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Mina no supo la importancia de la presencia de su hermano hasta que este, junto a Siwon, hicieron un viaje de dos semanas a Tailandia para cerrar un trato.
¿Qué quería decir esto? Muy simple: Cero excusas para ver a Nayeon.
Tenía el número de la coreana pero no se atrevía a hablarle y es que, ¿qué podría decirle?
— Hola Nayeon, soy Mina, bueno, claro que sabes quién soy... a menos que no me tengas agregada... En ese caso olvida este mensaje. — Mina giró los ojos y eliminó el audio que había estado grabando en el chat vacío. — Qué patética sueno. — En cuanto miró el "en línea" su corazón se agitó y cerró la aplicación.
Se dejó caer sobre su cama completamente derrotada y resignada.
Apenas había pasado una semana y necesitaba ver a la coreana, ingenuamente creía que si dejaban de hablar por tanto tiempo la confianza que adoptaron se iría fácilmente.
Escuchó la puerta principal, su madre había llegado.
— ¡Mina! — Llamó Tiffany. — ¡Baja cariño, traje donas y pizza!
La japonesa arrugó la nariz, no le gustaba la pizza, no desde que comió una familiar junto a Chaeyoung y terminaron con terrible dolor de estómago.
Pero no podía ignorarla, había notado que esos momentos solo de madre e hija hacían feliz a Tiffany.
— ¡Voy!
Se obligó a levantarse, tomó de su mesita una liga y mientras bajaba las escaleras sujetaba su cabello en una alta coleta.
— Hola Mina, ya casi está la mesa lista.
Mina no podía explicar la felicidad y emoción que sintió al asomarse al comedor y encontrar a Nayeon acomodando los platos, vasos y cubiertos. Su sonrisa quizá fue muy obvia, sin embargo, la coreana le devolvió el gesto.
— Nayeon. Hola. — Tuvo que reaccionar rápido, acercándose a ella. — Déjame ayudarte.. ah, bueno... — Se sintió tonta al verla poner el último vaso. — Mejor no.
La mayor rió. — La intención es lo que cuenta.
No podía despegar su mirada de la mayor, lucía hermosa en su ropa de oficina. Al parecer Tiffany la había recogido en lugar de su hermano Jinyoung que, como dato extra, también actuaba como chófer de Nayeon al terminar el trabajo.
— No sabía que usabas gafas. — Comentó viendo ligeramente su reflejo en las lunas.
— Debo usarlas. — Nayeon hizo un mohín que derritió por completo a Mina. —Paso horas y horas frente a una pantalla. Seguro luzco fatal.
— Todo lo contrario.
— Le pedí que nos acompañara hoy. No te molesta, ¿verdad? — Tiffany llegaba de la cocina con las compras en mano.
— Claro que no. Nayeon siempre es bienvenida aquí.
— Sobretodo ahora. Yo extraño a tu padre y ella a Jinyoung. — Comentó mientras ponía en el centro de la mesa las cajas de pizza.
Eso último no le había gustado a Mina, su resplandeciente rostro cambió a una expresión un poco más seria y Nayeon lo notó de inmediato.
— Mmm... — La mayor entre las tres se llevó un dedo al mentón. — ¿Será que exageré con las pizzas?
— Un poco, señora. — Nayeon rió y se encogió de hombros.— Pero más para nosotras, ¿verdad, Mina? — Buscó un rostro más alegre, pero a cambio se ganó un simple asentimiento.
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↳ Dopamina┇ MinaYeon
FanfictionUn matrimonio "feliz" compuesto por tres personas. La verdadera felicidad que Mina necesitaba no era la que cada semana se inyectaba. (+) advertencia: » Esta historia contiene lenguaje vulgar, escenas violentas y una relación más que tóxica. Si er...