Marinette se muda a Londres por razones personales. Mientras tanto, Félix ha vivido una vida, un poco alborotada. Depresión, soledad, frustración. Y un encuentro inesperado. Pero el amor es así, ¿no? ...Marinette, por lo tanto, deberá tomar decision...
"Desde Londres con amor" es un fic que siempre llevaré en mi corazón, es mi cuento más largo, el que más pensé, el que me costó muchísimo dar forma. Una idea recurrente por meses, un desasosiego cuando no lo tuve escrito. Una felicidad el verlo concluido. Gracias por leer, ya sea en fanfiction o en wattpad. Que la vida les sea buena, siempre.
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- "Llamamos a la ambulancia muy de tarde, ayer por la noche. Vino un médico a verlo. Lo examinó, revisó su expediente. Y dijo que esto era todo. Que ya era el momento. Le dio medicación y oxígeno para pasar la noche. Y hoy temprano, vinieron los de cuidados paliativos. Será hoy, mademoiselle Dupain-Cheng, o quizá mañana. Hemos tenido suerte. Usted se podrá despedir. Venga pronto, por favor."-
Hay llamadas telefónicas que parten tu vida en trocitos.
Otras, en cambio te dan alegría, como cuando escuchas la voz de tus padres después de algún tiempo.
Unas, son aburridas, como la de los agentes comerciales.
Pero la llamada que recibió Marinette, fue la peor de todas. A ella no se le había muerto nadie...aún. Así que no estaba preparada. ¿Quién está preparado para la muerte?
Ella miró el reloj del salón, eran las 9 y 20 de la mañana. Se preguntó qué hacer, trató de dar un paso o dos, pero no pudo. Sus rodillas se doblaron y cayó sentada. Puso sus manos sobre su rostro y gritó, al inicio sin voz. Como cuando te pillas los dedos en la puerta. Y luego, cuando el aire pudo pasar por sus cuerdas vocales, el sollozo fue triste y doloroso. Ella no lloraba así, nunca. Pero tampoco se le había muerto nadie antes, y ahora, se le moría Fu.
Estuvo así un buen rato hasta que Tikki le tocó el hombro y le dijo:
- Creo que él te está esperando, Marinette. Si no se ha ido ayer, seguro es porque quería despedirse de ti.- susurró la pequeña kwami.
Típico de Tikki, tan sabia y longeva. Marinette le agradeció con la mirada. Recogió los pedazos de su corazón, secó sus lágrimas, reunió documentación, algunas cosas, y se fue. Antes de irse, le avisó a Félix dónde encontrarla. Cuando él pudo conversar por teléfono con ella, Félix se enteró, por fin, de la verdadera razón por la que ella había llegado a Londres. Él siempre supo que había un motivo muy especial en esa mudanza tan rara y tan poco planificada, pero a él le vino genial conocerla, le había cambiado la vida, así que no se preocupó por esos detalles. Sin embargo, aparentemente, ese "abuelo" era alguien muy cercano a ella, por lo que cogió su violín, se cambió de traje y salió hacia la residencia de ancianos, para encontrarse con Marinette.
