Deseos desafortunados ✨ (Dylan O'Brien)

Capítulo 16: ¿Qué deseo?

Narra Emma

No podía seguir con mi vida sabiendo que hubo dos ocasiones en las que quise besar a Dylan O'Brien. Y no solo besar, sino, en serio en serio sentirlo, estar cerca de él, de ese perfume tan lindo que usaba, de esa delicadeza. Quería sus labios junto a todo lo que venía con eso.

Y estaba odiando ese impulso, estaba odiando la manera que me hacía sentir estar frente a él, estar sola con él.

Estaba apoyada en mi casillero hablando con Alan.

-Vas a invitar a Moon al baile, ¿verdad?- le pregunté con un tono de obviedad.

-Iba a hacerlo...

-Por favor no me digas que hay un "pero"- lo interrumpí- Ambos están perdidamente enamorados del otro. En serio, prometí que no me metería, pero me están cansando.

Mi amigo reboleó los ojos.

-Perdón, pero ella está "perdidamente enamorada" del director- contestó con molestia.

-Claro que no, solo... le parece atractivo- justifiqué- Como a todas- agregué por lo bajo.

-Tengo miedo, ¿está bien?- confesó.

-Yo tendría más miedo de que alguien te gane.

Él me miró con una expresión apenada sabiendo que tenía razón. Y yo sonreí sabiendo que iba a invitarla y que obvio mi amiga diría que si.

Nate apareció frente a nosotros, saludó a Alan y se acercó hasta mis labios para dejar un pequeño beso.

-Hola, bebé.

-Hola, amor- respondí sonriendo.

Miré hacia el casillero de Dylan ¿Por qué carajos miro para allá? No hay absolutamente nada interesante en esa dirección. Lo único interesante es lo que tengo enfrente.

Repito, odiaba tener esos impulsos, los de mirar hacia él cuando Nate hacía algo ¿Quería que esté celoso o no quería que esté herido por mirarme con él? No lo sé, quizás ambas.

Después de todo lo que pasó, no fue ninguna sorpresa pensar y asegurar que el si gustaba de mí. Pero, ¿por qué? Él no sabía nada, ¿o si? Sabía que me gustaba literatura o, tal vez, solo lo supuso.

El sabía cosas, cosas que no debería saber, ni él ni nadie. Cosas que solo Sam sabía.

Sam. Sam gustaba de él y eso había empezado a retumbar en mi cabeza también.

-Adivinen quien tendrá la mejor campaña de reina de graduación- escuché a Moon que me sacó de mis pensamientos- Así es, tu- se contestó- Hablé con el director y te da permiso.

-Espera, ¿qué?- pregunté.

-Lo que me dijiste el otro día que querías hacer como parte de tu campaña- me respondió con obviedad- Lo del pozo de los deseos- aclaró- ¿Lo olvidaste?

-No... lo siento- dije- Está bien, es genial entonces- agregué con una sonrisa- Lo haremos.

El pozo de los deseos, era una idea que se me vino a la cabeza la noche antes de ir a detención, así de la nada. Cada uno de los estudiantes del último año tendría que escribir en un papel su deseo más profundo o sueño más querido, y en diez años podríamos volver a la escuela y ver que escribimos y saber si se hizo realidad.

¿Qué deseo?