Capítulo VIII.

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Ya en mi oficina, me puse a mirar los documentos que Will me había dado anteriormente y que aún no me había dado tiempo a mirar.

Tras un ratito, alguien tocó a la puerta.

-Adelante.

Will entró y cerró.

-Hola novata. -dijo poniendo el pestillo.

-Hola señor Will. -dije riendo levemente.

Will se acercó y se sentó en la esquina más cercana a mi de la mesa.

-Bueno, ¿Tienes alguna duda de los papeles que te dí? -dijo mirándome a los ojos directamente.

Me quedé sin palabras. No me salía decir nada, no podía dejar de mirar sus ojos, esa mirada sugerente y atractiva que tanto me gustaba. Noté como Will se inclinaba un poco, acercándose a mí cara.

- Repito, ¿Alguna duda? -dijo susurrándome sin apartar la mirada de mi.

-Eh... Eh... No... Ninguna... -dije bajando mi mirada a sus labios.

Will sonrió al ver que le miraba la boca mientras cada vez estaba más cerca. Cuando estaba cerca de mi boca susurró:

-Me alegro que no tengas ninguna duda porque yo si tengo una...

-¿Cual...? -dije susurrando sin dejar de mirar sus labios.

Will paso su mano por mi cuello, apretando suavemente y haciendo que nuestros labios estuvieran pegados. Cerré los ojos.

-Como puede ser que sea el primer día y tengas alborotada a toda la oficina... A todos los hombres... -dijo sobre mis labios.

Tragué saliva.

-¿Es que a caso usted está celoso...? -dije susurrándole.

-No... Solamente es una duda que me gustaría que me respondieras...  -dijo apretando un poco más mi cuello lo que hizo que me saliera un gemido de gusto mientras rozaba mis labios.

-Yo... No lo sé... No tengo esa respuesta... -dije susurrando.

-Deberíamos de encontrarle una... ¿Que tal si se la buscamos esta noche en mi casa?

-Claro... Me parece una gran idea... -dije pasando mi mano por su mejilla.

Justo en ese momento, Will hizo el ademán de besarme. Deseaba que lo hiciera. Pero cuando pensé que lo haría, alguien tocó a la puerta.

-Mierda... -dijo susurrando sobre mis labios.

Miré a Will sin decir nada.

-Pregunta quién es... -dijo sin separarse ni un centímetro de mi boca.

-¿Quién es? -dije nerviosa.

- Soy yo, la secretaria, ya está aquí su cliente.

-Perfecto ahora mismo salgo y le hago entrar, gracias.

Miré a Will a los ojos y el me miró recíprocamente.

-No sabes las ganas que tengo ahora mismo de coger y mandarlo todo a la mierda ya el primer día...

Reí levemente. Will soltó mi cuello y se separó. Se bajó de la mesa y me miró. Se acercó a la puerta negra que conectaba con la otra oficina y se metió en ella.

Me levanté, nerviosa. Me temblaba todo. Ya no eran las ganas que le tenía a Will solamente lo que me tenía así sino que ahora tenía que afrontar a mí primer cliente en este estado.
Me levanté y me miré el espejo que había al lado de la puerta. Me coloqué bien la camisa y abrí la puerta.

-¿El señor Rodríguez?

Un señor se levantó y se acercó a mí.

-Si, soy yo.

-Pase señor, adelante. -dije haciéndome a un lado y dejándole pasar.

Cuando el señor pasó, cerré la puerta. Me senté en mi sitio y el se sentó en la silla de enfrente.

Antes de poder articular palabra, alguien tocó la puerta que conectaba la oficina de al lado con la mia. Obviamente, era Will.

-Adelante.

Will entró.

-Buenas, soy William Park, ella es Marina, mi chica en prácticas. -dijo acercándose al señor Rodríguez y estrechando su mano amistosamente.

-Un placer conocerles, soy Fernando Rodríguez. -dijo sonriendonos.

- Bueno señor Rodríguez voy a estar presente esta vez para ayudar a Marina si tiene algún problema, espero que no le moleste.

-Claro que no, que usted esté presente es un honor. -dijo sonriéndole a Will.

Tras esto, empezamos a trabajar. Cuando acabamos, nos despedimos del señor Rodríguez el cual se fue a los pocos instantes.

-¿Que tal? ¿Estás contenta? -dijo Will acercándose a cerrar la puerta y echando de nuevo el pestillo.

-Ha sido genial, a superado mis expectativas. -dije cerrando el ordenador y guardándolo en mi bolso.

-Me alegro de que haya sido tan gratificante. -dijo acercándose al escritorio.

Me puse de pie y observé cómo se acercaba a mí lentamente.
Cuando estaba justo enfrente de mi, me tomó de la cintura y me pegó a él.

-A pesar de que se me ha pasado muy rápido no he podido olvidar el momento de antes... Tenemos un asunto sin rematar. -dijo susurrándome.

-Si... Es cierto... Yo tampoco he podido olvidarlo... Pero...

-¿Pero que? -dijo pasando una de sus manos por mi mejilla.

-Mi turno se ha acabado... Y como tengo que ser puntual para entrar a trabajar también lo tengo que ser para irme.. -dije con una sonrisa burlona separándome de él.

Will se mordió el labio y me miró. Yo,  mientras tanto, me acerqué a coger la chaqueta y el bolso. Él se me acercó por detrás, abrazándome por la espalda.

-¿Y si te pido que hagas horas extras? ¿Las harías por mi? -dijo susurrándome en el oído.

Cerré los ojos y respiré profundamente.

-Lo haría encantada pero... Hoy no... He quedado para comer...

Will se separó de mi un poco y me giró haciendo que quedara mirándole.

-¿Como que has quedado? -dijo encarando una ceja.

-Si, con Ana mi futura cuñada que ha venido aquí y vamos a comer juntas. -dije mirándole.

-Ah... Vale vale... -dijo acorralándome contra la pared.

-¿Con quien pensabas que había quedado? -dije sonriendole.

-No sé... Pero me parecía raro. -dijo sonriendome.

-Ya ya... -dije riendo.

-¿Nos vemos luego? -dijo acercándose a mí cara.

Asentí.

Por fin nos besamos. Estuvimos varios minutos besándonos lentamente. Will paso sus manos por mi cintura y yo las mías por su cuello mientras él me pegaba a la pared.

Finalicé el beso mordiéndole el labio y le miré.
El cerró los ojos y me volvió a besar lentamente. Se lo seguí de nuevo, al mismo ritmo que el marcaba. Me separé un poco de sus labios

-Tengo que irme ya... -dije susurrando.

-Jo yo no quiero que te vayas aún... -dijo susurrándome.

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