⌦⓿❹

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Alemania observó pasar el bosque mientras trataba de no devorar toda la bolsa de caramelos que le habia comprado Reich. Tenian que durar al menos durante cinco meses hasta que el sendero que bajaba al valle fuera accesible de nuevo la próxima primavera. Por lo tanto, tenía que ser ahorrativo con sus dulces.

-¿Descubriste algo sobre los cazadores? -preguntó curioso dejando los dulces aún lado para ver a su mayor.

-En realidad no -respondio Reich y maniobró el camión de forma segura a través de otra curva- Igual que el año pasado, supongo. Los primeros van a llegar en dos semanas.

Alemania suspiró. Dos semanas de libertad. Japón se marcharía cuando los cazadores inundaran la ciudad y el bosque aunque preferiría no tener que lidiar con humanis estúpidos y sus armas.

-Aún no me dijiste lo que querías decir antes - dijo volviendo a tocar el tema de antes y reich gimió con una expresión de dolor en su rostro.

-Déjame reformularlo: aún no tienes la edad suficiente para saber sobre eso.

-¿Podemos probar Lattle Macchiato cuando lleguemos a casa? Quiero saber cuál es el problema -dijo Alemania y Reich ante ese comentario casi pierde el control en la siguiente curva. Los neumáticos chirriaron en protesta y algo en la parte de atrás del camión se deslizó por el área de carga, golpeando contra la pared lateral.

-Difinitivamente NO estamos hablando del mismo tipo de Lattle Macchiato que Japón quiere hacer contigo -aclaró después de recuperar el control del camión- Y solo para aclarar las cosas, no harás nada de eso con ese chico.

-¿Por qué no? -Alemania quería saber aunque se molesto por esa tonta regla y orden del mayor -Es agradable, tiene más o menos mi edad y también le gusta leer aparte....es lindo y muy tierno.

-¿Recuerdas nuestra charla sobre abejas y flores? -Reich preguntó al azar y Alemania frunció el ceño.

-Lo recuerdo pero no sé que tiene que ver eso con Japón.

-Bueno, algunas abejas prefieren a otras abejas -Explico el mayor cripticamente sin arriesgar una sola mirada en dirección al alemán.

-Pero si es así no habría flores pequeñas, ¿no es verdad? -comento Alemania, desconcertado, y Reich estuvo de acuerdo con un breve movimiento de cabeza.

-Algunas abejas hacen con otras abejas las cosas que normalmente hacen con las flores. Y algunas flores hacen esas cosas con otras flores.

-Eso no tiene sentido -Respondió Alemania secamente.

-¿No puedes simplemente mantenerte alejado de Japón? -Reich volvió a intentarlo desesperadamente, pero Alemania negó con la cabeza.

-Solo dime lo que quisiste decir -exigió obstinadamente.

-Te volviste terriblemente rebelde -refunfuño y presionó la palanca suavemente- Ambos somos machos, así que somos abejas.

Alemania asintió con la cabeza.

-Japón también es una abeja, pero es una de esas abejas especiales.

-¿Entonces hace cosas con otras abejas? -Alemania añadió interrogativamente.

-Exactamente -Reich se humedeció los labios, incómodo- Entonces, cuando te pidió que bebieras Latte Macchiato con él, básicamente te hizo saber que quería hacer estas cosas contigo.

-¿Hacer abejas bebé?

Reich pareció saltar del camión aún más incomodo y sin saber como responder correctamente.

-No hay crías de abejas -dijo finalmente, logrando confundir a Alemania aún más.

-¿Pero por qué querría hacerlo entonces?

𝐌𝐈 𝐃𝐄𝐒𝐓𝐈𝐍𝐀𝐃𝐎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora