𝐍𝐢𝐳𝐚 | 𝐌𝐚𝐱 𝐕𝐞𝐫𝐬𝐭𝐭𝐚𝐩𝐩𝐞𝐧 |

4

Max Verstappen
Montecarlo Mónaco
30 de septiembre.

—¿Qué quieres de comer?

—No se.

Justo cuando termine eso decir eso Penélope tiro mi casco de la repisa.

—¡Kelly!

Penélope se puso a llorar, solo me limite a mirarla y entrar a la cocina. Me senté esperando que Penélope dejara de llorar para ir al jardín a terminar algunas cosas del próximo gran premio. Había dejado a checo en mi casa mientras venía a pasar un rato con Kelly y Penélope, que ahora que lo pienso es mala idea. 

Buenos días. ¿Porque quieres bloquarme? no crees que es imprudente, aparte los dos nos atraemos y bueno ya sabes...

Mande el mensaje y cheque redes sociales por un rato.

¿Por qué tanta insistencia? ¿Qué quieres?

Belladonna es más difícil de lo que creo, bueno, pero no es tan difícil.

una cita.
Eso quiero.

No soy de citas.

¿Entonces?

Bueno.

¿Enserio?

Si.
Mañana a las 2 en el casino.

1 de octubre.

Al llegar al casino, no había nadie. ¿Puede ser una broma? Tal vez sí, pero a lo mejor no.

Puede que suene un poco estúpido, pero estos días no he dejado de pensar en ella. He batallado para tener su número y espero esta vez no arruinarlo.

A lo lejos la vi, venía con un pantalón negro y un corset un poco ajustado. Su cintura y lo hermosa que se veía me hacían pensar que el jodido mundo lo tenía frente a mí.

—Belladonna — Exclamé antes de que se acercara a mí.

—Max —Su tono es suave y muy dulce, hasta me gusto como lo dijo. —Me tienes aquí.

Y sí que la quería tener ahí, ella es una puta diosa. La diosa de la que habla la mitología griega que te atrapa y puedes hacer de ti lo que sea.

Afrodita

—¿Por qué tanta insistencia?

—Solo te quería ver.

—Espero está sea una cita normal.

—¿Y desde cuando crees que tengo citas?

—Espero estes bromeando.

—No — Y no mentía, nunca había tenido citas normales o tal vez una vez solo.

—¿Entonces? ¿Por qué me querías ver?

—¿Que no te puedo ver solamente?

—Debe haber una causa para verme.

—¿Qué quieres hacer?

—Comer.

—Pues comamos.

Era absurdo seguir insistiendo con ella, sabía que si seguiríamos peleando arruinaría todo otra vez.
Decidió ella el restaurante y solo me limite a seguirla.