Epílogo

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Mayo 14, primavera de 2024.

Hoy el clima está mejor que nunca. Finalmente entro a casa, después de pasar toda la mañana y parte de la tarde fuera, en el nuevo estudio, mi nuevo estudio. Aún se escucha un poco irreal sólo de pensarlo. Fue una decisión que tomé hace unos meses, dejar el estudio de Amy, dónde definitivamente era feliz, no fue nada sencillo, de hecho, diría que fue bastante difícil, pero tanto ella, como mis compañeros, pudieron entenderlo. Hace más de un año que la idea empezó a armarse en mi cabeza, un lugar propio, que fuera mío, así que empecé a formarlo, crearlo y luego de mucho trabajo, lo vi hecho realidad. ¿Lo mejor de todo? Formé una sociedad con el estudio de Amy así que después de todo, no tuve que dejar de trabajar con mis amigos. Se ha ampliado mucho el grupo, de trabajo y social, pero aún para la mayoría de las cosas, seguíamos siendo Aaron, Amy, Cristal y yo. Los inseparables, bromeó Sebastian un día.

Cierro la puerta tras de mi, caminando a través del gran vestíbulo que me recibe, aunque hace muy poco que finalmente nos mudamos a nuestra nueva casa, diseñada por Sebastian desde cero, se siente como un hogar. Nuestro hogar. Cada sofá de piel, sillón, cojín, reloj de pared, retrato, fotografía, es nuestro. Cuando compras una casa, o te mudas, el lugar suele llevar una historia consigo, gente alrededor que en algún tiempo caminaron por el mismo pasillo, usaron la misma cocina, rieron, lloraron, cada uno vivió una experiencia, pero aquí, aquí no es así, pues las primeras memorias, el primer calor, la primera vez que dos personas hicieron el amor, siempre seremos nosotros dos. Sebastian y yo.

—Sí, por supuesto que estoy ocupada, pero puedo hacerme un espacio—respondí a través de la línea a la persona con la que hablaba por teléfono. Era un contratista con el que debo verme para remodelar uno de los estudios individuales—. Sí claro, mañana antes del mediodía está perfecto. Nos vemos.

Dejé el teléfono sobre una de las mesas del pasillo y me dirigí al jardín. La brisa fresca abrazando mi piel, mi rostro, mis ojos viendo maravillada a mi hermoso novio jugando junto a Maggie en el césped. Siempre me ha parecido increíble la energía que tiene para los juegos físicos, es como un niño que nunca se cansa de estar con una pelota, es más, la linda minina de pelaje gris suele cansarse mucho antes que él y empieza a ignorarlo. Tomo la cámara que está guardada en mi bolso y empiezo a fotografiar una imagen de la que nunca me canso, mi pequeña familia a través de mi lente.

—¡Hey!—Sebastian me soltó una sonrisa al notar que yo estaba allí y ya estaba por dirigirse a mi, cuando le pedí que se quedara justo dónde está para tomar una foto más. Luego caminé hasta él—, ¿Cómo estás? No te sentí llegar—me envolvió en sus brazos, dándome un beso de bienvenida.

—Hace un momento—devolví su beso—. Te he extrañado, trabajo mucho últimamente.

—Lo sé—pasó un mechón de cabello detrás de mi oreja—, yo también te he extrañado, pero ya estás aquí.

Asentí.

—Estoy aquí—lo besé de nuevo.

Nos sentamos en el césped y saludé a Maggie apropiadamente antes de que se distrajera persiguiendo una mariposa. Me recosté al hombro de Sebastian, preguntándole por su día.

—Estuvo bien, llegué hace un rato a casa, hay unos espejos que quiero que veas y decidas cuál es el que quieres en el baño—asentí. Todo sobre la mudanza aún es reciente y hay cosas que siguen sin estar en su lugar, sin embargo, lo estamos llevado bien—. Tu mamá también llamó para saber cómo van los preparativos, y mañana en la mañana tenemos la cita para probar los pasteles, lo recuerdas, ¿No es así?

—Por supuesto que lo recuerdo, amor—dije, dándole un beso en la mejilla con dulzura, estos días he estado bastante ocupada, pero los preparativos de nuestra boda son tan importante como todo lo demás y se hacen parte de mi horario—. Tengo una reunión a las once de la mañana, pero todas todas las horas antes, soy toda tuya—dije de forma traviesa.

AvrilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora