Capítulo 6

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Las huellas de sus pasos quedan marcadas en la húmeda tierra de aquel camino, después de una descontrolada tormenta que mantiene a todos refugiados en sus calurosos hogares. Él solo mira con indiferencia como algunos árboles se encontraban doblados y otros tumbados en suelo, a consecuencia de la tormenta. Su mente le proyectó una imagen de sí mismo en las mismas condiciones, o quizás en peores circunstancias, cortes en la mayor parte de su cuerpo, y en donde había heridas profundas, ahora solo quedan cicatrices por contar.

Había pasado más de ocho años en aquella prisión de piedra, en donde la luz no alcanzaba y las torturas eran incontables. En algún momento pensó que todo se acabaría y jamás lograría ver algo parte de esa oscuridad que lo rodeaba, y le hacía compañía. Pero, ahora que se encontraba fuera de la que llamó su segundo hogar, sentía que no pertenecía a ese mundo. Se lograba sentir como si todo hubiese avanzado y fuese él el único estancado en el tiempo. Un entorno que ahora lo rodeaba, le resultaba desconocido, muy diferente a lo que él recordaba de su juventud como vándalo.

Una sola oportunidad le fue entregada por compasión del destino, sin embargo, a los ojos de los demás, el asesino de sangre fría, Naruto Uzumaki, había muerto. Por la seguridad de los demás y por el bien de él mismo, si quería descubrir la verdad sobre lo que rodeaba su encarcelamiento.

Debía de sentirse agradecido, solo que no lo lograba o simplemente desechaba ese sentimiento. Solo mantenía uno dentro de su pecho, la venganza.

Por ello debía sostener un nombre en clave y permanecer en la oscuridad hasta que logren darle su merecida libertad, y según la única persona en la que él confiaba, aquello podía acercarlo más rápido a la verdad. Una verdad que parecía que todos desconociera, y olvidaban a la fuerza.

Para Naruto la segunda opción era la más viable.

Se recostó en una gran roca, dejando que aquel astro lunar fuera su última imagen al descansar.

Cuando el cansancio venció su cuerpo, un escenario algo borroso se crea en su mente, sabe que está corriendo por su agitada respiración, y mientras lo hace, no deja de agitar su mano a diferentes direcciones, gritos de ruego llegan a sus oídos, lamentos tortuosos y el sonido de lo que parece algo siendo consumido por el fuego, empezó a torturarlo, una risa burlona en la lejanía detiene su carrera, alguien le habló, su tono era suave, pero el tacto de esa persona era tembloroso. No supo descifrarlo. Algo cae de sus manos, entonces su vista se cubre de rojo.

Sintió un toque en su hombro y alguien llamándolo con un tono burlón, logró despertarlo con el ceño fruncido, extrañado, sintiendo la agitación en su pecho, y lo rápido que su corazón latía. No recordaba nada como le era costumbre después de un agitado despertar. Entonces, frente a él se hallaba el beta que había capturado. Su máscara no había sido movida, por lo menos eso lo había respectado.

Sasuke, Sasuke.

Un nombre que se enlazaba a algo, y una mirada desgatada por la vida. Distinto de quien conocía con esos mismos ojos, en donde el fuego ardía en ellos, junto a los cadáveres rodeados bajo sus pies.

Naruto apretó los puños. Había llegado hasta allí, y debía de seguir cumpliendo con lo había deseado. Que él, estuviera a su lado, no cambiaría el destino que decidió desde que salió de allí. No dejaría que la similitud entre ambos fuera a interrumpirlo.

"Es solo alguien extra" pensó, pasando la mano sobre la herida de su pierna, importándole poco el gruñido y las maldiciones que saltó al aire. A nivel de otros, Sasuke seguía siendo un principiante.

—Debemos seguir adelante. —le comunicó, incrementando la distancia. A pesar de su cojera, Sasuke no emitió palabra alguna, incorporándose con dignidad.

Destino Fragmentado. SasunaruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora