Capítulo 9: Nombre

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Narra Dylan

Esperé, esperé a que todos se fueran y empezara detención.

Intenté que Emma no me viera, así que, no quedé en el pasillo, esperé dentro de un salón casi enfrente.

Vi, nuevamente, una escena que me rompió el corazón: Emma le dio un beso en la mejilla a Nate antes de entrar y él se fue.

Después de un rato, la Señorita Cooper salió del aula y me guiñó un ojo en señal de que era mi oportunidad de hablar con Emma.

Salí del salón en silencio y me acerqué a la puerta abierta del de detención. Ahí estaba Emma concentrada en el ensayo que ya habíamos escrito en su momento mirando el papel.

Me quedé congelado, no sabía que decirle, no pensé en nada. Era una situación demasiado complicada. Ella no tenía idea de quien era yo, no tenía idea de lo que habíamos vivido. Por lo tanto, mi mente estaba perdida en lo que era antes: un chico que no sabía de que hablar con alguien popular como Emma Dawson, y ella, una chica que jamás en la vida consideraría la idea de siquiera hablar con un chico como yo.

-Los pervertidos, usualmente, disimulan, ¿ni eso sabes hacer?- soltó ella y me sorprendí. Ni siquiera separó la vista de la hoja ¿Me vio? ¿Me habla a mí? Levantó la cabeza y me miró directamente- ¿Qué estás haciendo? ¿Siguiéndome?- reclamó bastante enojada. Negué con la cabeza- Es la segunda vez que te acercas a menos de dos metros de mí en el día, claramente algo quieres.

-¿Por qué estás aquí?- pregunté. Salió inconscientemente. No sabía que hacer para que dejara de preguntarme cosas que no podía responderle.

Ella se quedó callada un segundo y después habló.

-No es de tu incumbencia.

Volvió a la hoja y empezó a morder su lápiz.

-Lo siento... es que... me sorprendió que estés en detención, ¿sabes? No sueles causar problemas- la primera oración coherente que digo en el día.

Volvió a mí dando un gran suspiro. Estaba harta de escuchar mi voz y verme.

-No necesito consuelos- estaba aún más enojada, estaba harta de mi directamente.

-Cierto, pero, quizás, la compañía no te haga mal. Sé que estás enojada. Seguramente ni siquiera fue tu...

-¡Cierra la boca, Dylan!- gritó.

Mi nombre. Dijo mi nombre. Mi nombre. D - Y - L - A - N.

-¿Sabes mi nombre?- pregunté casi en un susurro. Estaba en shock.

Ella desvió la vista hacia el suelo y volvió a su ensayo, también se sorprendió de su propio conocimiento.

-Emma...

-Vete- interrupió en un tono de voz bajo y sin mirarme.

No quise seguir insistiendo y le hice caso.

✨✨✨

Llegué a una conclusión: la presión, la presión hace que algo que no quiera decir salga solo, la velocidad de reaccionar. Ella sabe quien soy, ella sabe lo que pasó, pero no lo recuerda.

La vi parada en la entrada de la escuela mirando de un lado a otro.

-¿Alguien te viene a buscar?- pregunté llegando a su lado por atrás haciendo que se sobresaltara y soltara un gruñido de ira al darse cuenta de que era yo.

Por mi parte, solo me quedé ahí parado con las manos en mis bolsillos delanteros.

-Si, ya viene mi novio- sé que intencionalmente remarcó la palabra novio y sonrió con falsedad. Yo solo asentí tranquilo- ¿Tu que haces aún aquí si no tenías detención?- preguntó.

-Créditos extra- respondí encogiéndome de hombros. Recordaba que esa era mi respuesta para todo lo que tenía que ver con la escuela- Ya sabes... la universidad...

-No me cuentes tu vida- interrumpió.

Siguió mirando de un lado a otro esperando a Nate e intenté retener una risa. Escuché su teléfono sonar con un mensaje y ella lo leyó.

La noté molesta por leer aquello.

Ok, la verdad, pinché los neumáticos de Nate hacía diez minutos y, con todo respeto hacia su inteligencia, sabía que no iba a saber como cambiar las cuatro ruedas solo. Iba a tardar.

Con esto, me di cuenta que yo estaba un paso adelante de todos y que podía cambiar absolutamente todo con una mínima acción.

-¿Todo bien?- pregunté.

-No, Nate no puede venir- contestó y suspiró.

Empezó a alejarse de mí y me apuré para caminar con ella.

-¿Necesitas que te acompañe?- me apresuré a decir.

-No.

Salimos complemente de la escuela y no paré de caminar a su lado.

-¿Segura?- inquirí- Es un poco tarde y si tu...- me dolía decir "novio"- ...Nate no va a venir, entonces...

-¿Por qué te importa tanto?- preguntó interrumpiéndome de repente parando de caminar y mirándome fijo, haciendo que yo hiciera lo mismo.

-Solo... no me parece bien que una chica esté sola por la calle... es todo- contesté- Pero... si no quieres... me voy.

Empecé a caminar para el lado contrario pensando en que mi plan no funcionaba.

-¡Espera!- escuché su voz y me giré para verla- Puedes acompañarme- sonreí internamente y volví a su lado para caminar otra vez- Solo no me hables.

Estuvimos en silencio varios metros, pero no podía.

-¿Cómo sabes mi nombre?

-Creí haber sido clara hace cuarenta segundos atrás con la condición de que vengas.

-Perdon... es que... no sabes quien soy, ¿o si?

Suspiró.

-Eres amigo de Joey, ¿no? El hermano de Moon- empezó- Probablemente tu ridículo nombre quedó en mi cabeza y solo salió porque hablas demasiado.

Deseos desafortunados ✨ (Dylan O'Brien)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora