Capítulo 8

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—¿Cómo se preparan para el baile de la Luna roja?

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—¿Cómo se preparan para el baile de la Luna roja?

—¿Baile?

—Oh. ¿No sabes qué es, Luz? —Pregunta Gus, degustando su mango.

Habían pasado algunas Lunas desde qué Vee y Hunter vinieron. Luz aparentaba estar igual. Sin embargo, la culpa seguía arrasando con ella.

Sí se era sincera no tenía la fuerza para matar a nadie. Y mucho menos a Alador. Varias veces tuvo la oportunidad. Pero no la fuerza de atreverse.

Y, sinceramente, estaba comenzando a rendirse.

Con respecto a lo que pasó con Amity, pues, definitivamente nunca la volvió a ver igual. Ahora, no podía verla, porque su mirada quedaba pegaba a ella, con un sentimiento parecido a cuándo cazaba a un pequeño conejo y lo único qué quería era atraparla en sus brazos.

—Es un baile anual, cuándo nuestra Diosa tiñe la Luna de rojo para...

—¡Para un espectáculo de ensueño! —Interrumpió Amity, cayendo encima de Willow para que dejará de hablar—. Todos vienen con una pareja para esa noche. Bailamos, cantamos, comemos y blah, blah, blah.

—¿Te interesa venir, Noceda? —Pregunta Boscha, mirando a la alfa.

—No lo creo. La fiestas no son lo mío.

—¡Anímate! —La pelirroja golpeó su hombro—. Después de cierto tiempo las omegas en la manada están empezando a caer detrás de tí —Dijo pícara, ignorando completamente la enojada mirada de Amity al recordar cómo todas esas arrastradas le hablan todos los días a la alfa qué solo debería tener ojos para ella—. Tienes posibles parejas para esa noche.

Luz suspiró y se levantó del suelo.

—Pasó, Boscha —Tomó un par de mangos de la cesta al centro del círculo para guardarlos en la pequeña bolsa qué siempre traía consigo—. Dudo mucho qué Alador quiera tener la posibilidad de quedar enlazada con alguien de su manada.

—Espera. Tú... ¿Sabes de qué se trata el baile? —Pregunta Amity.

—Obvio qué lo sé. Hay miles de libros en la casa de mí padre qué hablan sobre la Luna Roja qué solo sale una vez cada doce lunas llenas. La Luna de sangre baña a dos almas para unirlas de por vida; un hechizo que es irrompible —Explicó detenidamente—. Ni creas qué no noté tus intenciones, Blight.

Y sin más se fue, dejando a una sonrojada Amity sin palabras. Todos en el grupo rieron, dejando aún más sonrojada a la chica.

—Ya déjalo, Amity. En serio —Willow alzó los hombros.

—No. —Sin mirarla se levantó del suelo, con una mirada enojada pero al mismo tiempo determinada. Dió pasos fuera de la casa tras Luz, sin mirar de vuelta a sus amigos.

—La va a cagar.

—En efecto. —Concordó Boscha hacía Willow, sin hacer una expresión hacía la reacción de Amity. Esto ya era muy normal en ella la verdad.

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