• ¿Te Gustaria Bailar? •

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Creo que este ha sido el Rio más bonito que he escrito, y me encanta demasiado 🥰

No hay más que decir xd

▪︎☆▪︎

Quizá suene raro, pero el escarabajo longicornio si que sabía realmente bien.

Dice, me había dicho que un amigo suyo cocinaba de maravilla la comida exótica. Insistió tanto que la probara que, aquí estoy.

Al principio me pareció una completa locura, pero al ver la ilusión en la cara de su amigo por que yo probara su comida, simplemente no me permití despreciarlo.

—Espero te haya gustado la comida.

Rio. Ese era su nombre.

—Fue... realmente deliciosa. Nunca pasó por mi mente el comer este tipo de cosas.

—¿Verdad que Rio cocina genial?— me preguntó Dice mientras aún tenía algo de comida en la boca. Terminó de masticar y se levantó de su lugar. —Bueno, la comida. Como siempre, estuvo deliciosa. Gracias, Rio. Nos vemos en otra ocasión. Vamonos, ______.— decía mientras llevaba sus manos a su cabeza y comenzaba a caminar.

Me levanté e hice una reverencia a Rio para seguir a mi querido amigo, pero, me tomó del brazo impidiendome seguir mi camino.

—Me gustaría verte a ti también en otra ocasión, ______-san.

—Sería un placer.— le dediqué una sonrisa y corrí para alcanzar a Dice.

—¿Y? ¿Qué tal?— preguntó mirándome con cierta curiosidad.

Las verdaderas intenciones de Dice al traerme aquí, eran que su Rio y yo "quedáramos enamorados".

—Es lindo.

—¿Ya te invitó a salir?

—Basta. Pareces una amiga chismosa de esas que dicen "Cuéntame todo. Quiero detalles".

—Si, si lo soy. ¿Sabes? Si ustedes terminan saliendo, yo podría hacer una página en internet dándome a conocer como un cupido. Por cierta cantidad de dinero, claro.

—Nunca cambias, Dice.

           

(...)

        

—Hola, Rio.

—______-san.— dijo levantándose en cuanto me vio —Que sorpresa. Por favor, siéntate.

—Gracias. Espero que no haya problema en llegar sin avisar. Mucho menos sin Dice.

—De ninguna manera, sabes que eres bienvenida. Y, mejor para mi que estemos solos, así podremos conversar mejor. Estaba por ir de cacería. ¿Te gustaría acompañarme?

—¿De cacería? Ah... claro.

Pensaba que con "cazar" se refería a algún animal grande, como un conejo o algún ave. Pero al parecer, se refería a los insectos.

Cazamos un par de tarántulas y uno que otro escarabajo. Me enseñó incluso, a perderles el miedo. Porque, realmente los detestaba.

—Y a todo esto, ¿cómo conociste a Dice?— suspiré recordando ese día. Solté una risa.

—Fui una buena persona que lo ayudó en el casino.

—¿También le prestaste dinero?

—No diría que "le presté dinero". Pero, básicamente si nos conocimos por eso. Pero bueno, la historia con Dice no viene al caso. Mejor, háblame de ti, Río. Tengo... una gran curiosidad por conocerte.

Hablaba de una manera... tan única, tan entusiasta que, realmente quedé admirada de él.

Rio era un chico grandioso. Tanto, que fue cuestión de un par de meses para que terminara enamorada. Y al parecer, a él le pasó igual.

Me había citado en su base para cenar.

Ya me estaba saboreando un par de tarántulas fritas... pero, al llegar me llevé la sorpresa de que no había insectos en el menú aquella noche.

—¿Y los bichitos?

—Am... quería hacerte algo diferente esta noche. Espero que te guste.

Tomé asiento en la pequeña mesa que había montado y esperé a que me sirviera.

Era un gran filete de carne acompañado de verduras al vapor. Se veía realmente delicioso.

Agradecimos por la comida, y nos dispusimos a comer mientras hablabamos sobre nuestros últimos acontecimientos vividos.

—¿Te gustaría bailar?— preguntó cuando terminamos, y sin dejar que respondiera, se acercó a su pequeño radio y colocó una estación de música clásica.

Pidió mi mano, y me levanté de mi lugar.

Tomó mi cintura, me acercó un poco a él y comenzamos a movernos de un lado a otro.

Miraba fijamente la placa que yacía en su pecho. Estaba demasiado nerviosa como para mirarlo a los ojos.

—Yo... me gustas mucho, y...— lo miré. Los nervios desaparecieron y, a pesar de estar completamente roja, seguramente, necesitaba seguir escuchando lo que estaba por decir. —me gustaría que aceptaras... salir conmigo... formalmente... como pareja.

—Rio...

Después la confesión de Rio, me desmaye. Él estuvo cuidándome y, al verlo tan cerca de mi, cuando desperté, lo primero que hice fue besarlo. Dándole a entender, que en serio quería ser su pareja.

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