Recuerdos
—Te prohíbo que sigas jugando con esa niña. —recuerdo aquellas palabras con tanta claridad que no parecía que hubieran sido dichas hace años.
—Pero padre, Liana es mi ami...
—Liana es una desafortunada niña a la que le estamos dando un techo y comida, Derek, nada más. —me interrumpió. Sentía cómo se me estaba arrugando el corazón, la impotencia me invadía. —No es buena influencia para ti.
—Padre, ella no ha hecho nada malo. —repliqué.
—Esa jovencita no es como nosotros, hijo. Pertenecemos a una clase diferente. Además, te está distrayendo. Debes enfocarte en tus estudios, en prepararte para el futuro. Ella no es el tipo de personas que te suman, Derek, perteneces a la alta sociedad. —fruncí el ceño ligeramente, pareciéndome estúpido todo lo que estaba diciendo. Ahora lo comprendo, pero en aquel entonces era simplemente injusto para mí.
La llegada de Liana fue como una luz en la mansión después de la muerte de mi madre. Ella me alegraba los días, a la señora Amelia por igual, aunque a mi padre nunca pareció simpatizarle, tal vez por esa razón, tal vez porque su gentileza, su entusiasmo y su viva sonrisa le recordaban a mi madre.
Mi padre amaba a Susan con locura, ella lo hacía feliz, lo complementaba, lo ayudaba y cuidaba. Mientras estuvo con nosotros la vida era buena. Cuando se fue, se llevó a ese hombre con ella. Mi padre cambió completamente, incluso conmigo, se volvió callado y frío, pero la verdad era que estaba destrozado.
— Padre...
— Espero no tener que repetirlo otra vez. —tensé la mandíbula, observándolo en silencio por algunos segundos. Quería que mi padre me aprobara, tal vez tenía razón en lo que decía, así que sólo asentí.
Los días siguientes fueron lo más difíciles. Me obligué desprenderme poco a poco de Liana, y lo peor de todo fue que no tuve el valor para explicarle que esa no era mi voluntad.
—¿Derek? —asomó su cabeza por la puerta de la biblioteca.
— ¿Sí? —contesté, sin levantar mi vista del libro que estaba leyendo. Como de costumbre se acercó a mí con su libreta y manual de clases.
— ¿Podrías explicarme este te...
— Espera a que vuelva mañana tu institutriz y le preguntas a ella. —la interrumpí. Me sentí como una basura. Sentí su mirada encima de mí, como sorprendida. Le miré, pero no parecía estar enojada por mi respuesta, estaba dolida. — ¿Qué sucede?
— ¿Hice algo que te molestara? —preguntó, sentándose a mi lado. Negué, volviendo mi vista al libro. — ¿Por qué no quieres ayudarme, entonces?
— No tengo tiempo, Liana. Además, ese no es mi trabajo, le pagamos a alguien para que te ayude con esas cosas. —contesté. Pasaron algunos segundos y no respondió nada. Volví mi vista a ella, quien estaba sentada mirando al frente, había un leve destello en sus ojos... lágrimas que amenazaban con caer. —Oye...
— Tienes razón, gracias. —dijo simplemente, poniéndose de pie y dirigiéndose a la salida sin mirar atrás. Me levanté con intención de detenerla, pero la dejé ir. Me pasé las manos por el rostro con frustración, qué cobarde.
Aquella fue la última vez que Liana me pidió un favor, aunque en ocasiones tuvo la intención de acercarse, pero retrocedía. Cuando era yo el que quería ir con ella, sentía los ojos de mi padre encima, sentenciándome y me arrepentía. Decidí no hacerlo más difícil para ambos y corté toda comunicación con ella.
Tiempo después mi padre la asignó como sirvienta en la mansión y nuestras vidas se desligaron por completo. Viviendo en el mismo lugar ni nos veíamos, si nos cruzábamos era como si nada hubiese pasado. Y así fueron pasando los años, años en los que crecimos, cambiamos y nos volvimos desconocidos, ella perdió la importancia para mí y viceversa.
Qué irónicas son las cosas de la vida. Ahora éramos nosotros los que necesitábamos de ella, volviendo con el rabo entre las patas como perro arrepentido. Y Liana, tan dulce, tan gentil, tan ingenua, me había dejado entrar otra vez.
Si la vida cumpliera todos nuestros deseos, desearía que las cosas fueran distintas, pero jamás ha sido tan sencillo como eso.
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Tres meses ya llegó a las 1k lecturas 🥰🥰✨ gracias a todos los que me apoyan. ♥️Un pequeño capítulo por la mente de Derek. ¿Qué creen?
Gracias por leerme.
—Leslie 🤍✨
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TAN SOLO TRES MESES | COMPLETA
Любовные романыLiana era la única hija del señor y la señora Basurto, con dinero suficiente como para alimentar a todo el pueblo. Con todo eso, la teníamos aquí como sirvienta, ¿Cómo? "Ella no lo sabe, ¿Verdad?" Mi padre negó con su cabeza, mientras una pequeña so...