Cap 32

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Los días pasaban y la decisión sobre formar un nuevo comando se hacía cada vez más difícil de tomar, por un lado no les parecía mal en acceder puesto que de esta manera podrían hacer frente a esos sujetos si querían llevarse a Max, pero por otro lado sentían que mucho no podrían hacer para detenerles o retrasarles hasta que llegara la ayuda y que ninguno más que Oscar tenía especial interés en Max, más allá de que fueran amigos, claro.

Mark: Camila, Oscar, Samuel y Lucia, salid un momento conmigo.

Los alumnos se levantaron de su asiento y se marcharon junto con su tutor a una sala custodiada por Fran, el cual les dejo entrar y tras esto volvió a bloquear la puerta para que nadie entrase.

Mark: bien, el tiempo para pensar sobre nuestra petición se ha acabado, necesito saber si puedo contar con vosotros.

Lucia: bueno, omitiendo que Fran ha estado realizando unos ejercicios que podría compararlos con el entrenamiento que podemos tener si aceptásemos, seguimos indecisos profesor.

Mark: entiendo, pero es algo que juega en nuestra contra, ahora mismo podría estar pensando en atacar y robarse a Max y Fran, o puede que lo haga en una hora, quizás no sea hasta dentro de una semana. El caso es que tenemos que estar preparados si pasa, en cuanto a Fran, yo mismo le dije los ejercicios.

Oscar: demasiado "flojos" me parecían para ser él.

Mark: -ríe levemente- sí, quería teneros entrenados aun si no aceptáis, la idea es que podáis hacerle frente o lograr evitar el desastre.

Samuel: bueno... yo podría haber...

Mark: -interrumpe- no podrías haber hecho gran cosa pues no vendrán dos agentes por Max, lo más probable es que sean unos cinco o seis sujetos, solo no durarías ni un minuto.

Camila: seguimos indecisos, por favor denos algo más de tiempo para pensarlo.

Mark: esta bien, les dejo que se lo piensen hasta las 2, una vez termine si no han dicho nada consideraré vuestra respuesta como un "no".

Los cinco salieron de la sala y se dirigieron a su clase para continuarla como si nada hubiera pasado. Las horas pasaban, el tiempo se agotaba, pero la duda no parecía resolverse, es más, incluso se agrandaba por cada minuto que pasaba y se acercaba la fecha límite.

Oscar: bueno.... Parece que por el momento seguimos iguales.

Lucia: sí, yo sigo igual de indecisa que esta mañana.

Samuel: entonces.... Lo echamos a suertes?

Camila: votemos en un papel en blanco y lo que salga salió, ok?

Todos parecieron estar de acuerdo con la decisión, partieron una hoja en cuatro pequeños pedazos en los que cada uno escribió su respuesta, acto seguido los doblaron para que no se supiera lo que habían escrito y lo dejaron en un pequeño bote al mismo tiempo, así no sabrían de quien era cada papel.

Oscar: bien, yo iré sacando los papeles –saca todos los papeles y los abre- entonces... tenemos tres síes y un no, eso significa que aceptamos la propuesta.

Samuel: la decisión esta tomada.

Mark: que decisión?

Los cuatro se quedaron de piedra tras escucharle decir esas palabras sin saber exactamente cómo había logrado aparecer donde estaba sin que se dieran cuenta.

Lucia: q-que aceptamos la propuesta de.... Ya sabe.

Mark: oh, bien, entonces os espero después de las clases.

Apenas diez minutos de la conversación, el timbre de la universidad anunciando que las clases terminaron comenzó a sonar. Los alumnos recogieron sus cosas y empezaron a irse de clase, cosa que nuestros amigos no hicieron hasta que todos los demás se hubieran ido.

Mark: síganme.

Sin mediar palabra les siguieron hasta un coche grande, casi negro de esos que aparecen en las películas que usan los espías o agentes secretos. Tras subirse comenzaron a conducir hasta llegar al cuartel de la C.I.E. que no tardaron mucho en llegar por lo que se sorprendieron lo cerca que estaba de la universidad.

Mark: este es el cuartel de la C.I.E. donde entrenareis y os preparareis para cuando nuestro señor villano anciano loco venga por Max y Fran.

Oscar: p-pero falta Max!

Mark: no, de hecho mande recogerlo después de nuestra conversación en la mañana, supuse que diríais que sí y he acertado.

Los cuatro se sorprendieron de que se encontrase ya en el lugar.

Mark: os he asignado a cada uno un "instructor" de esta manera os podrá entrenar personalmente. Lucia tú tienes a Sara, Samuel tú tienes a Emily, Oscar tú tienes a tu padre.

Oscar: que?!

Mark: y Samuel tú tienes..... A Oliver y Alvin, ya que sabes defenderte veamos qué tal se te da.

Cada uno se fue con sus instructores los cuales comenzaron a enseñarles técnicas de evasión y maneras de inmovilizar al enemigo además de saber cómo usar los sedantes.

Fran: -entra en una habitación- como te va?

Max: -algo agotado- bueno, no voy mal, creo que necesitaré dar golpes más fuertes.

Fran: bien, te presento a tu rival –entra Mark en la sala- tienes que derrotarlo.

Max: seguro?

Fran: sí

Max: yo derrotarlo a él?

Fran: eso es.

Max: quieres que yo derrote al débil y pequeño Mark?

Fran: sí, donde está el problema?

El tigre de gran tamaño abrió los ojos ladeando un poco la cabeza a modo de estar de acuerdo con lo que le pedía sin ver la dificultad en el ejercicio. Tras coger impulso le propinó un buen puñetazo que lo mando a volar contra la pared, muy probablemente rompiéndole algunas cuantas costillas y huesos.

Max: -sorprendido- e-estas bien?

Mark simplemente calló al suelo, se tocó la muñeca e hizo crujir los huesos de su cuello para después levantarse como si nada.

Mark: eso es todo lo que tienes?

Sorprendido por la reacción del contrario decidió volver a golpearle de la misma manera, solo que en esta ocasión algo salió diferente, Mark antes de ser tocado siquiera, lo golpeó en el estómago.

Max: -cae al suelo- e-eso duele!

Mark: predecible, si atacas de la misma manera ten cubierto todos tus flancos o sino acabarán contigo sin siquiera esperarlo.

Max se levantó para darle una patada que lo volvió a mandar a volar contra una columna que rompió, mas Mark parecía estar como si nada hubiera pasado, como si solo le hubieran empujado.

Nuevamente volvió a intentarlo de la misma manera, con una patada, sin saber que en esta ocasión quien acabaría contra la pared sería él mismo y no Mark.

Mark: fin del entrenamiento, tiene que descansar.

Fran: le doy el....

Mark: a ver, que remedio.

El pequeño lobo salió del lugar dando por finalizado el ejercicio en el que Max no fue capaz de derribarlo a pesar de que este lo veía como algo fácil.

Mi Frankenstein 2 (Furry/Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora