Vi el reloj como por décima vez ya eran las 5:40 pm y Andrew aun no llegaba. Estaba empezando a molestarme cuando Ramona una señora de 52 años que era la empleada principal de la casa toco la puerta.
-Pasa- grite levemente dándole entrada a mi habitación.
-Señorita Becca la busca un joven- estaba segura de que era el, sonreí con malicia.
-Dile que venga- ordene.
Ramona salió de mi campo de visión y me recosté en la cama boca abajo, llevaba unos shorts rojos y de enfrente tenían unos estampados simulando ser botones grandes y amarillos los mismos que los shorts del personaje de Mickey Mouse acompañado de una blusa de tirantes negra que al frente tenia un estampado de el rostro del mismo personaje. El propósito de mi manera de vestir y de mi posición era lógica. Seducir a Andrew, no tenia pensado aportar nada para el proyecto, me daba una flojera de los mil demonios. El listo era el, no yo.
Sonreí al escuchar el sonido de la puerta, tenia unos auriculares puestos pero no estaba escuchando nada así podría darme cuenta cuando el cruzara la puerta. Me quede quieta, sabía que me estaba viendo pero decidí esperar a que el hablara.
-Becca- escuche su voz, quite mis audífonos y me incorpore. Forcé mi rostro para no reír y me fue difícil poner cara de aburrida cuando esto estaba siendo divertido.
-Ah, hola Andrew- vi su rostro y estaba de un color ligeramente carmesí, esta sonrojado. Punto para mi. -Llegas tarde- dije a regaña dientes. Lo vi tragar saliva, lo note en la gran nuez de su garganta. Me relamí los labios solo de pensar que mi boca podría estar en esa hermosa nuez.
-Si lo se, lo siento no volverá a pasar- se disculpó.
-Y claro que no volverá a pasar- afirme. -Bien, podemos empezar ya si quieres- me senté en el escritorio y el arrimo una silla para ponerse a mi lado.
Estaba muy cerca de mi, podía oler su colonia y el aroma que transpiraba su piel. Olía delicioso, y ahora que lo tenia de cerca pude ver mejor sus ojos azules junto con esas largas pestañas negras, en ocasiones nuestras miradas se cruzaban pero el la apartaba rápidamente. También pude ver de cerca sus labios, la forma en la que se movían cuando hablaba, tenia los labios remojados, y eran rosados. Sin duda alguna Andrew era encantador. Era demasiado inocente y eso me llamaba aun más la atención.
-¿Me estas escuchando Becca?- cuestiono, me quede sería. Realmente no lo estaba escuchando.
-Si- mentí.
-Haber ¿de que estaba hablando?- cuestiono, me sentía tonta. No sabía que responder así que preferí ser sincera.
-En que tus labios son muy hermosos- su rostro me causo gracia. Tenia un toque de confusión y sus mejillas comenzaban a tornarse de un color rojo.
No decía palabra alguna y creo que eso me hacia sentir algún poder sobre el. O eso creí asta que lo vi rodar los ojos.
-Comportate Becca vine a tu casa a trabajar en el proyecto, no a que me coquetees- aclaro, lo vi poniéndose de pie, iba a marcharse pero lo tome del brazo provocando que girara, y antes de que lo pensara presione mis labios suavemente contra los suyos. El se quedo quieto, pude sentir como sus músculos se tensaban. Me tomo de los hombros y me aparto de el. Ahora yo estaba confundida. -No vuelvas hacer eso- fue lo último que dijo, tomo sus cosas y se fue.
Creo que un puñetazo en el rostro me hubiera dolido menos. ¿En serio rechazó mi beso? ¿Por que? Nunca me había sucedido algo similar antes, la verdad yo nunca había robado un beso, siempre me los robaban a mi. Y ahora que tomaba fuerzas para ser yo quien diera este gran paso, resulta que me rechazan.
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Mujeriega (pausada temporalmente)
RomanceAVISO: esta historia Contiene escenas de sexo y lenguaje inapropiado a lo largo de la historia, si no les gusta leer este tipo de libros lo mejor es que se abstengan y no la lean. Por favor no copees mi historia. Gracias;)