Capitulo 40- ah pasado un tiempo.

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13 de marzo del 2012

El sol quemaba mi piel tan deliciosamente que cerré los ojos y me recosté en la toalla. Ahora mismo le estaría pidiendo a Andrew que me pusiera bloqueador en la espalda si no se hubiera comportado como lo que es, un imbecil. Habían pasado ya dos meses y nuestra relación estaba pasando por una etapa difícil.

No me lo quiero tomar muy en serio, todas las relaciones tienen sus tiempos difíciles, lo superaremos. Quiero creer eso.

Habían pasado ya dos meses desde que sabia que tenía una media hermana, y me gusta tener una media hermana. Compartimos todo y casi la mayoría del tiempo estamos juntas. Mis padres la conocieron y la aceptaron en casa como a otra amiga más. Diana se ah convertido en alguien muy importante para mí.

Si, ya ah pasado un tiempo.

—Tonta, pásame el bloqueador— escucho a Olivia a mi izquierda. Ruedo los ojos.

—Ash.

Tomo el bloqueador y se lo lanzó, puedo ver cómo se las pone en sus largas piernas de modelo.

—¿Cuando se reconciliaran Andrew y tu?— pregunta Diana a mi derecha.

—Ay no lo sé, es un tarado— hago un ademán con la mano restándole importancia. Aunque si me importa.

—Sabia que Camerón y Jason eran malas influenzas.

—Ni que lo digas, malditos bastardos convirtieron a mi chico en un alcoholico.

—¿Puedes controlarlo?— ahora pregunta Olivia preocupada. Se que se refiere a mí situación con el.

—Si, no te preocupes— quito mis gafas de sol y la veo —Pero esos bastardos, ya no son bienvenidos en mi casa.

—Camerón fue el único que se controló— dice Diana.

—Por que digamos que Camerón no está tan entusiasmado con el, ni siquiera sé llevan bien.

—Eso lo explica todo.

15 de marzo del 2013

—¡Despierta!.

Abro los ojos de golpe y veo a Andrew delante de mi, hace casi una semana que no nos vemos y aún así se siente con el derecho de despertarme de mi siesta.

—Tu mamá me dejo pasar.

Asiento con la cabeza y deja un beso en mi frente. Quisiera reclamarle por qué no había venido, pero luego me acuerdo que fui yo quien lo echo. Pero aún así, el tiene que venir a buscarme ¿o estoy equivocada? El fue quien la cago. Últimamente el es el que la caga. Pero después pasan los días y todo parece ir normal, quizá solo es cuestión de que se me pase el coraje.

—¿Que hora es?— preguntó bostezando.

—Las 5:04 de la tarde.

Asiento con la cabeza otra vez.

—Vi a tus padres haciendo maletas, ¿saldrán de viaje?.

—Si, se irán por una semana o dos, siempre llevan muchas cosas, no te preocupes.

Me acerco a él y acaricio su cabello, cierra los ojos y siente mi tacto, sonríe como un tonto y Dios, juro que me encanta.

—Me voy a bañar.

—Te acompañó.— lo veo con una ceja levantada y sonrío.

—Vamos entonces, Andrew.

Ya dentro del cuarto de baño, me cepillo los dientes y me desmaquillo, veo por el espejo a Andrew desvistiéndose, recorro con mi mirada cada parte de su cuerpo, desde su cuello hasta su miembro. Gracias a Dios que fue bendecido con un buen miembro. Siento un cosquilleo en la entrepierna y de repente hace mucho calor. Me pilla viéndolo y sonríe. Se acerca y toma mi blusa sacándomela por la cabeza, como tome una siesta no llevo brasier abajo y parece que le gusta por qué levanta una ceja.

—Son perfectos— eso me hace sonreír.

Es cierto, en estos dos meses Andrew y yo hemos tenido nuestras diferencias, pero nuestra química sigue más viva que nunca y en el sexo nos entendemos cada vez más.

Andrew dejó de ser el chico virgen e inocente que conocí.

—¿Te gustan?— preguntó y el asiente dejando pequeñas mordidas en mi cuello.

Toma la cintura de mi pantalonera y la baja, va dejando pequeños besos en mi espalda y mis muslos.

—Me encanta como se ve ese culo en tanga— sonrió y me sonrojo de repente, el lo nota fácilmente, pues no soy alguien que se sonroje demasiado —Y me encanta cuando te sonrojas.

Ahora toma mi tanga y la baja también, dejándome completamente desnuda, igual que el. Toca con sus dedos mi sexo y jadea.

—Deberías ver cómo estás, estás escurriendo. Tú, literalmente te estás derritiendo.— muerdo mi labio inferior y sonrío.

—Así me pones.— Toma mi rostro entre sus manos y solo tenemos contacto visual gracias al espejo.

—Quédate aquí, quieta y quiero que te veas en el espejo, mira tu rico cuerpo y tu hermosa cara de placer.

Me abre las piernas y se pierde detrás de mi. Cuando siento su lengua me estremezco, absorbe todo de mí y después empieza a jugar conmigo. Hago lo que me pidió y solo puedo ver mi cara de placer en el espejo, puedo ver a través de mí misma como Andrew puede causar estas sensaciones en mi, sensaciones que nadie me había causado nunca.

Muerdo mis labios y el baño se volvió una fiesta donde la música son mis gemidos y el sonido de la lengua de Andrew contra mi. Restregando su lengua en mi como un degenerado, un degenerado que me encanta.

Después todo lo que puedo sentir son espasmos en todo mi cuerpo y una electricidad que me ayuda a terminar. Cierro los ojos satisfecha.

Andrew se levanta y puedo verlo de nuevo, me ve y sonríe.

—¿Nos bañamos ahora?— la que sonríe ahora soy yo. Por qué se que con exactitud que ahí adentro me espera el segundo round.

Mujeriega (pausada temporalmente)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora