Cap 48

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Mark comenzaba a abrir los ojos lentamente, se sentía cansado, agotado, como si hubiera estado corriendo todo el día y no hubiera parado hasta ese momento. Pudo levantarse de su cama para ver que estaba solo, nadie más estaba en el lugar.

Bajando las escaleras se encontró con una silueta tan alta como Fran y con una túnica negra como la noche que le quedaba grande haciendo imposible ver sus zapatos o pies, si estaba descalzo. Lo único que podía ver eran sus manos, ambas huesudas y blancas, contrastando con su túnica negra. Y en su mano derecha, con una altura mayor a la de la silueta, sostenía una guadaña, una vieja guadaña que a pesar de su antigüedad parecía completamente nueva y no había signos de oxidación.

Muerte: hola Mark, un gusto volver a verte.

Mark: h-hola?

Muerte: ya pensaba que no podría verte de nuevo en mi reino, no debes estar confundido, estás muerto.

Mark: no es confusión por estar muerto, es confusión porque nunca te he visto antes, hablado contigo o siquiera en sueños. Tampoco sé por qué has dicho "volver a verte" lo que significa que ya he estado aquí y no es así.

Muerte: Permíteme ayudarte a recordar.

El suelo comienza a desaparecer, dando paso a una especie de estanque de agua donde se veía la tierra, el mundo de los vivos, pero este comenzó a revolverse, un torbellino emborronó la imagen mostrando una nueva. Esta imagen no era nada familiar al momento en el que Mark vivía, no era su época, no el año 2038, era un tiempo pasado.

150 años atrás

Un lobo de baja estatura de pelaje negro y blanco caminaba con unos planos en su mano, casi apenas podía sostenerlos sin que se cayeran de la cantidad que eran. Llegó a una habitación y tras ello puso sobre la mesa todo lo que sostenía para seguir con aquel trabajo.

Helen: profesor Mark, debería darse prisa. Nuestros agentes financieros ya no nos quieren dar más dinero, al menos no sin garantías de que ese invento suyo funcione, ya sabe sin pruebas no hay dinero.

Mark: no digas eso Helen, mi invento funcionará, la electricidad es el futuro de la furnidad! el progreso es inevitable, no pueden negarse al progreso, si no funciona hoy lo hará mañana, pero funcionará.

Helen: necesitan pruebas de que el dinero que invierten lo van a recuperar una vez el proyecto haya finalizado, no podemos seguir sin lograr avances y mostrárselos para poder desarrollar mejor el invento.

Mark: no te preocupes por eso, la prueba que quieren la van a tener, podrán decir muchas cosas, pero no dirán que soy un mentiroso y un estafador.

En ese momento, un gran lobo blanco entró algo preocupado por el profesor.

¿?: Mark, deja este estúpido invento, no va a traerte más que problemas.

Mark: no Fran, este será el invento del siglo, ven ayúdame a llevarlo a la sala de actos del consistorio.

Fran: deja, yo llevo eso, agarra aquello que... no sé qué es a decir verdad pero parece más ligero.

Los tres llevaron el invento al consistorio donde les esperaban unos cinco furrys bien vestidos, ricos y con muchos intereses en que funcione el invento, aunque con dudas de que realmente funcionase; Mark no tendría dinero si esta prueba no les satisfacía y no daba resultados satisfactorios.

Fran: no quiero que te pase nada, ten cuidado.

Mark: no me pasará nada -le besa en la frente- no te preocupes.

En una especie de acto Mark presentó su invento a los acreedores y les demostraría que, aparte de funcionar, merecía la pena invertir en ese invento.

Para desgracia del lobo, al tratar de manipular las palancas que controlaban la electricidad, recibió una descarga tan fuerte que lo dejó en el suelo, muerto.

Abrió los ojos sobresaltado por la descarga, sin embargo ahí no había nadie, solo un vacío oscuro, y de él salió una sombra negra con una guadaña, era la muerte.

Muerte: bienvenido al otro lado Mark.

Mark: que? no, no puedo estar muerto.

Muerte: pero lo estas, mira -se abre el portal para ver la tierra- acabas de recibir una descarga eléctrica importante y has muerto, por lo que eres bienvenido al "otro lado".

Mark: no, no, no, esto no puede ser cierto, no puedo morir, no ahora! -frustrado-

Muerte: no hay vuelta atrás, Mark.

Mark: debo volver, no puedo dejarle, no ahora que todo iba a estar mejor, no puedo separarme de él!

Muerte: bueno, puedes volver...

Mark: haz que vuelva.

Muerte: si vuelves te reencarnaras en cualquier otro furry, pero debo avisarte que olvidarás todo de tu vida pasada, sigues queriendo reencarnarte?

Mark: aunque sea lo último que haga, voy a reencarnar cuantas veces haga falta hasta lograr estar con él.

Muerte: como quieras.

Tras eso, Mark recibió un golpe que lo lanzó al estanque, llevándolo directo a la tierra, acababa de renacer como un zorro. El tiempo comenzó a pasar rápidamente en el estanque viendo como este zorro crecía y moría para renacer en un tiburón y repetir el proceso una y otra y otra y otra vez hasta que pudo ver como se reencarnaba en un lobo, era su última vida, la vida que acababa de vivir.

Presente

Muerte: esta vez no te reencarné en otro furry porque has cumplido tu promesa, haciendo trampas, pero la has cumplido. Aun así, has acabado en el mismo lugar, al otro lado.

Mark: entonces...aquí están todos los muertos?

Muerte: naturalmente.

Brayan: Mark? mi nieto, eres tu?

Mark: abuelo?

Ambos se acercaron y se abrazaron emocionados, por primera vez en más de 25 años volvían a verse, hablarse, tocarse y estar juntos.

Mark: te he echado mucho de menos abuelo, no sabes como me hubiera gustado que siguieses vivo.

Brayan: bueno hijo, ya sabes que la edad no perdona, tarde o temprano tuvo que haber ocurrido, solo era cuestión de tiempo.

Mark: pero tampoco eras tan viejo, 60 años es mucho para ti?

Brayan: has crecido mucho, te has hecho muy mayor, jeje, he visto todo lo que has hecho, estoy muy orgulloso de ti.

Charlaron por un tiempo, aunque en ese lugar el tiempo parecía no existir, una conversación muy agradable. Mark de pronto cayó al suelo, no sentía las piernas, al tratar de ver qué pasaba se dio cuenta que estaba desapareciendo.

Alarmado, pidió ayuda a quien pudiera explicarle qué le estaba ocurriendo, porqué desaparecía. Pero antes de poder saber siquiera lo que le ocurría desapareció, sin dejar rastro alguno.

Mi Frankenstein 2 (Furry/Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora