La respuesta de Tom

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20 de agosto de 1993

En cuanto llegué a la habitación que había estado rentando en el caldero chorreante vi que había una lechuza en el alfeizar de la ventana, a lo que sonreí. Era la de Tom. Corrí a ella y le quité el pergamino que traía

Harry,

Espero que estés de maravillas, aquí he logrado conseguir un lugar medianamente estable, es bastante espacioso por suerte, así que no dudes en venir si deseas, es en Knockturn Alley, segundo callejón a la derecha, edificio 57. Te tendré preparado algo.

Lamento haber tardado en contestar, sucede que no he estado en casa estos días, conocí a alguien que me ha estado ayudando y no he tenido tiempo de revisar casi nada, pero no te preocupes, siempre tendré tiempo para ti.

Quitando eso, no hay mucho para contar, he conseguido un trabajo en Borgin & Burke, algo temporal, como para tener un expediente y unos galeones "en blanco" después de todo, tengo- bueno, eso lo hablaremos en persona...

Tom.

Terminé de leer la carta y fruncí el ceño, ¿a quién había conocido Tom? Parecía entusiasmado de haberle conocido... ¿Quién era esa persona? ¿su novia? ¿para que necesitaba una novia si me tenía a mí en sus planes? ¿acaso ya no era útil?

Moví esas ideas a un lado y me dispuse a cambiarme, optando por un pantalón negro, una camisa suelta blanca y un gorro negro, dejando de lado los anteojos, después de todo, el Grand Harry Potter no podía ser visto solo, y menos en un lugar como aquel, sonreí negando con la cabeza ante la idea que todos tenían de mi...

Con una floritura de varita tuve mi maleta lista a mi lado, baje silenciosamente y viendo que no había nadie, deje la llave en el mostrador, con cinco galeones como propina.

***

Estaba frente al edificio, respiré profundo y encogí mi maleta, para luego meterla en mi bolsillo. Toque la campana y la pequeña y maltrecha puerta se abrió, revelando a Tom, vestido en un elegante pijama negro. Merlín, ¿Cómo hacía para verse así en pijama? Sacudí la cabeza y el sonrió

— Bienvenido a mi humilde morada —se burló, haciéndome reír.

Lo acompañe escaleras arriba, en lo que pasamos por una bonita cocina de madera oscura y sillas de lo que parecía un vidrio blanco, que seguro venia equipado con algún encantamiento para que no se rompieran. Giré a cabeza y vi que del otro lado estaba la sala, con un hermoso sillón negro en forma de L, cerca del cual había una estantería repleta de libros y una chimenea.

Avanzamos hasta el final donde había una escalera caracol de metal, por la cual subimos hasta los dormitorios. Había tres puertas arriba. Una era el dormitorio de Tom, del medio era el baño, y la última era la de huéspedes, que era donde me iba a quedar yo.

***

Cuando hube desempacado, Tom me dijo que me tome la libertad de recorrer el lugar mientras ponía a cocinar algo. Y eso fue justo lo que hice, solo que fui directo a la estantería, de la cual tome un libro aleatorio "El retrato de Dorian Gray" había odio hablar de este libro, pero jamás lo había leído, a su lado estaba "El fantasma de Canterville" ambos libros de Wilde.

— ¿Encontraste algo que te guste? —me sobresalte al oír la voz de Tom en mi espalda, porque pensé que estaba en la cocina, y pese al silencio, no lo había oído acercarse. Me voltee y el hablo —El suelo tiene un encantamiento silenciador, por si te lo preguntabas —dijo burlonamente, y yo sonreí

— De hecho, estos dos me han llamado la atención —explique, mostrando ambos libros, el hizo una mueca, pero no dijo nada por un rato

— El de Dorian Gray cuenta la historia de un muchacho ambicioso que quería ser joven para siempre, y su deseo de alguna forma se cumplió... jugándole en contra —abrí los ojos con incredulidad, ese libro debía ser asombroso— Por otro lado, el de Canterville trata del alma en pena de un hombre, que ha vivido trescientos años... y el resto lo averiguaras cuando lo leas —susurro, dándome escalofríos.

— Suenan interesantes, si no te molesta, los empezare a leer ahora —Tom asintió, volviéndose hacia la cocina, por lo que yo me instale en el sillón, mientras comenzaba con el de Dorian Gray

Mientras cenábamos, le agradecí a Tom por haberme permitido quedarme aquí hasta que Hogwarts comenzara, el me había dicho que no había problema, pero me pidió que le diera detalles de lo que había sucedido con Marge, por lo que le conté porque había reaccionado como lo había hecho, y él se había limitado a escuchar y asentir mientras yo hablaba.

Luego le conté un poco más sobre mi vida con aquellos monstruos muggles, y el mantuvo el ceño fruncido mientras le hablaba de ellos. 








Perdón por el capitulo corto 

Casi inexistente (𝙩𝙤𝙢𝙖𝙧𝙧𝙮)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora