Capítulo 10

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El baño se había prolongado por casi una hora completa, el agua caliente sobre su cuerpo aliviaba el dolor en su cuerpo mientras sus pensamientos se hacían cada vez más profundos. Tenía la posibilidad de huir gracias al dinero que Craig recuperó, pero no tenía un lugar donde quisiera ir ni tampoco una persona que se alegrara por verlo.

No tenía nada más que un esposo que nunca habría deseado.

La insensibilidad de Craig le traería mucho sufrimiento, Tweek supo que si no hacía algo para cambiarlo no tendría ni siquiera un día de paz.

Encendió su celular para ver las fotos que tenía en su galería una vez más, luego buscó las conversaciones viejas que había quedado grabadas. Miró las fotos de perfiles de los chicos con los que solía hablar, ninguno era tan lindo como Craig, pero sí eran más agradables y accesibles cuando él se sentía triste. El chat con Pete estaba lleno de bromas que ahora le costaba entender; en el de su madre había pocas palabras y muchas fotos, lamentó que los audios ya no se reprodujeran para volver a escuchar su voz.

"Te extraño" escribió. El mensaje ni siquiera podía ser enviado.

Cerró los ojos y se centró en su respiración para conciliar el sueño. Las imágenes sangrientas del café no tardaron en aparecer, el miedo se pronunció aún más cuando se sintió observado por aquellos ojos sin vida. Había estado durante horas en la misma posición frente a los cuerpos mientras tomaba fuerza para ir con sus padres.

Sus ojos se volvieron a abrir cuando la luz del día estaba clara, apretó sus dientes con fuerza antes de comenzar a llorar desconsoladamente. La fuerza en su cuerpo menguaba cuando volvía a percatarse que todo aquello no era solo una pesadilla. Se había quedado sin un sentido en su vida.

Se tiró contra el respaldo lujoso de la cama, sus manos golpearon con fuerza su cabeza y se jaló del cabello cuando el dolor no fue suficiente para sacarse la última imagen de su madre de la mente.

No quería verla así, no quería tener ese recuerdo.

Solo el sonido de la puerta abriéndose hizo que olvidara todo en un santiamén, alzó sus ojos llorosos hacia Craig sin pensarlo; no esperaba verlo allí, estático y observándolo sin emitir ninguna palabra. Unos segundos más tardes, se alejó cerrando la puerta detrás suyo para dejarlo de nuevo en total soledad.

Tweek se acostó en la cama sintiéndose cansado, pero con más calma que antes.

No mentiría, le preocupaba la imagen que Craig tuviera de él. También era cierto que no iba a poder fingir algo que no era por el resto de su vida para no incomodarlo. Como ya había dicho, ese fue su error.

La puerta se volvió a abrir, esta vez se trataba de 01 que traía una bandeja con té y unas galletas. Tweek lo miró extrañado, en los días que había estado allí nunca lo había hecho sin sus órdenes.

¿Por qué Craig haría algo así?

Dejó la bandeja arriba de sus piernas en la cama, miró con desconfianza cada cosa que estaba allí. Las galletas parecían estar hechas de una masa muy diferente a lo que había visto, era similar a una masa de budín muy apelmazada, estaban realmente deliciosas junto al té.

Las buscó por Internet, era un dulce típico del planeta al que Craig había ido recientemente. Era imposible que se las diera porque no le gustó, el chocolate brotaba de su interior en cantidad.

Estuvo en cama durante horas esperando escuchar un nuevo sonido en la casa, pensó en que debía cocinar el almuerzo, pero luego recordó que Craig no había tocado lo que le había hecho el día anterior. No estaba seguro si comería comida recalentada, quizás era demasiado adinerado como para hacerlo. Se visitó con su ropa usual y fue hacia la cocina para encontrarse con que estaba solo de nuevo.

¡Eres mío! (Censurado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora