Love me again.

1. ¿Amor propio? Tonterías

Por otro lado, Gojo al terminar con su pequeña travesura, se fue a duchar con la mayor tranquilidad posible luego de haber despedido a su compañera de noche a la cuál tal vez vería al día siguiente, pues trabajaban en el mismo edificio.

El aviso que le dió su esposo, no le preocupó demasiado, sabía que él no podría hablar enserio, por lo que no le puso mayor importancia.

También sabía que mañana por la mañana, despertaría con un lindo mensaje de Yuuji deseándole buen día, como siempre lo hacía, y él como buen marido ocupado que era, no le respondería y lo ignoraría.

Estar todos los días trabajando en la mejor compañía de Japón era realmente agotador, pero sus días eran iluminados rápidamente al ver a su pelirosa clamando por su cariño, sin duda era satisfactorio para el albino, observar a su compañero de vida tratando de llamar su atención de muchísimas maneras.

Sonrió al recordar la voz de Itadori, ésta vez estaba claro que se había enojado demasiado, pero estaba bien, ya después vería qué podría hacer para calmar a su esposo, quizá le regalaría otro auto deportivo.

Esas cosas solían pasar a menudo.

Itadori le descubría algo comprometedor y trataba de llegar al fondo de la situación.
Satoru lo negaba aún si estaba haciendo justo eso, frente a sus narices.
Luego el albino le compraba algo costoso para compensar su error.
Se disculpaban, con Gojo prometiendo que no lo volvería a hacer para que al par de días volviera a hacerlo con aún más ganas.
Y con un Yuuji decaído, pensando que todo cambiaría.

Era una gran exageración en la que el albino adoraba la atención hacia su persona, amaba ver lágrimas de desesperación en un rostro tan lindo.
Amaba ser esa persona que cerraba heridas, aún cuando él mismo las hacía.

«Después de todo, eso es lo que debe de pasar el esposo del gran Satoru Gojo, sólo así veremos si es digno de mí.»

Se convencía diariamente con palabras que era claro que usaba para esconder su verdadera y asquerosa naturaleza egocéntrica.

Esa que no podía serle fiel a nadie, ni al propio amor de su vida.