3

2.9K 144 92
                                    






Belladonna Crovetto
Montecarlo, Mónaco

Había hecho una estupidez, eso estaba segura.
Termine en una playa con una simple playera y encima de aquel piloto que parecía el mismo infierno.

<<Max debería ser ilegal>>

Demasiado ilegal, maldita sea la hora que la encontré ahí y acepte irme con él.
Seguía caminando en dirección a mi casa, tenía varias llamadas de papa preguntándome donde estaba.

Yo sé que ya soy mayor, pero papá siempre se preocupa por mí.

El cielo morado se estaba viendo desde un extremo de la cuidad, metí la llave y me adentré en casa. En estos momentos me siento como una adolescente que estoy segura de que cuando abra se encontrar a su padre esperando para regañarla.
No suelo repetir esto muchas veces, sin embargo, ahora si lo hice.

Cuando llegué a mi cuarto metí la sudadera en mi ropero, ¿Por qué la colonia de hombre siempre dura más tiempo? La sudadera apenas se movía y desprendía gran cantidad de perfume de él.
Esto es estúpido e ilógico, como me puede gustar alguien.

Cuando Max insistió en que le diera mi número, pude jurar que nunca estuve buscando tantas explicaciones como en esta situación. Sali casi huyendo de él, algo que Belladonna Crovetto no hace.

Me acosté y puse una serie en mi iPad.
No quería ver algo de amor, es más quiero borrar todo lo que tenga que ver con ello.

Había roto el protocolo, también algunas reglas. Puse pausa y me pare en busca de mi libreta, aquella libreta de one direction que tengo desde los 16 años. Fue un regalo de mi papa, que por cierto en ese tiempo salió muy cara.

Estaba dividida en 3 partes, novios, besos y sexo.

Amaba sin duda disfrutar de mis mejores años, estos años donde tenía un trabajo y disfrutaba de salir en las noches. Puede que otras personas me vean como una puta, pero me gustaba disfrutar mi sexualidad y sé que hay pocos años donde uno luce preciosa.

El sonido de mi celular me saco de mis pensamientos, Alyssa.

—Hasta que te dignas a contestarme.

—¿Y tú eres?

—Deja de estar de payasa y explícame eso de que te fuiste con un piloto de F1.

Terminé contando todo, hasta que rompí el protocolo. Ese protocolo que ella me enseño, y que ahora estaba segura de que me mataría.

.

Al despertar lo primero que vi fue a mi padre, un poco enojado ya que ayer había una junta y estaba segura de que era importante. Me senté esperando a que me explicara todo mientras me comía mis panques acompañados de una taza de té.

Parecía estúpido porque estaba segura de que cuando cerraba mis ojos, los suyos aparecen dentro de mí. Su mirada intimidante y aquellas caricias que no dejaban de recrearse una y otra vez. Bastantes veces para ser precisos.

Cuando termine los informes me continue viendo series, lo que más necesito es que mi cabeza esté ocupada para no pensar en él.



23 de septiembre.

Me he concentrado tanto en olvidarme en aquellos ojos y sus malditas caricias, que he olvidado todo lo que he tenido pendiente al igual que mi vida.

En estos días no he salido de fiesta, algo poco común en mí.
He querido leer, pero parece en vano. Cada que un libro describe a un personaje hombre en mi mente solo está el. Aquella noche en su apartamento y después en Niza.

𝐍𝐢𝐳𝐚 | 𝐌𝐚𝐱 𝐕𝐞𝐫𝐬𝐭𝐭𝐚𝐩𝐩𝐞𝐧 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora