12. Invitación en blanco

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Yuuji era el modelo más exitoso de la temporada, incluso los periodistas aseguraban que era una de las figuras públicas más influyentes en el mundo de la moda.

Su propio perfume "Cerisier en fleur" era toda una maravilla de ventas en esa bella primavera, se catalogaba como una fragancia delicada y suave pero sin duda varonil.

Marcas del extranjero lo llamaban a todas horas para que representara tan solo uno de sus productos.
Y no faltaban las ofertas para trabajar como actor principal en películas de romance, acción y drama.

Él mismo podría asegurar que estaba a la par de Megumi y no había nadie que le dijera lo contrario, ni siquiera el propio Fushiguro.

Pareciera que la vida le estaba premiando por ser su cumpleaños número 24.

Todo era perfecto.
Le estaba yendo genial y su matrimonio era de ensueño.

Pero la felicidad es solo un agradecimiento hacia la ingenuidad.

Agraciados deben de ser aquellos que viven en completa ignorancia a las blasfemias cometidas diariamente.

¡Satoru, amor, estoy en casa!— Anunció alegremente, entrando a su hermoso hogar iluminado, con un fresco aroma marino y perfectamente limpio.

A excepción de algo.

¿Lencería?— Se preguntó en alto al mirar las prendas femeninas desperdigadas por toda la sala principal.

Probablemente era una broma de su esposo, a veces le gustaba jugar con esas cosas por lo que no le tomó gran importancia al momento.

Caminó hasta su dormitorio y lo que encontró fue el comienzo de la desilusión.

Su esposo tenía a una mujer desnuda sobre él, saltando sobre su regazo de manera continua.
Ambos parecían disfrutarlo, pues no notaron su presencia en lo absoluto.

Yuuji cayó al suelo sin más remedio, sus piernas flaquearon y las manos le temblaban por completo, en ese momento se le podría comparar como una gelatina de hospital; sin gracia ni sabor.

El ruido provocado por su caída no alertó en lo más mínimo a los amantes, los cuales continuaban con su acciones cegadas por la lujuria.
Satoru seguía con sus fuertes brazos sujetando la cintura contraria, soltando gemidos bajos.
La mujer desconocida hacía lo mismo con su voz, parecía que ambos estaban en pleno éxtasis.

El pelirosa aún con las piernas temblorosas se levantó del suelo con rapidez y fue directamente al baño para vaciar su estómago.

Las lágrimas que derramó el menor no solo fueron por el ardor que provocaba su vómito al chocar con su garganta.

Muchos minutos transcurrieron luego de presenciar esa terrible escena de infidelidad, quizá fueron horas, pero eso fue lo de menos.

Yuuji con los brazos apoyados en el lavabo y mirando su reflejo pálido en el espejo se sentía herido, desolado y con el alma rota.

— ¿Estás bien, corazón? No te escuché entrar.— Preguntó Gojo totalmente preocupado al entrar al baño y apoyar su mano en la espalda de su lindo esposo, como si no hubiera tenido sexo con una mujer no identificada.

— Yo... Sí, solo tuve un mal día en el trabajo, acabo de llegar.— Habló lo más fuerte que su voz le permitió al momento, aunque solo se escuchó como un débil susurro.

Love me again.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora