Acomodaba las cobijas de la cama en la que iba a pasar la noche de hoy, aun me hacía a la idea de que Andrew estaba justo en el cuarto de enfrente, cuanta tentación. Pero aunque sonara raro, era su casa, su madre estaba aquí y yo respetaba eso.
Llevaba una playera azul marino de Andrew la cual me quedaba un poco grande, y un short que su mama me había prestado, gracias al Cielo La madre de Andrew es delgada y solo usa unas cuantas tallas más grandes que yo.
Envíe un mensaje a Alice diciéndole que dijera que me sentía mal y no podría ir a la universidad el día de mañana.
Estaba lista para ir a la cama cuando escuche que tocaron la puerta.
-Pase- en cuanto di el permiso un hermoso Andrew y musculoso estaba a la vista. Creo que el respeto de estar en su casa se había esfumado. -Hola- sonreí angelicalmente, como si eso fuera posible.
-Hola- sonrió tambien, su sonrisa si era muy angelical.
-¿Se te ofrece algo Andrew?- pregunte amablemente, tanto que casi me ahogo con mi propia saliva.
-Ehmm si, yo quería venir para agradecerte por estar aquí hoy- sonreí inconscientemente y asentí -Después de todo no eres tan arrogante como creía- aplaudo mentalmente, se la había creído. Bueno, aunque una parte de mi no estaba fingiendo, la pase bien hoy aqui.
-No es nada Andrew- dije con la más grande sonrisa que mis mejillas pudieron soportar.
-Ven aqui- me acerco con un brazo y después sentí sus ambos brazos rodearme la cintura y su rostro hundido en mi hombro. Me quede inmóvil pero después respondí. Creo que merezco un premio o algún reconocimiento ¡yo no lo rechace como el a mi! -Buena chica- dijo, ¿que? Acaba de decirme ¿buena chica?
-¿Quieres darme croquetas?- pregunte, el pareció confundido pero luego negó -Entonces no me trates como si fuera un perro- bufé.
-Esta bien, yo lo siento- asentí -Bien, me voy. Hasta mañana- sonreí y salió de la habitación. ¿Qué fue todo eso?
Me acosté en la cama, solo fue cuestión de segundos para que cayera en un profundo sueño. La cama era cómoda, y con el abrazo de Andrew dormí más que tranquila.
***
Escuche la alarma que puse en mi celular, eran las 9:00 de la mañana, salí de la cama y fui a orinar al baño que se encontraba en la habitación. Cuando termine salí de la habitación y fui hasta la de Andrew, el seguía durmiendo, pensé en despertarlo con un beso como la última vez, pero si lo hacia todo se vendría abajo. Se veía mejor, ya no había tanto sudor y no tenia tanta fiebre, deje que siguiera durmiendo y le eche un vistazo a la habitación.
Era una habitación de un chico maduro, no tenia pósters en la pared, la cual era de un color gris áspero, las sábanas de su cama eran blancas aunque la colcha de encima eran de un gris muy fuerte, tenia alfombra gris y unos muebles blancos, había un espejo de cuerpo completo en una de las esquinas y un armario muy grande, la habitación era realmente fascinante.
-¿Que haces chismosa?- su voz me sobresalto, y aunque no estaba haciendo nada malo quise morir del susto.
-Nada, solo veía- respondí sentándome en una de las esquinas de la cama.
-Mi camisa se te ve bien- ¿debo tomarme eso como coqueteo?. Asentí. -Quisiera tomarte una foto y mostrársela a toda la universidad- lo fulmine con la mirada, que idiota.
-Te cortaría las pelotas- respondí. Suspire, hay Andrew -En fin, ¿como te sientes?- pregunte.
-Bien, creo que ya voy mejorando- dijo sonriendo. Se sentó en la cabecera de la cama y podía observar su pecho desnudo, no tenia bellos y agradecía aquello, los bellos me daban asco.
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Mujeriega (pausada temporalmente)
RomantizmAVISO: esta historia Contiene escenas de sexo y lenguaje inapropiado a lo largo de la historia, si no les gusta leer este tipo de libros lo mejor es que se abstengan y no la lean. Por favor no copees mi historia. Gracias;)