Observó como su amigo tomó una fresa de los estantes del supermercado y se la llevó a la boca disimuladamente. Aquella mínima acción fue suficiente para encender las alarmas de Tweek.
No había podido dejar de mirar alrededor buscando alguna señal en las personas sobre el avistamiento del delito. Intentó alejarse rápido del lugar, arrastrando a Pete con él.
—No hagas eso de nuevo, robar está mal —regañó a Pete en voz baja.
—Tu eres cómplice, Tweek. No lo olvides.
Pete deslizó sus manos por su abrigo nuevo, Mike se lo había regalado hace algunos días y no podía evitar sentir culpa por usarlo. Lo habían robado, los dueños de aquella tienda podrían reconocerlo y acusarlo de robo. No le creía a Mike que hubiera más abrigos como ese en la ciudad como para mentir si lo atrapaban.
—Estás temblando... —dijo. — Ya olvídalo. No creo que Mike te haya dado algo robado sabiendo como eres.
—Él también tenía mucha ropa nueva, no tiene dinero para malgastarlo así. Es claro que lo robó y que podrían culparme.
—Di que lo compraste en la calle, no tienen forma de comprobarlo.
Se apresuró en buscar las cosas que querían comprar y las metió en el carrito, solo se detuvo en la sección de vinos por insistencia de Pete. Le era inevitable sentir que las personas estaban mirándolo para juzgarlo en silencio.
Usar la ropa que no le pertenecía era realmente malo.
—Estás siendo paranoico, deberías ir al psicólogo de nuevo —sugirió. —Incluso dices que hay alguien acosándote cada vez que sales de casa.
Tweek había estado nervioso en los últimos días, estaba seguro que había alguien siguiéndolo cada vez que iba al trabajo o salía. No lo había visto directamente, pero rogaba porque sea Craig y no un psicópata. Sin embargo, no podía quitarse la idea de que en cualquier momento iba a ser atacado. Le había pedido a Pete y Mike que lo acompañaran de vez en cuando, pero había quedado como un mentiroso ya que no habían visto nada sospechoso.
No le respondió, su amigo seguiría burlándose de su paranoia.
La mayor parte de la mercadería la llevaba Pete, pero Tweek también estaba cargando con demasiado peso en su mochila y en las bolsas que llevaba en las manos. El nylon cortaba sus dedos con cada paso que daba hacia su casa, no pudo evitar pensar en la comodidad del planeta primero; allí solo pedía en línea y llegaba todo a casa.
De pronto, Pete le golpeó el brazo con emoción, Tweek buscó el objeto al que estaba mirando y sus ojos comenzaron a brillar de la misma forma. El barrio era un poco feo por el tipo de construcciones y la basura; definitivamente no vivía nadie rico. Por lo que fue extraño ver un auto de lujo estacionado.
—Oh, Dios. ¡Es un BMW! —expresó, sacando su celular para tomar una foto. —Rápido, Pete. Ponte allí.
Ni siquiera hacía falta decirlo, su amigo ya se había puesto a un lado con una pose un poco ridícula para la foto. Debían ser rápidos antes de que el dueño los sorprendiera, la tomó e inmediatamente le pasó el celular a Pete para ponerse él junto al auto. Sin embargo, su amigo no tomó la foto, sino que miraba curioso hacia otra parte.
—Amigo, nos estás arruinando el paisaje. Vete —le dijo a la persona que estaba detrás suyo.
Tweek retrocedió cuando vio a Craig muy cerca. Si no sospechara que lo estaba siguiendo en los últimos días, habría pensado que se había vuelto a su planeta de origen luego de la forma en la que le había hablado.
Se mordisqueó los labios cuando notó que llevaba puesta una de las tantas prendas que había escogido para él, pero además tenía un abrigo azul que no había visto antes. Se preguntó si habría algo que le quedara mal a Craig.
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¡Eres mío! (Censurado)
FanfictionTweek Tweak es el único sobreviviente de un planeta que fue atacado por una especie alienígena. La ayuda interplanetaria llegó tarde, ya no quedaba nada más que él. Craig es el líder de un escuadrón militar, su frialdad característica aumentó gracia...