BAD IDEA [ZODIACO]

7

Chicago, U.S

—¿Estás lista para nuestra cita?—

—Sí, andando—

La pareja subió al auto del azabache y luego se dirigieron al respectivo restaurante que el joven había reservado anteriormente.

Cuando ambos habían llegado a su casa, arreglaron el malentendido que habían tenido hace un rato y la Castaña prometió no volver a husmear en el teléfono de su pareja, y él prometió que de ahora en adelante le explicaría absolutamente todo para que nunca que tenga que desconfiar de él.

Llegaron al restaurante, y el azabache fue el primero en bajar del vehículo para luego ayudar a su querida novia a bajar. Entraron y pidieron su mesa, que aunque el restaurante se veía lleno los pasaron rápidamente a su mesa.

—¿Y bien? ¿Qué opinas?— preguntó Cameron.

—Es muy bonito, me alegra que me hayas traído a un lugar hermoso como este—

—Quería recompensarte luego de tantas veces que te has preocupado por mi, es lo menos que puedo hacer—

—Oye Cam, ¿puedo preguntarte algo—

—Por supuesto, ¿qué pasa?—

—¿Piensas invitar a Scarlett a nuestra boda?—

—¿Qué? ¿por qué preguntas eso?—

—Solo responde, Cameron—

—Bueno, tal vez, digo a pesar de todo sigue siendo una vieja amiga de la Universidad, aunque si tú no quieres que esté ahí, no tengo ningún inconveniente con que no la invitemos—

—Si tú deseas invitarla, puedes hacerlo—

—¿Hablas en serio?—

—Mhm, no tengo ningún problema con que la invites—

—Está bien, supongo—

—¿A ti te molestaría si llegase a invitar a Richard?—

—¿Por qué habría de molestarme qué ese patán vaya a nuestra boda?, para nada, invítalo si quieres—

—Okay, supongo que luego le enviaré un mensaje mandándole una invitación—

—Me parece perfecto—

Luego de esa conversación, el ambiente entre ambos era bastante incómodo, ninguno decía palabra alguna para romper el silencio. La castaña miraba de reojo a su novio quien observaba el menú atentamente. 

 —Cameron— el chico se tensó al escuchar su propio nombre y ocultó su rostro en el menú.

 —¿Qué pasa? —

 —¿Por qué me estás evitando? —

 —Para nada —

 —Entonces suelta ese tonto menú y mírame —

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PAYTON' S POV 

 —Sí mamá, he estado comiendo como se debe, tranquila — Decía la azabache desde la otra línea.

Cortó la llamada y se dirigió hacia el baño, cerró la puerta con llave y se recargó en esta. Suspiró pesadamente, miró al espejo y pensó "¿Por cuanto más tendré que hacer esto?", estaba tan exhausta, tanto trabajo, tanto que hacer y nada de descanso. Pero, lamentablemente así era la vida de un adulto, recordaba sus días de preparatoria donde lo único que le importaba era aprobar, y aunque tuvo bastantes amigos en su adolescencia, no fue tan bonita como ella creía, esas escenas donde las porristas solo tenían que verse lindas y bailar, donde los jugadores de  futbol eran tan atractivos, definitivamente la televisión la había engañado  con respecto a la adolescencias, pero aún más la había engañado con respecto a la Adultez. 

Fue hacia el pequeño estante a un lado del espejo y sacó un pequeño  frasco de antibióticos, meses atrás la azabache había presentado raros síntomas, se sentía muy irritada en cuanto a todo lo que le rodeaba, había días en los que ni siquiera quería salir de su cama, sentía un fuerte vacío en su pecho y solía llorar incontrolablemente por las noches, así que comenzó a ir con una psicóloga para que le ayudara en cuanto a como se sentía consigo misma y debía admitir que le estaba ayudando un poco, pero hace dos meses que recibió la noticia de que su madre había enfermado y nuevamente se sentía muy decaída, había veces en las que ni siquiera comía bien y eso era preocupante, se descuido tanto a ella como a su trabajo. Pensaba que todo eso era por su culpa e intentó en un punto terminar con su vida, pero pensó que pasaría si ella se fuera, ¿Ahora quién estaría al tanto de su madre? ¿Cómo tomarían sus amigos la noticia si ella llegase a morir? ¿Realmente está segura ella de lo qué quiere hacer?, nuevamente fue con un psicólogo y este le dijo que le daría un par de medicamentos para su condición, pero le aclaró bien que solo serían por un par de semanas.

Y aquí la tienen ahora, consumiendo esos medicamentos  que estrictamente le pidieran que ya no hiciera, pero para ella eran su "Salvación" pero al mismo tiempo eran su perdición.

Algo que había estado pensando por un par de semanas era que tal vez ella merecía tener a alguien para ser feliz, alguien con quien compartir sus buenos y malos momentos, alguien que se preocupe por ella y la haga sentir que es el amor de su vida, e incluso su madre le decía que debía encontrar a alguien con quien estar en su vida. Habló con Taylor sobre ese asunto y ella la sugirió que podría comenzar a ir a citas a ciegas, fue a un par de ellas pero lamentablemente no le fue tan bien como creía. Sus compañeras del estudio le aconsejaban hacer un perfil en una app de citas, le pareció un poco extraña la idea al inicio, pero al final lo terminó haciendo. Había chicos lindos, pero lamentablemente solo la buscaban para tener sexo. Pensaba en eliminar la app, pero volvió a pensar, ¿qué tal si esta vez encuentro al indicado?.

Tomó una pastilla y salió rápidamente del baño y fue por su computadora, la puso en una pequeña mesita y se subió a su cama.

 —muy bien, esta es mi última oportunidad. Si no encuentro a un buen chico me rendiré por completo en esto de buscar una pareja — decía decididamente la azabache. 

Ya habían pasado 10 min desde que esperaba impacientemente en su cama a que alguna solicitud le llegara, pensaba en cerrar la app hasta que un tintineo hizo que mirara hacia la pantalla, era el sonido de notificación de la app y cuando la abrió vio el perfil de un chico que había dado like a su perfil, miró el perfil del chico y era bastante atractivo además de que se veía de una actitud relajada y misteriosa, eso le atraía mucho en un hombre. 

 —Así que, ¿Ethan Ross?, tiene un lindo nombre—

 —Quizá él sea diferente a los demás chicos con los que he estado, bueno eso lo veremos luego —