Charlotte Harris: la futura alcalde.

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*No olviden escuchar la canción de este capítulo*

*No olviden escuchar la canción de este capítulo*

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"El arte de agradar es el arte de engañar".
—Marqués de Vauvenargues

—Ahora eres un embustero que lo calumnia.


—Que despiadado es ese tal Edmund Davis. No lo conozco y ya lo detesto. —murmura, cubriendo su sonrisa burlona con un par de dedos—He dejado de escuchar desde hace horas ¿Qué tanto parlotea?

—Lo mismo de los últimos días: todo esto es un conflicto político.

—Claro, lo que pasa es que quiero ser el Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica.

Mi carcajada se ve ahogada por el martillo del juez que termina con otra insufrible sesión donde los embustes y el cinismo son los protagonistas.

Solo basto con la nota periodística de Edmund Davis, que por cierto lo coloco de nuevo en el mapa, para que la policía armara todo este espectáculo de justicia después de casi veinte años.

Mi compañero había, por primera vez, si así es, primera vez, hecho una investigación propia de un caso de detectives.

Además, con el testimonio de algunas mujeres que Vittorio libero de los burdeles y que se atrevieron a hablar a pesar del temor, ya nada podía salvar a Harris.

Era asqueroso escuchar los relatos de horror y subyugación a la que se vieron sometidas. Algunos ni siquiera tolere quedarme a escucharlos. Sobre todo aquel que me daba una pista del final de Amy.

Ojalá pudiese decir que la encontré con vida y cumplí mi palabra a su madre, pero no fue así. La niña debió haber muerto antes de que yo conociera de su existencia.

—Bueno, creo que ya nos acercamos al final. Y agradezco por ello, ya estoy cansado de estar horas en esa silla de madera. —dice, apretando mi brazo para ayudarme a bajar de las escaleras.

—Yo estoy cansada de todo. —susurro—Después de todo esto terminará con Harris tras las rejas.

—Hubo justicia.

Pongo los ojos en blanco.

—¿Justicia? —escupo con desdén—Si así fuera esto habría terminado en aquel primer caso. No te habrían quitado el Gotham y Juliano hubiese muerto antes de...bueno, antes de hacer más daño. Para mi esto no es suficiente. Él debe morir al igual que el malnacido de Francesco.

Edmund se detiene en la puerta, observándome sereno.

—Tú lo que quieres es venganza, no justicia.

—¿No es lo mismo?

—No, no lo es. Y la Elizabeth que conozco lo sabría.

—Si, bueno, y mira a dónde llegue por esa "compasión"

Quimera [Vittorio Puzo/Elizabeth Colvin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora