Mi Frankenstein 2 (Furry/Yaoi)

Cap 38

Tras un día de viaje y acomodando las cosas en su lugar en la casa toda la familia decidió irse a dormir, pero no pasaron ni 3 minutos para decidir algo bastante obvio, se duerme con las ventanas abiertas. El calor de la noche no les dejaba descansar de manera adecuada y las sábanas de todas las camas, pese a ser de verano, hacían que todos tuvieran calor, Max estaba asándose en ese lugar pues era su primer verano y con todo el calor del lugar era difícil mantenerse fresco.

Max: me aso.

Oscar: venga Max, duerme un rato por favor, por la mañana hará algo más de fresco.

Max: pero hace mucho calor, hemos abierto las ventanas y el calor sigue siendo el mismo.

Oscar: ten -le da un abanico- si tienes calor date con esto.

Max: no hay aire acondicionado?

Oscar: que te crees tu? llevamos 20 años sin venir, esperas que haya aire acondicionado en una casa de veraneo a la cual mi padre venía solo en verano y en la que dejó de venir porque me tuvo?

Max: sí, todas las casas deberían tenerlas.

Oscar: bien, pues esta no es una de ellas, si quieres fresco te abanicas, si no ya sabes. Y ahora duérmete.

El resto de la noche fue idéntico, dormían por casi media hora, se despertaban por el calor, discuten un rato y estuvieron una hora tratando de dormir. Y vuelta a empezar la misma historia, para las 7 de la mañana el fresco ya podía entrar en la habitación y aliviar el calor de los integrantes.

Oscar se levantó por la mañana, bastante tarde, para desayunar, no encontró a nadie en la cocina, tampoco en la sala, siguió buscando a sus padres pero no estaban, al poco la puerta principal se abrió y entraron sus padres con un técnico.

Carlos: buenos días hijo, mira he llamado al técnico para instalar el aire acondicionado, había olvidado las insoportables noches de calor en esta casa, aunque yo lo he llevado bastante bien, tu madre no mucho.

Diana: esto debimos haberlo hecho ayer, me iré a echar en la cama a ver si duermo un rato.

Oscar: sí, nosotros tampoco hemos dormido muy bien esta noche, todo el rato dando vueltas por el calor y apenas dormíamos muy poco.

Carlos: si está Max despierto podéis ir a la playa.

Oscar: pero no queda lejos?

Carlos: caminando a 10 minutos de aquí te parece lejos? Tus abuelos y yo debíamos andar cargados con la nevera, la comida, la cena, sombrilla, tumbonas, el kit de juegos para la arena y muchas cosas más y no me andaba quejando si estaba lejos o no. Tu vas a llevar una toalla, una nevera y poco más así que no quiero ver cómo te quejas por si está o no lejos, entendido?

Oscar: ok, está bien, iré a ver si se ha despertado e iremos a la playa.

Max seguía durmiendo en la cama, completamente desnudo y sin arroparse, tenía un simple calzoncillo para cubrir sus partes íntimas, por lo demás estaba desnudo al completo, había agarrado el sueño y estaba dispuesto a no soltarlo. Oscar trató de levantarlo pero fue inutil, el tigre estaba dormido como un bebé, Oscar empezó a tener envidia, así que se quitó el pijama, se metió en la cama y al poco tiempo se quedó dormido.

Ninguno de los dos se enteró de la instalación del aire acondicionado, tampoco acerca de la pequeña discusión con el técnico pues quería cobrarles más por un servicio hecho a medias entre él y Carlos.

Pero sus padres no tuvieron más remedio, era la hora de comer y la comida se iba a enfriar. Como todos sus intentos normales no dieron resultado, Diana cogió una sartén y el cucharón de metal de la cocina, se fue a la habitación pero antes de empezar a hacer ruido con ellos Carlos fue rápidamente a la cocina también y agarró la tapa de metal y la cuchara de madera. Ya preparados comenzaron a sacar ruido, uno muy estridente e insoportable, nadie podría dormir al lado de alguien sacando ese tipo de ruido, mucho menos si son dos.

Carlos y Diana: a levantarse! a levantarse! ya es la hora de comer! hay que despertar! ya dormirás esta noche otra vez!!

Max y Oscar: -se despiertan de un salto- que ocurre!?

Oscar: mama! papa! parad de hacer ruido ya.

Carlos: te dije de llevar a Max a la playa para que salgáis un rato de casa, pero te quedaste dormido junto a él.

Max: hay playa?

Diana: sí, como a 10 minutos andando.

Max: quiero ir ya!

Oscar: esta bien pero antes comamos.

Después de comer ambos jóvenes se fueron andando hacia la playa, desde la casa se podía ver el mar, no la playa, pero no tenía pérdida alguna.

Pese a disfrutar durante los primeros 30 minutos en la playa, ambos chicos se aburrieron pronto del lugar, así que a Oscar no se le ocurrió otra cosa más que hacer una videollamada con sus amigos.

Oscar: voy a llamar a estos -empieza la videollamada- hola! como estamos?

Camila: buenas tardes majete, donde estás?

Lucia: si buenas tardes, que lugar es ese?

Max: buenas, buenas!

Ambas: buenas!!

Samuel: hay por dios, en serio? en fin, como os va el verano?

Lucia: apenas llevamos un simple día, esperas que digamos algún chisme?

Samuel: yo ahora mismo estoy comandando el ASF Intrépido.

Oscar: eso que es?

Samuel: un portaaviones nuclear.

Camila: y te dejan comandar un barco tan importante?

Samuel: soy almirante de la flota de reserva, no un oficial de la marina pesquera! claro que me dejan hacer algo como eso.

Lucia: uy que mal humor, ya te están sentando mal las vacaciones, deberías pensar seriamente en el retiro.

Samuel: y dale con lo mismo, no quiero, cómo lo tengo que decir? en chino? No quiero, no me interesa, me gusta mi trabajo! FIN! Ya no sé cómo decirlo.

Max: estas en donde?

Samuel: en un portaaviones -enseña la cubierta del barco- ahora mismo estoy como a 2000km del puerto más cercano.

Oscar: vaya te has tomado en serio eso de "no quiero saber nada del mundo", poco más y estás en la luna.

Continuaron con la videollamada por una hora, tiempo suficiente para que Max se quemara la espalda y regresara a casa caminando como un cangrejo, no porque estuviera rojo sino por cómo estaba caminando.

Nada más llegar a casa Diana le puso una crema especial para las quemaduras, los gritos de dolor del tigre casi se escuchan desde el cuartel de la CIE más cercano.