La incomodidad del día pareció disminuir junto con los rayos de luz del sol. Alemania se sintió más ligero y aprovechó cada oportunidad para frotarse contra Russia, mezclando sus aromas en el proceso.
Russia le ofreció un trozo de pollo y Alemania lo tomó suavemente antes de limpiarle los dedos al alfa también. Un rugido de agradecimiento fue su recompensa y sonrió felizmente. Russia lo miró con ojos casi brillantes, negó con la cabeza y agregó especias al pollo en la sartén.
Alemania tomó una tira del pimentón que estaba cortado y también comenzó el proceso de alimentar al ruso. Un cosquilleo recorrió su columna vertebral cuando esos suaves labios rozaron sus dedos.
-Delicioso -comentó Russia después de lamer lentamente sus labios, con lo cual Alemania solo logró asentir estúpidamente. El ruso colocó la espátula sobre la encimera de la cocina y atrajó al alemán hacía él para que pudiera enterrar su rostro en el cuello del más pequeño y así lamer el área sensible debajo de la oreja.
Abrumado por la sensación, Alemania agarró al alfa por los hombros y jadeó en silencio. Todo se sentía demasíado caliente y aún más cuando el ruso acarició su cuello y garganta, sacándole gemidos y suspiros sin aliento.
Dejó que sus manos recorrieran el torso desnudo del mayor, sintiendo los músculos fuertes debajo de la piel suave y ocasionalmente encontrando el lugar sensible del contrario. Russia gruñó en voz baja cuando sus manos vagaron más abajo para descubrir los espasmos abdominales y el tentador rastro feliz.
Russia lamió el cuello de Alemania haciendo que se sacudiera de placer. Contento con su trabajo, besó cariñosamente su cuello antes de pasar a otro lugar que podía atormentar sin descanso con su talentosa boca.
Aunque ese bello momento se acabó al escuchar como la puerta era abierta de golpe. Como si lo hubieran abierto con una patada.
El sonido despejó la neblina de la mente del alemán y trató de alejarse de Russia quien no coperaba en lo absoluto y solo lo apegaba aún más a él. Al menos dejó de mordisquear su cuello que seguramente estaría magullado al día siguiente.
-¡No mames wey, este lugar apesta como si hubieran lanzado una orgía! ¿Qué chingados hiciste-¡A LA VERGA WEY MIS OJOS! -gritó sorprendido quien los interrumpió arrastrando las palabras y en estado paralizado al verlos a ambos en una posición compremetedora- ¡'Ora tú! ¿Qué chingados creen que hacen?
Russia gruñó amenazadoramente con sus manos sujetando firmemente a Alemania contra su tenso cuerpo.
-Vete a la mierda.
-Ah cabron..no te me pongas rabioso, no hay necesidad de ser tan grosero, solo quiero saber quién es la pobre alma que estás exprimiendo hasta la muerte -respondió el hombre sin sentirse impresionante o amenazado.
Russia aflojó un poco su agarré y Alemania frotó su mejilla contra su pecho para mostrarle que estaba bien. El comportamiento posesivo del ruso fue bastante tierno, para ser honesto, e hizo que el corazón de Alemania latiera más rápido de alegría. Se sentía querido y ya no como una molestia.
-Ya wey, dejate de misterios y dime, ¿quién es la desafortunada? -el extraño quiso saber y Russia gruñó de nuevo-..pa' mi que este wey no va a decir ni madres -murmuró para si mismo antes de aclararse la garganta- Ya que, entonces empezaré. Hola, un gusto soy Estados Unidos Mexicanos pero mis compas me llaman México o Mex y en caso de que te lo preguntes, estoy jodidamente caliente y mamadisimo.
-Dije, vete a la mierda -repitió Russia con impaciencia y el hombre se rió.
-Ay Ruski, solo tienes miedo de que esa criatura tuya abandone tu feo trasero tan pronto como me vea -bromeó y Alemania resopló porque nada de eso era cierto, él estaba realmente feliz con el ruso y nadie podría ser capaz de reemplazarlo.
-¿Qué hay para comer? -el mexicano preguntó con indiferencia y Alemania escuchó sus pasos acercándose.
