes para ordenar sus ideas antes de comenzar con su explicación:
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Destino Fragmentado. Sasunaru
FanficEl Imperio del Fuego ha tejido una trama de asesinatos expertos que se ha cobrado las vidas de aquellos más cercanos a la corona. Sin importar la posición elevada que ostenten, sus destinos convergen en la muerte inevitable, mientras sus oscuros act...