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Una noche de celebración, risas y bebidas. La luz de la luna y las estrellas brillaba encima de sus cabezas, decretando que todo el día de hoy, incluyendo el clima, era maravilloso. El jardín donde celebraban era perfecto, la apertura de la galería había sido un completo éxito y los talentosos amantes, esposos y fotógrafos, vivían su noche de triunfo al máximo.  

Avril observaba casi con lágrimas en lo ojos como aquel periodista entrevistaba a su atractivo marido y se sentía bastante orgullosa de él. Parecía genuinamente feliz y cómodo, por supuesto que lo estaba, este era el mundo al que pertenecía. Todos lo adoraban, ¿Y cómo no hacerlo? Era encantador, divertido, no te dejaba otra opción que sentirte atraída por él. Todos lo hacían, ella aún más. 

El periodista llevaba unos varios minutos preguntándole infinidades de cosas y por supuesto que él jamás titubeó en ninguna de las respuestas. Dominaba el tema y eso sólo lo hacía más hipnotizante. Sabía bien lo que hacía pues llevaba siendo fotógrafo muchos años y era bastante talentoso, no sólo con la cámara, sino para conectar con aquello que capturaba, personas, paisajes, comida.

Animales no. A él no le gustaban los animales. 

—Muchas gracias, señor Montgomery. Creo que con eso sería todo—dijo el periodista complacido.

—Dime Adam, por favor. Y muchas gracias a ti y a todos ustedes por estar aquí, eso lo hace todo aún más maravilloso e importante—respondió amablemente el hombre rubio, dándole una de sus encantadoras sonrisas.  

—Y esta hermosa chica es la autora de la mitad de las fotografías que se encuentran aquí, ¿No es así?—preguntó dirigiéndose a ella esta vez. 

Avril sonrió apenada y asintió levemente con la cabeza.

—Yo no diría que la mitad, sólo unas cuantas—se limitó a decir. 

—Tienes bastante talento, tus fotografías son hermosas—insistió el periodista.

—Muchas gra…

—Así es, mi esposa es una mujer bastante talentosa—la interrumpió Adam, al momento en que la acercaba a su lado tomándola de la cintura—. Conocí a Avril en su último año de universidad y puedo decir que era la estudiante más talentosa, para el nivel en el que está es buena y siempre quiere aprender cosas nuevas. 

—Eres muy afortunada de tenerlo a tu lado, no hay nada mejor que estar casada con un fotógrafo de gran nombre si quieres dedicarte a esto—el periodista volvió a hablarle a ella.

—Si, lo soy. Admiro muchísimo a Adam como profesional y sé que puedo aprender bastante de él—la chica respondió con una sonrisa. 

—Que bueno-sonrió—. En fin, muchísimas gracias, Adam—le extendió la mano al hombre, quien le dio un apretón con bastante firmeza y lo que parecía una sonrisa un poco hostil. 

—Y tú, ¿Cuál dijiste que era tu nombre? 

—Avril Montgomery—le extendió también su mano para despedirse.

—Avril, fue un placer conocerte. Adiós y espero mucho éxito a los dos—dijo con amabilidad y ambos le sonrieron antes de que finalmente se marchara. 

Adam envolvió a Avril por la cintura esta vez con sus dos manos y la acercó más a él.

—Aún tengo que hablar con unas cuantas personas antes de irnos, quédate cerca para así no perderte de vista, ¿De acuerdo? Sabes que no me gusta tenerte lejos. Luego podemos irnos—se dirigió a ella con firmeza, envolviendo su barbilla entre su pulgar e índice. 

AvrilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora