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El reflejo en el espejo seguía siendo algo a lo que Alemania no estaba acostumbrado. La posibilidad de que pudiera ser él era tan descabellada.

Sin embargo, era él.

Respiro hondo y dejó que su mirada recorriera su cuerpo por última vez. Un par de jeans abrazaron sus piernas y fue sostenido por un cinturon, su torso estaba cubierto con una cómoda camiseta negra y su cabello no parecía un nido de pájaros para variar. Sin embargo, sus nervios se dispararon cuando pensó en la cena familiar.

¿El padre de ellos incluso toleraría su presencia? Él era un puma y ellos eran osos; para ellos era solo una reacción natural ahuyentat a cualquier otro carnívoro. No tenía ninguna posibilidad de que se comportará bien sin estar a cada momento nervioso,

-¿Alemania? ¿Estás listo? -preguntó kazajistán afuera del bañó.

-S-si - respondió temblorosamente.

Sus labios se movieron en una sonrisa torcida que era cualquier cosa más que alentadora. No era feo; peeo no había nada de lo que pudiera estar orgulloso. ¿Por qué Japón había decidido beber Latte Marcchiato con él? Seguía siendo un misterio.

Alemania detuvo sus pensamientos antes de que pudiera adentrarse más en su pasado y asintió con la cabeza hacia su reflejo.

Bielorrusia no estaba contenta con su elección de ropa, llevaba un elegante vestido de cóctel turquesa, sin embargo, no hizo ningún comentario respecto y simplemente lo acompañó al automóvil despues de cerrar la puerta principal. La noche no era tan fría, pero el padre de ellos vivía a una distancia considerable de la ciudad, por lo que era más fácil  y cómodo llegar en un automóvil.

Alemania se sentó en silencio en la parte de atrás, un hombre de la radio les dijo qhe el pronóstico para la proxima semana mientras Bielorrusia revisaba su lápiz labial en un ridículo espejo de mano pequeño.

Solo podía preguntarse cómo había logrado aterrizar en esa situación. Era algo sobre lo que solo había leído en libros y se sentía extraño presenciarlo ahora con sus propios ojos. ¡Era tan dolorosamente normal!

kazajistán condujo el coche por un camino sinuoso que conducía a una casa. El porche estaba iluminado por unas linternas y un camión grande ya estaba estacionado frente a él. El barniz negro brilló en la penumbra y Alemania se estremeció involuntariamente.

El bosque comenzaba casi justo al lado de la casa, pero el césped estaba inmaculado sin malas hierbas ni raíces. Tres pasos los llevaron al porche y Alemania se movió nerviosamente mientras esperaban a que alguien abriera la puerta después de que kazajistán llamará. Ya olía el distintivo olor de varios osos y tuvo que bloquear cada músculo en su lugar paraevitar que saltara.

La puerta se abrió y reveló a una mujer alta. Su cabello rubio estaba recogido wn una elegante cola de caballo y de repente se sintió como un mendigo con su ropa cuando vio su ajustada blusa blanca y pantalones grises.

-¡Bielorrusia! Buenas noches, ¿cómo estas? ¡Y kazajistán! ¿Hermanito, te cortaste el pelo? Se ve bien y- se detuvo a mitad de la oración para mirar al alemán. Consiguió esbozar una sonrisa temblorosa cuando todo lo que quería era huir al bosque.

-Tú eres el puma -observó finalmente y él asintió tímidamente- La mocosa llorona necesitaba que le dieran un merecido, estuvo bien que mataras a ese feo roedor.

-Gracias, señorita -respondió mientras un intenso rubor se apoderaba de su rostro.

-Llámame Moldavia -dio un paso hacia un lado para dejarlos entrar a todos- Los chicos están en el porche trasero hablando de cosas de chicos, puedes unirte a elloa si quieres.

𝐌𝐈 𝐃𝐄𝐒𝐓𝐈𝐍𝐀𝐃𝐎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora