Narra Derek:
Creí que sería capaz de consumar el plan, estaba a ley de una palabra para lograr lo que originalmente quería, pero no pude. A mi lado, en el altar, se encontraba la mujer más hermosa que jamás haya conocido, sus ojos y su sonrisa brillaban, sus mejillas estaban ligeramente ruborizadas y se veía feliz, realmente feliz. Todo lo que había recibido de ella había sido genuino, en cambio yo solo le había ofrecido verdades a medias, mucho menos de lo que ella merecía.
Si ya no me importaba el dinero, ¿Cuál era el propósito detrás de esta boda?, ¿Complacerla? ¿Mantenerla a mi lado?, ¿Conseguir por fin la aprobación de mi padre? ¿Por quién estaba haciendo esto realmente? Aquellas preguntas rondaban por mi mente, ni siquiera le presté atención al discurso del padre, pero cuando mis ojos se encontraron con los de Liana, lo supe: debía salvarla de mí.
—Yo... —tenía el corazón latiendo a mil. ¿Aceptaría casarme con ella? ¿Sería capaz de hacerla feliz sabiendo lo que le había hecho? Mis ojos se dirigieron a mi padre, quien, al verme inseguro, me lanzó una mirada amenazante. Luego miré al padre, quien esperaba impaciente mi respuesta después de haberme hecho la pregunta por segunda vez, y, por último, me encontré con los ojos confundidos de Liana y su expresión preocupada. Lo siento tanto, Liana, le estoy evitando un sufrimiento mayor. – no puedo. –dije finalmente. Jamás olvidaré la mirada en sus ojos en aquel momento, ni el punzón en el corazón que sentí cuando me hizo aquella pregunta: "¿Usted sabía lo de la herencia?" Era imposible que solo lo haya adivinado, nunca le comenté nada, fui lo más discreto que pude... entonces mis ojos se encontraron con los de aquella criada, Stepha, y entendí todo.
Lo que sucedió después es historia. Liana salió corriendo de allí no queriendo saber nada de mí, la perseguí y traté de hablar con ella, pero las emociones del momento no nos permitían entendernos ni expresarnos apropiadamente. La comprendía, pero estaba desesperado porque ella también pudiera hacerlo, creo que le estaba exigiendo demasiado. Cuando el señor Birdwhistle nos separó, estuve a punto de abalanzarme contra él y caerle a golpes, pero sus palabras me mostraron que el único culpable era yo: "basta con solo mirarla para darse cuenta de que usted no le hace bien." Tenía razón, Liana merecía mucho más y sabía que, en otras circunstancias, podría dárselo, pero en ese momento solo le estaba haciendo daño. Por eso, cuando me preguntó si algo había sido real, con dolor en mi corazón, decidí no responderle. Si le decía que no, continuaría mintiéndole, si le decía que sí tal vez le estaría arrebatando la oportunidad de avanzar, de vivir algo mejor, además, dudaba que me creería después de todo aquello.
Entonces la vi irse y no pude contener más las lágrimas, aunque traté con todas mis fuerzas de evitarlo. Hacía años que no sentía un dolor tan fuerte, que me derrumbara de aquella manera. Debía lucir patético, la ganas de salir corriendo tras ella no me faltaban, pero no era el momento, tampoco la forma, tal vez jamás podría recuperarla y eso me partía el alma. Hace tres meses no me hubiera importado en lo absoluto, me consideraba alguien inconmovible, frío, inexpresivo, codicioso, pero supongo que hasta el hombre más vil tiene una debilidad, ella era la mía.
—¡Derek! ¡¿Qué demonios hiciste?! ¡¿Te volviste loco?! –la enfadada e irritante voz de mi padre provocó que limpiara mis lágrimas de inmediato con las mangas de mi saco, pero no volteé a verle. – ¡¿Era necesario armar un maldito escandalo?! Es cuestión de tiempo para que toda la sociedad lo sepa, seremos el hazme reír.
—¿Qué más da? –contesté, encogiéndome de hombros. Agresivamente mi padre me agarró del brazo y me dio la vuelta, obligándome a mirarle.
—¡¿Qué más da?! – preguntó en forma de incredulidad, mientras me miraba con desaprobación. – ¡Nos arruinaste la vida, Derek! –gritó furioso. Ya no aguantaba más.
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TAN SOLO TRES MESES | COMPLETA
Roman d'amourLiana era la única hija del señor y la señora Basurto, con dinero suficiente como para alimentar a todo el pueblo. Con todo eso, la teníamos aquí como sirvienta, ¿Cómo? "Ella no lo sabe, ¿Verdad?" Mi padre negó con su cabeza, mientras una pequeña so...