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• Cadena de Apuestas •

Cuando le dije a Ichiro que Ramuda me gustaba, no estaba muy convencido del todo, ya saben, por ese papel que tiene de "hermano sobreprotector" a pesar de que la mayor aquí, sea yo.

Era chistoso pues, Ramuda y yo teníamos personalidades similares, cosa que a veces hacía que chocaramos en ciertos aspectos.

Claro que eso no impedía que el fuera más dulce de lo normal a veces y, de la misma manera, me ignorará después.

La manera en cómo ambas divisiones comenzaron a frecuentarse aún era un misterio, pues, yo era hermana de los Buster Bros, buena amiga de Dice por azares del destino (el amor por las apuestas) y, una gran amante de la ropa de Ramuda sin siquiera saber que él la hacia. Nada cuadraba aquí.

El chiste, es que, por lo poco o mucho que Ramuda me dejaba ver de él, poco a poco me fui enamorando.

Estaba segura que yo también le gustaba, pero, conociéndolo -y conociendome- ninguno diría nada hasta que el otro lo hiciera... Eso me recuerda a un anime que Ichiro me mostró una vez, uno llamado "Love Is War". Era el claro ejemplo de nuestra relación.

Y claro que me gustaría que él se declarara primero, pero, me gusta hacer un poco diferentes las cosas y sacar provecho de todo.

Un día cualquiera había llegado con mis hermanos al estudio, donde "casualmente" también estaba toda la Posse reunida. Saludé a Dice y a Gentaro para luego acercarme a Ramuda abrazandolo por atrás, pues se encontraba haciendo un boceto.

—¿Cómo te encuentras el día de hoy?— pregunté después de haber besado su mejilla.

—Muy bien~. Ya casi termino esto y quería que me dieras tu opinión.

—Si, antes de eso, necesito hablar contigo.— mire a mis espaldas mirando a los chicos que se encontraban conversando entre ellos. —A solas.

—¡Yo también tengo que hablar contigo!— Tomó mi mano y me llevó a otra habitación, donde después de él, cerró la puerta.

—¿Quieres empezar?— pregunté cuando lo tuve frente a mi.

—No, empieza tú.

—Okay. Me gustas.

—Ya lo sabía.

—Yo sabía que tú lo sabías

—Eso si no lo sabía.— ambos reímos.

—¿Y? ¿Te acercarás a besarme? ¿O esperarás a que también yo dé ese paso?— esta vez sólo el rió.

Se acercó a paso lento y tomó mi cintura. Me miró un momento y se acercó.

Y nos hubiéramos besado, de no ser porque abrieron la puerta de la nada.

—¿Y entonces quien se declaró primero?— preguntó Jiro, a lo que Ramuda -algo desconcertado- me señaló.

—Gané yo. ¡Se los dije! Así que ahora denme su dinero.— todos comenzaron a darle un par de billetes,y cuando estaba por guardarlos, los detuve.

—Yo también había apostado contigo, ¿no es así? Y, creo que gané.— él me miró y puso una expresión como si recordara.

  

~Flashback~

—Oye Dice— lo llamé.

—¿Qué?

—Te gusta apostar, ¿no es así?

—¡Claro! ¿Qué clase de pregunta es esa, ______?

—Sólo quería confirmarlo. ¿No quieres apostar conmigo?

—¿Sobre que?

—Bueno, para que tú y yo podamos apostar, primero necesito que apuestes con mis hermanos y con Gentaro.

—¿Quieres darme más detalles?

—Todos saben que Ramuda y yo nos gustamos, pero nadie hace nada.

—Aja.

—Apuesta con todos a que me voy a declararme primero. Mis hermanos me creen una cobarde así que, apostarán a Ramuda, y Gentaro, estoy segura que también. Tú pon la cantidad con ellos, y entonces, mi apuesta contigo, es que te haré ganar porque, realmente lo haré. Ambos ganamos, piénsalo.

—¡Hecho!— gritó estrechando mi mano. Pobre e Inútil Dice.

~Fin del Flashback~

  

—P-pero... tú dijiste que ambos ganábamos.

—Si, tú ya ganaste eso, pero como lo apostaste conmigo, ahora lo gané yo. ¿A caso mentí?— él, de mala gana me dio el dinero.

—Alto. ¿O sea que fui parte de una apuesta?

—No, no. De hecho la apostada aquí fui yo. Pero, ve el lado bueno. Ahora tienes una novia que te puede invitar a comer ahora mismo.— dije mostrándole el dinero.

—¿Podrías por lo menos invitarnos a nosotros también?— se quejó Dice.

—Claro, pero antes...— dije y besé a Ramuda. Y Gentaro de mala gana, me dio los 5000 yenes que habíamos apostado.

—¿Alguna apuesta más de la que deba saber?

—______ dijo que nos llevaría a comer hoy por petición de Dice pues estaría enojado por algo— dijo Saburo. Ramuda me miró y comenzó a reír.

—¡Eres asombrosa!— dijo mientras me abrazaba.

—Así es. Ahora, vamos a come