2788 palabras
Násser se fue en busca de Omar y le encontró en una de las salas, acompañado de una mujer.
-Tenemos que hablar – con una mirada fría hizo que la chica se fuese de allí enseguida, con la cabeza baja. Al chico le molestó el gesto.
-Estaba divirtiéndome – se quejó – Después de la escena romántica que montasteis delante de todo Mugiwa, ¿no deberías de tener un poco más de empatía hacia tu amigo?
-Deja de decir estupideces. Esto es importante – Omar vio el gesto de Násser y se sentó en el sillón.
-Habla.
-Cristina está en peligro – Omar bufó.
-Dime algo que no sepa – Násser negó con la cabeza y bajó la voz.
-Esto es más grave de lo que pensábamos. Guillermo es quien está tras Cristina – el otro chico abrió los ojos como platos y comenzó a reírse de los nervios.
-¿De qué hablas? ¿Estás alcoholizado?
-Lo estoy diciendo completamente en serio, por muy absurdo de que te parezca. Ha estado intentando librarse de ella desde el comienzo, por eso le permitió acompañarme a las tierras de Nicholas Brain, porque vio una oportunidad para acabar con ella. No moverá los dedos aquí, pero tiene otros métodos. Ha estado intentando convencerla de volver a Alamár.
-Espera – dijo el chico levantando las manos e incitando a su amigo a que se detuviera un momento.
>> Todo esto es una locura, pero vamos a suponer que te creo. ¿Qué razón tiene para no querer a Cristina aquí? ¿Es porque es de la alta nobleza y no le gusta? Me parece un motivo demasiado insustancial – Násser negó con la cabeza.
- Podría ser por otra razón. ¿Recuerdas la vez que te dejé acompañarme al Gran Banco? – Omar sonrió y asintió con la cabeza.
-Sí, lo recuerdo. Ahí descubrí que mi amigo es la persona más rica del mundo – miró al techo con ojos enseñadores y después torció el gesto, mirando a Násser – recuerdo que pusiste a Guillermo como el beneficiario del cincuenta por ciento, para que, cuando fueses mayor de edad, pudiese utilizar ese dinero para mejorar Mugiwa.
-A menos que me case, entones habría que volver a tramitar todo el papeleo – Omar hizo una mueca.
-Pero Guillermo te ha criado como un padre, no puede ser todo por dinero, él de verdad te quiere.
-Y por eso sigo vivo. Pero me queda menos de un año para poder manejar ese dinero como quiera, en ese momento Guillermo heredaría la mitad de mi fortuna. Si yo tuviese una esposa, eso podría cambiar. Podría cambiar de opinión y darle el dinero a ella.
-¿Y crees que por eso no quiere a Cristina a tu lado? Tú eres muy leal, estoy seguro de que no influiría en tu decisión y Guillermo debe de saberlo también.
-No se me ocurren otras razones – Omar se quedó pensativo y después se levantó.
-Antes de de sacar suposiciones apresuradas, hemos de estar seguros al cien por cien. No hemos de olvidar que se trata de nuestro Mandato – Násser asintió, tenía razón.
* * *
Había planeado aquello durante la mitad de su vida y en esos momentos nada estaba saliendo como él había esperado.
Lejos de turbarse, decidió sentarse y mirar por la ventana, para observar su país. Había erigido Mugiwa como una especie de experimento, una manera de comprobar si realmente podría crearse un estilo de vida con unos valores más justos e igualitarios.
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La batalla de la realeza I
RomanceEn una sociedad donde las damas son vendidas en matrimonio al mejor postor, nuestra protagonista acaba casada con un hombre egocéntrico que la humilla y la maltrata. Envuelta, sin quererlo y sin buscarlo, en un complot entre reinos, se convierte en...