Capítulo XVI.

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-Muchas gracias, ya llegaba tarde y si tuviera que volverme a ir... El señor Park me iba a regañar.

-Es un accidente, claro que no te hubiera regañado.

-Bueno...

-Oye.

-Dime.

-¿Que tal ayer en el teatro?

-Bien, muy bien.

-Me alegro. -dijo sentándose en su silla.

-Bueno me voy...

-No espera, siéntate, tenemos que hablar sobre trabajo.

Me acerqué a la silla y me senté.

-Tu dirás.

-Tengo aquí tu planificación de hoy. Hay un problema. -dijo sacándolo de una carpeta.

-¿Cual?

-El problema está en que yo a las 11 tengo una reunión y no voy a poder estar contigo para ayudarte.

-¿Y ahora que?

-Si quieres podemos mover esta cita para más tarde pero tendrías que quedarte una hora más trabajando.

-¿Y en ese rato que hago?

-Pues no sé, tienes esa hora libre.

Le miré.

-¿No hay nadie más que pueda supervisarme?

Diego me miró.

-Puedo llamar a Will pero no sé si podrá, dame un segundo.

Diego descolgó el teléfono fijo que tenía en el escritorio y marcó varios números.
Me miró mientras esperaba a que Will se lo cogiera.

-Will.

-Dime.

-Verás tengo una reunión que coincide con una cita de Marina, no puedo encargarme. ¿Tu tendrías un rato libre a las 11 para estar con ella?

-Imposible, estoy liadisimo durante toda la mañana. No tengo ni un hueco libre.

-Vale... Bueno buscaré una solución, hasta luego.

Diego colgó el teléfono y me miró.

-Lo siento Marina, es imposible. La única opción es esa, aplazar la cita.

Suspiré.

-Bueno vale, ¿Tengo que llamar yo o lo llama la secretaria?

-Llama ella tranquila.

Me levanté de la silla y cogí la camisa sucia.

-Bueno vale, pues me voy ya a trabajar.

-Vale, cualquier cosa avísame.

Asentí y me acerqué a la puerta que conectaba nuestras oficinas. La abrí y entré. Tras esto, me puse a trabajar.

En mi rato libre, decidí pasarme por la cafetería. Allí pedí dos cafés y me dirigí hacia la oficina de Will. Cuando llegué, toqué la puerta.

-Pase.

Entré.

-Hola hola, ¿Me echabas de menos? -dije cerrando la puerta.

Will me sonrió. Estaba sentado en su silla.

Me acerqué a la mesa y me senté en una silla. Posé los dos cafés y le miré.

-Te traigo un café porque sé que estás liado y necesitas algo que te dé animo.

Will me sonrió y cogió su vaso con café.

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