Capítulo XIII: Premonición

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Estoy perdida, desorientada, estoy en medio de lo que fue una fiesta, miro al suelo y veo que mis zapatos negros están manchados de algo parecido a la sangre. Son zapatos de charol, elegantes y de tacón, son nuevos porque no los he visto antes. Pego un vistazo a mi vestido, y es un vestido de gala, negro también. No estoy cómoda, algo me pasa, me zumban los oídos, como cuando los aviones aterrizan intempestivamente.

No veo bien, trato de enfocar la vista en medio de toda la niebla que me rodea y entonces, entonces, tiemblo. Hay personas muertas a mi alrededor, rotas, en pedazos, las mesas y sillas están destrozadas y no hay rastro alguno de vida cerca. Me corrigo, sí la hay, a lo lejos, lejos de mi, veo a dos personas corriendo hacia la salida, desesperadas. Por sus ropas, presumo que son el novio y la novia, y al fijarme mejor, descubro con horror que es Félix quien esta huyendo. Huyendo de esta masacre. Arrastra a la novia con él, que ahora ya será su mujer. A ella no la conozco, no le he visto la cara, sólo veo su pelo negro danzar en la huida.

Mi boca se abre para gritar su nombre, para decirle que estoy aquí, con él, que no está solo, que lo ayudaré, aunque no sea mío, aunque nunca lo será, pero yo estaré ahí.

Sin embargo, mi garganta no funciona y todas mis palabras se ahogan en mi lengua, muriendo.

Intentó correr junto a él, pero me resbalo y caigo al lado de una mujer joven, de cabellos rosados al que le han cortado el cuello. Retrocedo aterrorizada y me doy cuenta que me había resbalado con su sangre. Intento ponerme de pie, y no puedo, otra vez, y no puedo. Mi cuerpo no reacciona y las fuerzas me abandonan.

¿Acaso yo también moriré? ¿Y Félix? ¿Él sobrevivirá?

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¿Acaso yo también moriré? ¿Y Félix? ¿Él sobrevivirá?

Pero mis preguntas no serán contestadas.

En cambio, un hombre me toma del brazo y me arrastra hacia arriba. Estoy sorprendida, hay alguien más vivo. A él sí puedo verle el rostro, es un hombre algo maduro, con cabellera oscura, con mechones pintados de un color extraño y expansores en las orejas, lleva anillos en los dedos y está elegante, muy elegante. Tiene los ojos azul oscuro que me miran nerviosos y angustiados.

Veo que quiere decirme algo, pero no lo escucho, no puedo, y él parece que me está gritando, pero no sé qué quiere decir. Solo dos segundos después, me doy cuenta que ha llegado el fin del mundo.

Un monstruo blanco que aparece en un destello intenso de luz, interrumpe la huida de Félix, y aunque no se quién es el monstruo, intuyo que va a por él.

Grito, grito desesperada, "Huye Félix, huye" pero mi voz no sale de mí.

El hombre de cabellera oscura y mechas me zarandea fuertemente, sigo sin oír, pero sus labios se mueven tratando de decir algo así como "debemos salvarlos". Y yo le contesto, temblando de miedo, "¿de ése monstruo?", y él asiente y ambos echamos a correr, kamikazes los dos, hacia el joven matrimonio.

Desde Londres, con amor---MLB---FelinetteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora