🌑🔹"Acércame a tu cuerpo. Deliro cuando veo las estrellas, porque solo veo ese brillo en tus ojos que no quiero apagar. Siénteme, en medio del frio de la noche, en una cueva húmeda y fría. Hazme saber que te sient,es bien conmigo, porque así sabré...
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Los primeros rayos del sol empezaron a asomarse en el horizonte, dando a entender que un nuevo día en las Islas Hirvientes había comenzado. Las aves cantaban y volaban al ver que ya amaneció, lo que significaba para ellos estirar sus alas y volar por los árboles del bello bosque en el que estaban.
Ese mismo bosque estaba dividido en 2 partes muy diferentes, pero que tenían algo en común; su odio mutuo.
El lado verdoso y fresco era donde habitaba la manada Blight, donde la vida prosperaba y se contemplaban a los integrantes de la manada reunirse alrededor de la casa de su Alpha.
Por otro lado, la parte nauseabunda, de pantanos y animales peligrosos eran los territorios de los Noceda; otro grupo de hombres lobo que no estaban para nada felices con la celebración de los Blight que se notaba a largas distancias, y ni hablar de los gritos de las personas y los aullidos emocionados de lobos.
—Mami, ¿por qué tengo que hacer esto? Yo odio las celebraciones. —Reprochaba una pequeña niña de melena castaña apenas pudiendo ser controlada con un par de ligas y una crema especial que hizo la bruja de su manada. Tenía ojos dorados grandes y una piel bastante pálida y suave como la de cualquier niño de 7 años.
—Porque es tu presentación, Amity. Si estamos en lo correcto, eres la futura Madre de la manada, y como tal tienes que mostrarte ante tu pueblo. —Un alfa, físicamente parecido a la pequeña explico con detenimiento el porqué de estas celebraciones a su hija menor. Esta no muy convencida ladeo la cabeza, y miro con disgusto a su padre.
A pesar de que Amity desde bebé quiere dirigir su manada con amor y justicia, esta clase de cosas ya la cansaba. Usar ropa elegante y coronas grandes de flores no le agradaba si siempre tendría que utilizarlas cada qué sale de su vivienda. Obvio, ella era amante de las coronas de flores y los vestidos de seda, pero utilizarlos cada que sale a su pueblo ya era cansón e incómodo.
Su padre, Alador Blight; Alpha de la manada rio un poco, y le ofreció la mano para caminar fuera de la casa del Alpha para encontrarse con su gente emocionada por su primera expedición sin supervisión.
—Como futura líder tienes que saber presentarte frente a tu gente. No todo el tiempo será como nosotros queremos o como nos parezca más conveniente. También hay que atender deberes que no son de nuestro agrado; de eso se trata ser un líder.
—Oh... Ya entendí papi. Prometo trabajar más por mi pueblo. —La pequeña Blight dio algunos saltitos, mientras su madre y hermanos les alcanzaban el paso, todos riendo por sus acciones.
—Ve a explorar, hija, ya es tiempo. —Sonrió Alador, soltando el brazo de Amity sorprendida por esto, porque no había ningun guardia a su alrededor, y sus hermanos se fueron a jugar con sus amigos.
—Pero... ¿Sin supervisión? —No es que esto le desagrade, sino que siempre que salía la acompañaban sus hermanos o guardias.
—Creemos que ya es momento de que empieces a ir por ti sola—La omega de Alador; Odalia Blight, abrazo a su esposo, y vio con una sonrisa como a su hija le brillaban los ojos al saber que por primera vez la dejarían jugar sola por el bosque—. Eso si: no pases el límite, que es donde el bosque empieza a deteriorarse. Esos son los territorios de los Noceda, y para nada les agradara ver a una Blight caminar por ahí.