-No te atrevas -siseó Russia y Alemania suavemente pasó su mano por sus abdominales para calmarlo.
-¿Qué cosa? ¿Comer tu comida o tocar tu monada?
-Ambos -respondió el ruso secamente y el otro solo se rió entre dientes.
-Ay wey ¿Es eso acaso un desafío que escuché? -se regocijó y el ruso resopló molesto.
-Solo dime por qué viniste aquí -exigió fríamente.
-Solo queria saber si los rumores eran ciertos y obviamente lo son -cedió México con un suspiró.
-¿Qué rumores?
-Los rumores de que secuestraste a un puma. Toda la manada quiere saber si finalmente el alfa ha elegido un compañero. -explicó el mexicano con seriedad y Alemania sintió que Russia se tensaba de nuevo.
Pero, ¿el alfa realmente eligió un compañero? ¿O fue solo una atracción animal? Esta vez era él que se apegaba aún más al mayor, queriendo agarrarse lo más fuerte posible por temor a ser descartado tan pronto como se recuperaran.
-Es mío -proclamó Russia mientras su mano dibujaba círculos lentos en la cadera de Alemania.
-Chido. Quiero ser la dama de honor -comentó divertido- ¿Puedo usar tu baño?
Sin esperar respuesta, desapareció por el pasillo y Russia aprovecho nuevamente la soledad y se inclinó para besar la sien de su alemán.
-Está en tu orgullo, ¿no? -Alemania quiso saber y obtuvó un tarareo en respuesta. Se inclinó hacía atrás para mirar el rostro de Russia y no pudo ocultar su sonrisa- ¿Y soy tuyo?
-Todo mío -afirmó Russia con una sonrisa deslumbrante y Alemania se sintió de repente muy mareado. Afortunadamente, el mayor lo sostenía, ya que no estaba seguro de que si sus piernas temblorosas habrían podido soportar su peso.
-Estoy impresionado de que no lo hayas matado todavía -preguntó en voz alta y su contrario puso los ojos en blanco.
-No lo hago porque se que no es una competencia para mí -dijo engreído- Y está locamente enamorado de otra persona.
Oyeron que se abría la puerta del baño y Alemania no hizo más preguntas. Giró la cabeza para mirar al mexicano finalmente porque Russia había estado demasiado atrapado en su modo de hombre de las cavernas como para dejarle ver al visitante todavía.
No era exagerado decir que el mexicano era deslumbrante. Parecía que acababa de salir de una sesión de fotos para la portada de una revista, llevaba unos hermosos mechones de su cabello castaño despeinados y un brillo burlón en sus ojos.
-Hmm, pues la verdad no estas nada mal -evaluó con una sonrisa que hizo que sus rasgos parecieran aún más impresionantes.
Llevaba un par de jeans oscuros y se había metido cuidadosamente la camisa en la cintura. La camisa era de un blanco inmaculado sin una sola arruga, mientras que los dos primeros botones estaban abiertos, revelando su piel blanca y a la vista parecía suave.
-Bueno, entonces tripaloski. ¿Cuándo piensas presentarlo a la manada? No creo que haya recibido una invitación para una reunión, o si?
Russia ignoró la pregunta y acarició cariñosamente el costado de la cabeza de su pequeño alemán. Alemania ante el cariño ronroneó y se retorció levemente para frotar sus cuerpos entre sí y mezclar aún más sus aromas.
-Ah, que hueva...si van a volver a hacerlo, minimi dsperence hasta que me vaya, ¿no? Chale, y yo que venia aquí por comida. Mejor me voy para dejar que ustedes continúen con su orgía -comentó México con una sonrisa burlona ganándose un gruñido de parte del alfa y sin más se fue por donde vino.
-¡Recuerda Ruski usar la vieja confiable! Y ten compasión por él, se nota que es nuevo y delicado -gritó justo antes de que se cerrara la puerta.
Russia gruñó molesto pero se apresuró a dejar otra marca en el cuello de Alemania antes de volver a remover el contenido del sartén. Alemania aceptó felizmente el pequeño trozo de pollo que le ofrecio, haciendo que el alfa tarareara contento.