𝐍𝐢𝐳𝐚 | 𝐌𝐚𝐱 𝐕𝐞𝐫𝐬𝐭𝐭𝐚𝐩𝐩𝐞𝐧 |

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Belladonna crovetto.
19 enero

Alguna vez sentí que era el amor puro, ese amor que te deja con ganas de explicarles a los demás lo que sientes, algo que no puedes describir, que cuando tratas de hablar las palabras desaparecen, no existen y no existirán.

A veces uno suele confundir el amor, la manera en la que atrae alguien es simple, pero la manera en la que alguien hace que te gusten tus ojos, que tus manos se sientan bien con las de alguien mas, es mágico.

Al principio me negué, me negué de una manera horrible, ya que no quería enamorarme, no quería ser alguien dispuesta a abrir la peor manera de mí, no quería que viera mis miedos. Esos mismo que aún me cuesta hablarlos, es un miedo horrible, el pensar que te van a gustar, si de verdad te quiere o solo esta buscando la manera de lastimarte.

Pero con el.

Con él, es simple, sé que puede lastimarme, que puedo terminar llorando por el, pero ahora solo quiero estar sintiendo miles de cosas cuando me toca.

Cuando sus manos tocaron las mías supe que no me importaba doblarme ante él, supe que podríamos hacer todo para estar bien y aun así lograrlo.

Estos días, los mismos que no he podido sacarla de mi mente, le confesé que me gustaba, es algo simple sin importancias y que en su mayoría no me tendría que emocionar; sin embargo, ahora otra cosa, quería decirle que me gustaba de verdad.

14 de febrero.

Mientras caminaba a la cocina me di a la tarea de pensar que hacer el día de hoy, estos días he tenido mucho trabajo sin mencionar el hecho de que tengo que ir a terminar un examen para mi próxima certificación.

Bella y Checo habían salido ayer a Italia, todo para festejar el día del amor.

Por lo que me daba 0 posibilidades de ver a Max.

No es que sea una persona que ama este día, siempre me a parecido estupido festejar un día solamente. Por lo que nunca fui tan amante de las flores ni de peluches, puede que de los chocolates sí, pero no de lo demás.

—Buenos dias ¿cómo amaneciste?

—Bien, tengo hambre.

—Yo también, —papa tomo el café —¿Qué vas a hacer en la tarde?

—No tengo nada, solo que tengo que estudiar para mí próxima certificación.

—Erick me comento...

—Papa, estoy saliendo con alguien más.

—No me habías dicho Bella. —Tomo sus gafas. —Oh de verdad lo siento, a veces siento que no sé que pasa en su vida.

—No te preocupes, ni yo sé que pasa en la mía.

.

Reportes, estudio y infinidad de apuntes que mi cerebro aun no es capaz de procesar. La idea de tener otro certificado parecía genial, el problema es que mi cerebro no quería cooperar para poder obtener ese titulo.

Estaba sentada en mi oficina en el hotel, he de admitir que la vista es perfecta y la tranquilidad que me da estar aquí es mejor que cualquier cosa.

—Señorita le traen esto. —sin dejar de mi mirar mi ordenador dejo algo en la mesa.

—Gracias.

Cuando alce la vista me encontré con un ramo de flores, flores de todo tipo. ¿Grande? puede que sí, pero eso no fue lo que me sorprendió.

Un caja de Tiffany's en el centro.

"Nos espera New York"

19 de febrero.