Capítulo 6

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En los días que siguieron, las cosas fueron algo raras, al menos para mí. En el momento de las comidas, cuando estaba con las demás sirvientas al rededor del comedor, Derek y yo cruzábamos miradas muy seguido, ¿Por qué miraba tanto? Me ponía los nervios de punta. Además, el señor Leblanc me dirigía la palabra con más frecuencia, siendo sorprendentemente amable y atento.

Me ofrecía a ayudar a las demás chicas en lo que fuera, ya que me habían liberado de muchos quehaceres. De hecho, la señora Amelia me confesó que el señor de la casa le había pedido que fuera más flexible conmigo. Era algo extraño, y no entendía lo que estaba sucediendo.

Por otro lado, desde que volvimos del festival de primavera, estuve evitando a Derek. Nuestras conversaciones eran cortas porque me limitaba a solo responder sus preguntas, si caminaba por su lado, no me detenía; varias veces me invitó a cenar con ellos, pero me negué, alegando que estaba cansada o muy ocupada.

La verdad es que desde aquel día me sentía diferente con respecto a él. Tenerle tan cerca y que compartiéramos aquellos momentos juntos despertaron en mí algo que desconozco. Siempre que le veía, mi corazón saltaba y no sabía cómo controlarlo. Podría decir que era debido a la incomodidad que me causaba estar con él, pero era todo lo contrario. Y lo peor de todo era que en vez de tomar la misma actitud hacia mí y alejarse, él continuaba buscándome. Al parecer no tenía intenciones de irse otra vez, aunque la posibilidad de que lo hiciera algún día cabía en mi mente. Pero no lo culpaba, éramos de clases diferentes con caminos muy distintos.

Sacudí mi cabeza ligeramente, volviendo al presente y alejando todos los pensamientos que abrumaban mi mente. Estaba sentada en la gran biblioteca de la mansión, muy hermosa. Allí iba la mayor parte del tiempo cuando necesitaba estar sola y distraerme. Disfrutaba de leer y aprender cosas nuevas, pero hoy ni siquiera había podido concentrarme en el libro que tenía en las manos.

La puerta del lugar se abrió, dejando ver al causante de mi reciente intranquilidad. Al verme allí, Derek inclinó su cabeza, en forma de saludo. Me puse de pie e hice lo mismo.

—Qué sorpresa coincidir aquí, ¿no? — dijo Derek, mientras se acercaba a uno de los estantes del lugar y buscaba un libro.

— Así es, Derek. —dije simplemente, mientras volvía a tomar asiento y agarraba mi libro. Intenté volver a leerlo, pero mi vista iba como por si sola hacia él. Cuando empezó a darse la vuelta hacia mi dirección, llevé sutil pero rápidamente la mirada al libro. Escuché sus pasos acercarse a mí.

— ¿Le molesta si la acompaño? —preguntó, señalando con el libro el lugar que había a mi lado.

— Adelante. —contesté sin mirarle y sentí cómo el sillón se hundía a mi lado. Él conocía que desde pequeña frecuentaba la biblioteca, así que seguro sabía que estaba aquí. Aunque lo más probable es que no haya venido por mí. Derek era una persona estudiosa e inteligente en gran manera, así que también visitaba mucho este lugar.

—¿Puedo preguntar por qué me ha estado evitando todos estos días? —me quedé helada por unos segundos, sorprendida ante aquella inesperada pregunta.

— ¿De qué está hablando? —pregunté devuelta, frunciendo ligeramente el ceño mientras le miraba. Por supuesto que sabía lo que me estaba diciendo.

— Sabe muy bien lo que digo. —respondió él como si leyera mis pensamientos, mirándome con seriedad.

—No tengo ni la más remota idea, Derek. —Me encogí de hombros, volviendo la vista a mi libro.

—¿Hice algo que la molestara? — preguntó, cruzando una de sus piernas sobre la otra y abriendo el libro que tenía en la mano.

—No, claro que no. —respondí rápidamente, negando con la cabeza y volviendo a mirarle. Él asintió en silencio y siguió leyendo. Lo observé por varios segundos antes de poner nuevamente la atención en el libro.

TAN SOLO TRES MESES | COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora