El viaje en el autobús fue en silencio, Max con una gran sonrisa en la cara y Oscar serio, pensativo en lo ocurrido hacía un par de minutos.
Max: oye que hay para cenar?
Oscar: esto –confundido- no lo sé.
Max: mira, esta es nuestra parada, vamos que te quedas atrás!
Los dos bajaron el vehículo y se dirigieron a la casa del husky, subían en el ascensor cuando se acordó de que llevaba a su amigo a su casa, en la cual sus padres estaban y que en ningún momento les habló acerca del tigre, por no decir de su bisexualidad.
Oscar: vale, esto déjamelo a mí.
Max: -confundido- ok?
Oscar: ya estamos en casa!
Carlos: como que estamos?
Oscar: si, esto... mi amigo tenía que haber cogido un tren para coger un avión que lo llevaría con su familia, pero el tren se ha retrasado y el avión despegó y pues pensaba que podría quedarse con nosotros.
Diana: y no hay otro avión?
Oscar: no y no creo que vuelva a haber otro hasta el año que viene.
Carlos: tus padres van a venir?
Diana: no, después de que mi madre supo que le estaba engañando no quieren verse. Y los tuyos?
Carlos: se quedaron atrapados en el pueblo debido a la nevada, allí no pasan las quitanieves y pues pasa esto. Me han llamado esta tarde diciendo que no podrán venir a celebrar las navidades.
Los cuatro se sentaron a cenar en la mesa de la sala que solo usaban para esta ocasión.
Carlos: y como se llama tu amigo?
Max: me llamo Maxi, bueno, Max para abreviar.
Oscar: no, a él le gusta ese nombre pero en verdad es Max a secas –le envía una mirada a Max.
Diana: y que edad tiene?
Oscar: 20 años.
Carlos: vaya, dos más que tú; está trabajando o estudiando en la universidad?
Oscar: papa! Deja de machacarlo a preguntas, cenamos y nos vamos a la cama, que hemos tenido un día un tanto raro.
Diana: era por saber sobre él.
Oscar: como no...
Los jóvenes terminaron de cenar y se metieron en la habitación para preparar la cama inflable que tenían guardada en el armario. Max dormiría en la cama portátil y Oscar en la suya, aunque su madre le ofreció sacar el sofá-cama para que estuviera más cómodo, Max prefirió estar junto a Oscar.
Por la mañana el sonido del teléfono recibiendo mensajes continuadamente los despertó.
Oscar: -molesto- que demonios pasa? –mira su móvil- 130 mensajes!? Que coño han estado haciendo estos!
En verdad la mayoría de ellos eran del grupo de clase que tienen y que muchos de ellos se fueron de fiesta y ahora lo estaban recordando, los pocos restantes que eran casi 20 del grupo de sus amigos.
Mensajes
Samuel:
Miren chicos, ha nevado!
(Foto del lugar nevado)
Camila:
Que guay!
Ojala nevara aquí también, y eso que en la tele dijeron que nevaría.
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Mi Frankenstein 2 (Furry/Yaoi)
RandomHan pasado 17 años desde los últimos acontecimientos, Oscar, el hijo de Carlos, prepara un proyecto especial para la universidad, sin saber que repetirá una antigua historia que él cree, es un cuento para niños. Deberá superar los problemas que se...