Mujeriega (pausada temporalmente)

Capitulo 26- era como mi hermana.

26 de diciembre del 2011

Andrew

No había podido dejar de pensar en la noche de navidad, Becca se llevo muy bien con mi familia y eh de admitir que era algo que me alegraba. Todos decidieron irse, en año nuevo solo seríamos mama, Arthur, Becca y yo, solo nosotros cuatro. No pedía más.

Becca ahora no estaba, fue a su casa por más ropa y aunque insistí en acompañarla prometio que volvería rápido.

—Brody se enamoro de tu novia— bromea Arthur sacándome de mis pensamientos.

—Que ni se le ocurra— bromee al igual que el.

Se queda pensativo, se que va preguntarme algo, conozco esa mirada.

—¿Oye por que Becca no paso navidad con sus padres?— pregunto.

Tal como lo esperaba.

Suspiro pensando, sus padres ni siquiera se imaginan lo que se pierden al no quedarse aquí con ella, es buena compañía.

—Salieron de viaje— digo haciendo una mueca.

—Vaya, que viaje de negocios puede ser más importante que tu familia— pregunta antes de beber de su chocolate caliente.

Me encojo de hombros, tiene razón.

Minutos después llega Becca, lleva unos pantalones ajustados con una chamarra de piel color negro y un gorro de invierno negro que esta un poco lleno de nieve.

—Esta como culo de pingüino allá afuera— se queja antes de caminar a la sala y pararse frente a la chimenea.

—Que especifica— digo levantándome de la mesa y siguiéndola.

Cuando llego hasta ella la abrazo y le ofrezco mi taza de chocolate. Ella sonríe cálidamente y murmura un -gracias-. La giro para estar frente a frente y su nariz esta tan roja como sus mejillas.

Si que debe estar frió.

Beso su nariz y la abrazo, esta temblando.

—Espero que mañana ya no este haciendo tanto frió— digo.

—¿Por que?— pregunta curiosa.

—Tengo unos planes— digo y ella sonríe —Iremos a patinar en hielo— ella sonríe aun más y asiente.

—Me gusta esa idea.

—Me gusta que te gusté.

27 de diciembre del 2011

Para mi buena suerte el día no estaba tan frió, ya no estaba nevando y no hacia viento.

—¿Sabes patinar el hielo?— pregunta Becca sacándome de mis pensamientos sobre como esta el día de hoy.

Diciéndolo de esa forma, suena estúpido pensar en eso.

—Si.

—¿Cómo aprendiste?— vuelve a preguntarme.

—Hoy despertaste preguntona— digo en broma.

Ella rueda sus ojos.

—Mi hermano me enseño, a el le enseño mi padre— ella solo se limita a asentir con la cabeza —¿Tu sabes patinar?— ella vuelve asentir —¿A ti quien te enseño?

—Mi papá, a los 6— sonrió.

Que suerte tiene.

Entramos a la pista y patinamos tomados de la mano, la gente sonríe cuando nos ve, supongo que provocamos un poco de ternura al vernos con los suéteres que Becca nos regalo.