Quimera [Vittorio Puzo/Elizabeth Colvin]

Mi bella Cuba

ADVERTENCIA

El siguiente capítulo hace referencia a procesos psicológicos complejos, que aunque tienen su base en fundamentos teóricos y de experiencia respecto al manejó del trauma, no deja de ser un relató de ficción sujetó a la imaginación de la escritora y por lo tanto debe de manejarse con absoluto cuidado.
No olviden checar la canción de este capítulo y disfruten del episodio más largo de esta novela.

"...el trauma crea una pérdida de la armonía psíquica en un momento específico de la vida de la persona y desde allí se proyecta hacia su futuro" -Sar y Ozturk.

No puedo pensar.

No al menos en algo más que tenerla entré mis brazos.

Entré el desespero, su espalda se encuentra con la pared de mi habitación y un gemido de sorpresa que escapa de su garganta me deja congelado.

Esos ojos azules me analizan con una lujuria indescriptible, buscando los míos y devorando mi cordura con un silenció que no puede hacer más ruido en mi cabeza. Me tiene a su merced. De una forma incluso inhumana.

Nadie debería tener tal dominio sobre alguien. Y sinceramente me valía un carajo entregarle el alma.

La necesidad por esos labios rojizos y llenos me asfixia, convenciéndome de que de no tenerle me moriría: una insensatez que para ese momento tiene todo el sentido.

"Pero no puedo" se cruza ese pensamiento entre mis delirios "No puedo caer en esto"

Sus manos me atraen hacia ella, clavando los dedos en mi cabello y aferrando su agarre con desesperación. Esa lengua lucha con la mía en un beso lleno de tropiezos que me deja sin aliento.

Sus manos bajan lentamente entre su gesto que me tiene totalmente consumido en la necesidad de tenerle. De poseerle. Un acto totalmente primitivo que carece de significante relevante ahora.

¿Quién iba a poseer en realidad?

Ella ya tenía todo de mí y parecía tener absoluto conocimiento.