Gone [Y.M/Y.S] [PRÓXIMAMENTE]

4

Al amanecer Jimin vio como el pálido estaba en la cocina tomando agua, Jimin puso lo que llevaba en la mesa y sacó del refrigerador una manzana, cuando se iba a ir un brazo lo detuvo.

—¿Podemos hablar? —le pregunto.

—¿Por qué debería de hablar con alguien que apenas y conocí ayer? —se soltó.

—Minnie. —hablo.

—No me llames así. —tomó la bolsa que traía. —no soy tu amigo.

Jimin salió de la cocina y vio que venían los demás pasó de largo ignorándolos aún cuando lo llamaban, Yoongi se quedó ahí parado y al ver a los demás sonrió.

—Hola, cariño. —sonrió Yoongi.

—Hola. —lo abrazo.

—¿Qué te parece la casa? —preguntó uno de los menores.

—Es diferente al departamento en el que vivía antes. —respondió.

Luego de unos minutos Jimin bajó con otra ropa y se dirigió al comedor, sabía que no tenía de otra y se sentó al lado del pálido. Jimin comenzó a comer de manera lenta y en silencio mientras los demás hablaban y reían.

—Jimin. —lo llamaron.

—¿Qué? —dijo serio.

—Yoongi te lleva pidiendo azúcar desde hace rato. —hablo Jin.

—Tiene dos manos la puede tomar él. —dijo.

—Jimin la azúcar está lejos, pero tú la puedes alcanzar y pasársela. —mencionó Taehyung.

Jimin se levantó y tomó su plato vacío y se fue del comedor, todos estaban confundidos por la actitud del menor, ya que normalmente era educado y la pasaba.

—De seguro no durmió bien. —hablo Namjoon. —se nota que está molestó.

—Tal vez. —dijo Jin. —pero me preocupa la última vez sabes que pasó.

—¿Qué ocurrió? —preguntó Yoongi.

—Jimin estaba histérico e hirió a Jungkook. —mencionó Hoseok. —la cicatriz de su mejilla es por eso.

—Jimin hyung estaba rompiendo unas cosas del estudio de composición lo intenté detener y producto a eso me tiró un jarrón. —dijo el pelinegro.

—Nadie sabe el porqué del actuar de Jimin. —hablo Taehyung. —a veces pensamos que puede y tenga fobia social, pero otras veces no.

—Ya veo. —dijo.

Al caer la noche Jimin estaba en el patio trasero fumando un cigarrillo mientras miraba su vieja red social donde tenía fotos del pálido junto con él, las iba borrando hasta que ninguna foto quedó. Los ojos del castaño tenían lágrimas odiaba sentirse miserable, miró su muñeca y la rasco aún tenía algunas marcas de las viejas cortadas.

—Esto es estúpido. —se quejó.

—Minnie. —escucho.

—No me llames por ese estúpido apodo Min. —habló. —no somos nada y no deseo recibir tu lástima de nuevo.