Capítulo 13

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El dolor en su cabeza era tan agudo que tenía la sensación de que su cerebro estaba siendo perforado por un cuchillo, en la medida que comenzó a ser consciente de su entorno supo que su brazo estaba es un estado similar. Dolía tanto que se sentía incapaz de moverlo.

Abrió los ojos de golpe, estaba en una cama que no reconocía, no había luz y sintió sumergido en un vacío angustiante. Había sido herido en un parque por evitar que lastimaran a Craig y ahora estaba solo.

Su respiración de agitó ruidosamente, ¿Craig lo había abandonado? Sus piernas no respondían gracias al miedo que lo inundó. Estaba solo, completamente solo, nadie lo quería, nadie lo necesitaba.

—¿Mamá? —llamó dudoso. En el mejor de los casos, todo había sido una larga y tortuosa pesadilla. No sentía que estuviera en su cama, pero quizás se encontraba en la cama de sus padres y ellos estarían en la cocina esperando a que despierte.

Nadie venía, no los escuchaba caminar.

Una mano tocó su hombro desde la oscuridad, el pánico llenó su cabeza haciendo que lanzara un golpe en aquella dirección. Escuchó un quejido masculino, de una voz que no le resultaba familiar, por lo que reunió todas sus fuerzas para alejarse de la cama a pesar de no saber dónde caminaba en la penumbra.

—¿Qué ocurre, Tweek?

Las luces se encendieron, el hombre frente suyo lo miraba con la misma extrañeza que Tweek a él. Le había roto el labio con el golpe, tenía una línea de sangre que se limpió con la mano, probablemente buscaría su venganza y Tweek sabía que no podría hacer mucho en el estado en el que se encontraba.

Su cuerpo temblaba de forma compulsiva, estaba encerrado en una habitación sin ventanas, no dudaba de que la puerta estuviera cerrada. ¿Cómo podría escapar? Al sentirse sin opciones, comenzó a rendirse ante el miedo.

—¡Espera! Tweek, no te hieras —le dijo el hombre, sosteniendo sus manos con fuerza lejos de su cabeza.

Fue cuando notó que tenía una venda del lado izquierdo, su piel se sensibilizó de pronto, entonces sintió una fina línea que ardía en su cabeza.

—¿Eres real? —preguntó, sintiéndose estúpido al instante. Claro que Craig era real, como casi todas las desgracias que había vivido en el último tiempo.

Alejó sus manos sintiéndose con más tranquilidad; no estaba solo. Craig lo estaba mirando aterrado, pero a pesar de ello lo siguió para sentarse al lado suyo en la cama, lo bastante cerca como para que sus piernas se tocaran.

—Un médico te revisó y dijo que estabas bien, pero no confío en él. Así que pedí una nave militar para volver a nuestro planeta lo antes posible. ¿Sientes dolor?

Le preguntó, sacando al instante un pequeño frasco del bolsillo de su traje militar como si hubiera estado esperando para darle medicina. Tweek la tomó junto a una gran cantidad de agua, si no hubiera puesto los brazos para proteger la cabeza de Craig, probablemente él la hubiera pasado aún peor. Era la razón del por qué le dolía tanto.

—¿Qué fue lo que ocurrió allí? De un momento a otro todo se volvió un caos.

—Fue una manifestación, no te preocupes por ello. Ese hombre va pagar lo que hizo durante toda su vida.

Tweek sintió miedo de sus palabras, hasta el momento solo había obtenido pruebas de que Craig era alguien de quien debías cuidarte si no tenías ningún poder en el planeta primero.

Comenzó a sentir que su cercanía era cada vez más incómoda, ya no solo sus piernas se tocaban, su brazo estaba apoyado detrás de su espalda y su rostro estaba lo bastante cerca como para sentir su respiración suave y controlada. Tweek se movió algunos centímetros para despegarse su imponente presencia sobre él.

¡Eres mío! (Censurado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora