TAN SOLO TRES MESES | COMPLETA

Capítulo 2

Narra Derek:

Desperté muy temprano aquel día de primavera, la verdad es que no había conseguido dormir bien la noche anterior, muchos pensamientos rondaban mi cabeza. Me levanté de la cama y abrí las cortinas para que entrara luz a la habitación. Estiré mis brazos mientras caminaba al baño para asearme. ¿Qué debía hacer ahora? ¿Qué maldita idea se le había metido a mi padre en la cabeza? ¿Cómo debía empezar? ¿Cuándo?

Luego de vestirme frente al espejo, suspiré pesadamente y sacudí mi cabeza, como si de esa manera lograría que mi mente se callara. Desde que tengo uso de memoria he seguido los pasos de mi padre. Lo admiro, es un hombre de mucho renombre en la sociedad. Con su ayuda hacia las personas del pueblo y la preparación de grandes eventos y bailes para sus iguales, se ha ganado el respeto de todos. Pero la verdad es que detrás de aquel hombre aparentemente perfecto, se esconde alguien con un pasado doloroso, y no ha sabido cómo lidiar con él.

Salí de mi habitación e hice mi camino al piso de abajo, el lugar estaba muy callado y tranquilo ya que los trabajadores aun no empezaban su labor. Mi padre seguro tenía una gran resaca de la noche anterior y no saben la tentación que tuve también de beberme todos nuestros problemas. Salí de la mansión y ordené que preparan uno de los carruajes para ir al pueblo ya que tenía que encontrarme con algunos amigos para hablar sobre unos cuantos proyectos, proyectos que serían auspiciados con el dinero que, según pensaba, mi padre había destinado para mi uso.

Cuando el jinete me avisó que todo estaba listo, me dirigí hacia el carruaje. De reojo vi una silueta moverse de camino a la salida de los atrios de la casa, así que llevé mis ojos con curiosidad hacia aquella persona y, casi como si la suerte estuviera de mi lado, estaba ella. Sus ojos verdes y cabello rojizo, casi anaranjado, brillaban con los tiernos rayos del sol a esas horas de la mañana. No habíamos pasado palabras por años, no me interesaba; crecí y me di cuenta de que pertenecemos a mundos diferentes. Pero ahora, ahora nada de eso importaba, tenía que recuperar su confianza, de ello dependía mi futuro.

Nuestras miradas se toparon y le sonreí, sacudiendo mi mano en el aire en forma de saludo. La confusión se veía plasmada en su rostro. No la culpo, yo también me sorprendería si después de tantos años de cero contacto alguien actuara con repentina amabilidad e interés hacia mí. Liana asintió con su cabeza, respondiendo a mi saludo, y siguió su camino. ¿Ahora qué hago? Debo aprovechar cada oportunidad.

—¡Liana! – se me ocurrió llamarla para captar su atención. – ¿Necesita que la lleve? – sus expresiones la delataban, aunque no me imagino lo que estará pensando, pero estoy seguro de que lo que menos quería era importunarme de esa manera.

—Se lo agradezco, pero no me molesta caminar, Señor. – se excusó sonriéndome con timidez.

—Tampoco me molesta hacerle el favor. Además, vamos al mismo lugar, no sería educado de mi parte permitirle ir sola. – Por algunos segundos me miró, como tratando de descifrar algo en mí. –Entonces, ¿tomo su silencio como un sí? – Insistí, esperando que su respuesta fuera positiva esta vez.

—Está bien, señor. –¡Bien! Esto es una buena señal, tenemos avances. Liana caminó hacia el carruaje y la ayudé subirse, luego le seguí yo y ordené al jinete que avanzara. Puse mi vista en el camino, pensando cuáles serían mis próximos movimientos, ya que no tenía mucho tiempo. Ella volvió a hablar– Señor...

—Derek, llámeme Derek. – la interrumpí, mirándola nuevamente, estaba sentada frente a mí. Debía lograr que empezara a verme como un igual, así poco a poco empezaría a confiar en mí.

—Derek. –repitió mi nombre casi susurrando. – Si se puede saber, ¿A qué se debe su buen humor en esta mañana? No me mal entienda, agradezco el gesto. – Dejé escapar una suave carcajada ante su pregunta. Sabía que no aceptaría mis favores sin cuestionar, desde que era más joven ha sido terca y autosuficiente.