Su cabeza dolía por haberse quedado despierto hasta tarde pensando en todo lo ocurrido. No iría a trabajar aquel día, no sentía la suficiente energía como para querer levantarse de la cama.
Pete había llegado en la madrugada de trabajar, durmió algunas horas y luego se puso a preparar café con tostadas para darle de desayunar. Al inicio se había negado a comer, pero sabía cuan malagradecido sería con su amigo que estaba desgastándose por cuidarlo día y noche.
Últimamente no lo había dejado beber café, solo vertía un poco en una taza llena de leche caliente. Algunos días era la razón de su malhumor, le era difícil comprender que Pete lo estaba haciendo por su bien.
Esa mañana le había puesto más de la mitad de la taza de café puro, lo que Tweek pudo saber que Pete estaba preocupado por su estado anímico de los últimos días. Había procurado ser silencioso al llorar, moverse solo lo suficiente en la cama y evitar pedirle abrazos a la mitad de la noche para sentirse mejor, pero no había logrado ocultar su malestar.
—Creo que sería mejor que me vaya a otro lugar... —comenzó a decir luego del primer trago de café con leche.
No importaba cuánto necesitara de la compañía de Pete, no podía simplemente ser una carga; él tenía sus propios demonios con los que debía lidiar. También lloraba la mayoría de las noches, tenía pesadillas y comenzaba a abusar de los cigarrillos de nuevo.
También era alguien que necesitaba ser cuidado. Irse lo ayudaría a liberarse y también lo beneficiaría a él al sentirse más cómodo; ya que Craig no sabría dónde encontrarlo si decidía aparecer algún día para reclamar al bebé.
El hombre lo ignoró por completo, su ceño fruncido señalaba que ni siquiera quería escuchar otra palabra de su boca. Tweek se sintió herido por su falta de respuesta, hubiera llorado sin dudarlo en otra situación, pero no le estaba haciendo bien dejarse llevar por la sensibilidad del momento.
Lo vio levantarse de la mesa para atender a la persona que golpeó la puerta, Tweek sintió nervios ante la posibilidad de ver a Craig una vez más allí. Sin embargo, se tranquilizó cuando escuchó la voz aguda de una mujer. Pete volvió a sentarse con un paquete entre las manos, la envoltura tenía impreso el logo de una pastelería muy reconocida en la ciudad, era costosa, pero el precio parecía ser el correcto gracias a la apetitosa apariencia de sus productos.
Era claro que no lo había pedido su amigo ni ningún conocido de aquel planeta. Tweek sintió su estómago revolverse al pensar en Craig una vez más, le había recordado aquella vez que le envió dulces extraños en el desayuno luego de haberlo tratado con frialdad en su primer encuentro.
—Es comida gratis, cómetela —le ordenó Pete con una sonrisa.
El humor de Pete había mejorado considerablemente al llevarse la primera masa fina con crema a la boca y poder dejar las tostadas a un lado. Tweek no pudo hacerse el duro por mucho tiempo más, los pequeños y vistosos pastelitos se veían exquisitos. Nunca habría gastado en ellos a menos que se volviera millonario o en una ocasión muy especial.
—Por cierto, ¿qué es una pantalla azul? —le preguntó el gótico.
Tweek lo miró extrañado, luego fue donde guardaba sus cosas y volvió con la pieza puesta en su muñeca. Le dio un par de golpecitos para encenderla y mostrarle la pantalla holográfica. Había olvidado aquel pequeño artefacto, ahora era libre de usarlo sin miedo.
—Nunca había escuchado de esto hasta que me lo mostraron. No sé como funciona, pero nunca se le acaba la batería y no necesitas ninguna red para tener Internet. ¿Puedes creerlo? Ellos realmente viven en un mundo diferente —comentó con entusiasmo. Había sido el mejor objeto que había recibido en su falsa boda, ahora tendría conectividad sin la necesidad de contratar ningún servicio extra.
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¡Eres mío! (Censurado)
FanficTweek Tweak es el único sobreviviente de un planeta que fue atacado por una especie alienígena. La ayuda interplanetaria llegó tarde, ya no quedaba nada más que él. Craig es el líder de un escuadrón militar, su frialdad característica aumentó gracia...