TAN SOLO TRES MESES | COMPLETA

Capítulo 12

Nunca había sentido tanta confusión en mi vida, mi mente y mi corazón debatían entre sí, mis pensamientos estaban por todas partes. Debo admitir que mis sentimientos hacia Derek eran fuertes, pero el hecho de que aún no me haya dejado entrar, de verlo como realmente es, me hacía dudar. Por otro lado, había conocido a Phillip, un hombre espectacular, caballeroso, buenmozo y dulce, nuestro encuentro fue tan inesperado para mí, pero de inmediato me hizo sentir en confianza, a pesar de pertenecer a un mundo tan distinto y de tener un apellido de renombre. Seguro tenía numerosas pretendientes, mujeres mucho más hermosas, elegantes y de su misma clase, pero se había fijado en mí, y no me malinterpreten, sé que tengo muchas cualidades, pero me parecía increíble el hecho de que le interesara.

Y así iban mis pensamientos, de Derek a Phillip, incontrolables. "No estoy buscando su aprobación, Liana, espero su amor." Con estas palabras Derek me había confesado por primera vez sus intenciones hacia mí y no dejaban de repetirse en mi cabeza. Tenía razón en lo que dijo, es imposible comparar a estos dos hombres, cada uno es irrepetible y especial a su manera, lo único que tenían en común era... yo.

—¿En qué piensa? –la voz de Phillip me sacó de mis pensamientos. Quité mi vista del camino para mirarle a él. Negué levemente y dejé escapar una suave carcajada.

—Lo siento, estaba enfocada en el paisaje. –mentí. – todo es muy hermoso por aquí. –Estábamos sentados uno frente al otro en su carruaje, de camino al lugar en donde sería nuestra cita, el cual desconocía.

—Lo es. –concordó él conmigo mientras me sonreía. Asentí, volviendo mi vista al camino. Phillip fue muy puntual en pasar por mí, lucía hermoso y me había llevado flores, las cuales dejé en la mansión. – ¿Puedo saber a dónde nos dirigimos? –pregunté volviéndole a mirar.

—Ya verá. –dijo, esbozando una pequeña sonrisa. Dejé escapar una suave carcajada y rodé los ojos. – Tranquila, no es nada que ponga en riesgo su vida. –bromeó.

—Estoy tranquila, de ser así tengo junto a mí un gran caballero para cuidarme. –dije en tono sarcástico, provocando que ambos riéramos.

—Usted confía mucho en mí, ¿No cree? – alzó una ceja mientras se cruzaba de brazos. – ¿Qué la hace pensar que yo podría defenderla?

—Pues... – me encogí de hombros manteniendo la sonrisa. – Usted en un Birdwhistle, dudo mucho que no practique esgrima o sepa usar una espada, además usted es alto y fuerte, ¿Por qué no debería yo confiarle mi seguridad? – Él entreabrió los labios haciéndose el sorprendido y luego asintió.

—Bien, me rindo. –dijo finalmente, dejando escapar una suave carcajada. – Por supuesto que la defendería de cualquier cosa si fuera necesario. – sentí como mis mejillas ardían un poco gracias a sus palabras.

—Me alegra confirmarlo. –respondí, sonriéndole, él me devolvió el gesto. Me gustaba la manera en la que nos relacionábamos, tan natural y divertida. Volví la mirada a la ventana del carruaje y reconocí de inmediato el camino, había estado aquí. La carrosa pasó por un gran portón que nos introdujo a un hermoso e inmenso jardín delantero, el jardín de la mansión Birdwhistle.

—¿Me ha traído a su casa tan pronto? –pregunté en tono gracioso, mirándole. Él rio levemente.

—Lo dice como si nunca hubiera estado aquí. –reí, negando levemente. El jinete detuvo el carruaje y alguien nos abrió la puerta. Phillip salió primero y luego me ayudó a bajar dándome la mano. Le agradecí una vez que estuve afuera y le sonreí al siervo que con tanta gentileza nos había recibido. – Muchas gracias, Arnold. –dijo Phillip, dirigiéndose al trabajador.

—Es un placer, señor. –respondió, inclinando su cabeza ante él. – Lo que usted ordenó está casi listo, disculpe la demora.

—No se preocupe, esperaremos dentro. – Arnold asintió con una pequeña sonrisa y luego de decir "con permiso", se retiró. ¿Qué será eso que Phillip les ordenó a hacer? – Acompáñeme dentro, Liana. –dijo, pasando su vista a mí.