Cap 18

235 25 3
                                    

Oscar: - se separa del beso- no te gusta?

Max: .......

Oscar: -se deprime- lo sabía, no te gusto; soy un idiota enamorado de un tigre que no me quiere.

Max: yo... no es eso, yo creo que te quiero? Que se debe hacer para eso?

Oscar: no se debe hacer gran cosa, se debe sentir cosas, amor por esa persona que te hace feliz, que la quieres ver feliz, estará feliz y tú también y le harás pasar buenos ratos.

Max: pues entonces sí creo sentir eso.

Ahora fue el tigre quien besó los labios del perro, el cual correspondió con todo el amor posible. Se sentía bien, deseaba que ese beso durara por toda la noche, no quería que terminara, que se separara de ese tigre que terminó por volverlo loco. Pero desgraciadamente finalizó el beso, aunque eso no significaba el no poder recibir otro en un futuro muy muy cercano.

Oscar: vamos a casa, quiero enseñarte algo.

Sin decir gran cosa el tigre siguió al perro hasta llegar al portal donde se detuvieron para besarse por un largo tiempo. Cuando Oscar pudo ver el reloj de su teléfono con claridad, notó que eran las cuatro y cuarto de la mañana. Hubo muchas más veces en las que se quedó más tiempo pero la fiesta estaba muy animada en esas ocasiones.

Max: subimos ya?

Oscar: si, aquí abajo es tan aburrido.

No pararon de besarse en lo que el ascensor subía hasta el piso, ni cuando abrieron la puerta para entrar, lo que ninguno sabe es como llegaron a abrirla. La habitación estaba no muy lejos de la entrada pero si cerca de la de sus padres que, para buena fortuna, no estaban despiertos.

Max: que es eso que me vas a enseñar?

Oscar: esto.

Se puso a desabrochar el cinturón del tigre y una vez logrado su objetivo bajo toda ropa de cintura para abajo, dejando su miembro al descubierto.

Max: q-que b-bien.

Oscar se metió el miembro en su boca y comenzó a chuparlo, llegados a un punto le fue imposible tener todo el miembro en la boca debido al tamaño, no era tan grande como había llegado a ver en videos porno pero en comparación a la suya sí que lo era.

Max: sigue, se siente bien.

El husky lograba sacar de la boca del tigre leves gemidos cada que lamia su miembro, hasta que no pudo aguantarse más y tuvo la necesidad de descargar todo ahí mismo.

Max: aah!

El gran tigre se corrió en la boca del perro que dejó caer mucho de ese líquido blanquecino que no pudo tragarse.

Max: -tocando el líquido- que es esto? Nunca antes lo había echado.

Oscar: se llama semen y solo los machos podemos hacerlo luego de sentir un orgasmo. Te sentías muy bien antes de echarlo no?

Max: si, se sentía genial!

Oscar: quítate toda la ropa.

Ambos quedaron completamente desnudos, Oscar se quedó mirando el perfecto cuerpo que posee su creación, esos pectorales, abdominales, brazos... con su mano acariciaba cada centímetro de ese cuerpo que él mismo había creado y que en ese momento era solo suyo.

Max: y ahora qué?

Oscar: ahora vamos con la verdadera diversión, tranquilo, no pasara nada malo.

Max: q-que vas a hacer?

El husky sacó el lubricante que estaba escondido en uno de sus cajones en la mesilla de noche y se lo puso en su entrada y en el miembro del tigre.

Oscar: solo quédate tumbado, luego te digo que hacer.

Simplemente obedeció y continuó tumbado boca arriba, progresivamente Oscar se fue sentando sobre el gran pene que poco a poco fue entrando en su cuerpo hasta estar completamente dentro.

Max: -jadeando- se siente b-bien. E-está un poco apretado.

Oscar: mi primera vez guapo, sigue así y vas a disfrutar más que en toda tu vida.

El perro empezó a dar pequeños y lentos votes sobre el miembro del tigre el cual gemía con cada roce. El husky tampoco estaba para tirar cohetes pues de igual forma gemía luego de cada vote.

Max: s-sigue, n-no pares!

Oscar: te gusta gatito? Sí, me encanta, dame duro baby.

Cambiaron de posiciones y ahora Max era quien hacia lentos vaivenes ejerciendo poca presión sobre la entrada pero que conforme pasaba el tiempo Oscar le pedía más.

Oscar: Max, d-dame, dame m-más!

Max: c-como quieras baby!

Oscar: oh sí, sigue gatito, me pones muy burro!

Max: Oscar, c-creo que voy a.......

Oscar: mierda, hazlo!

El tigre no pudo evitar soltar toda su esencia dentro de su compañero el cual lo sintió como si un rio de lava recorriera sus entrañas, llegó a expulsar tal cantidad esta vez que Oscar sacó un poco de tripa.

Max: parece que has engordado en un momento, jeje.

Oscar: es por tu semen idiota! Un poco más y parezco uno de esos huskys obesos de los programas de la televisión.

Max: espera que lo saco, así deja de dolerte.

Oscar: no duele, pero sácalo y así también me libro de esta "panza".

Sacó su miembro y con ello salió bastante semen que cayó directamente en las sabanas.

Oscar: ya verás para limpiar eso, seguro va a costar mucho.

Max: lo hará la lavadora asique no creo que te vaya a costar nada.

Oscar: pero mientras ven, hay que ducharse.

Juntos tomaron una cálida ducha a las seis de la madrugada, una hora muy inusual para ducharse pero había que hacerlo. Tras eso cambiaron rápidamente las sabanas y pusieron unas nuevas, lo cual casi les dio las siete debido a que no lograban ponerla bien.

Max: uf, ahora a dormir.

Oscar: si, buenas noches, te amo.

Max: yo también te amo.

Abrazados el uno al otro se durmieron finalmente, después de esa noche tan agotadora ninguno de los dos se despertó cuando los rayos del sol atravesaron la ventana y empezaron a iluminar tenuemente la habitación. Las horas pasaban y seguían dormidos, tanto que no se levantaron hasta las tres de la tarde. Nunca antes se habían despertado tan tarde ni pudieron dormir tanto pero estar en los cálidos brazos el otro les hacía sentir tan bien que no tuvieron necesidad de darle fin.

Oscar: buenos –bosteza- días gatito.

Max: buenos días perrito –lo besa en la mejilla abrazándolo desde la espalda- como has dormido?

Oscar: bien, pero hay que comer que ya son las tres de la tarde.

Ambos se levantaron y pusieron algo de ropa para encontrarse con sus padres en la sala, parecían estar esperándolos.

Mi Frankenstein 2 (Furry/Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora