Casi inexistente (𝙩𝙤𝙢𝙖𝙧𝙧𝙮)

Cumpleaños

31 de Julio de 1991

Estaba sentado en mi nueva habitación, había amenazado a mis tíos con mi varita para que me dieran la segunda habitación de mi primo, la cual, el no usaba, solo la tenía para guardar juguetes viejos, por suerte, en menos de una semana la tuve impecable, claro que yo mismo me compre mis cosas nuevas, como mi cama, una de dos plazas con un juego de sabanas y cobertores negros, ya que la anterior era pequeña, y estaba rota, ni modo que durmiese ahí, también me deshice del armario viejo y mohoso, reemplazándolo por uno de ébano, dos veces más grande y con un obvio hechizo de explicación y protección, el cual vino con un escritorio de ébano a juego, el cual a su vez venía con una silla de vidrio hermosa. También cambie el feo y húmedo empapelado verdoso, en su lugar puse uno gris, a juego con la alfombra del suelo. Y en una esquina compre una especie de soporte para mi lechuza, el cual estaba al lado de una biblioteca donde estaban mis libros... Y obvio había puesto dos cerraduras a la puerta, una muggle y la otra mágica, solo por si acaso.

El reloj de mi mesita dio las ocho a.m. por lo que, tranquilo, me vestí, usando unos jeans negros desgastados y una remera de Queen, baje desclaso hasta la cocina, donde puse a hervir el agua para hacer té mientras tomaba las tostadas para ponerles mermelada.

Luego de que el desayuno estuviese listo, y solo porque estaba de buen humor, le deje a mi tía el agua caliente y a mi tío un café ya preparado, el cual probablemente echarían a la basura... Pero ahora mismo no me importaba, ellos se habían ido temprano porque Vernon tenía una conferencia en el centro, Petunia un evento cerca de ahí y Duddley aprovecharía para ir a lo de algún amiguito, lo que significaba que tenía la casa sola hasta las diez de la noche, ideal, poder estar tranquilo y solo en mi cumpleaños... Me dirigí a la sala de estar y pose en el tocadiscos de mi tío, ese que no me dejaba tocar jamás, en ese puse los discos de Queen, y me puse a bailar, mientras escuchaba la música

Ooh, ooh, can you feel my love heat?

Come on and sit on my hot-seat of love

And tell me how do you feel right after all

La voz de Freddie Mercury retumbaba en la sala mientras yo cantaba y bailaba riendo, después de todo, solo se cumplen once años una vez... Y estaba por cambiar el disco cuando escuche golpes en la puerta, empuñe la varita y baje el volumen del tocadiscos mientras me dirigía a la puerta para abrirla, encontrándome con nada más y nada menos que los Malfoy, vestidos de trajes impecables y sosteniendo una bolsa cada uno, sentí mis mejilla enrojecerse al recordar cómo estaba vestido.

— Buenos días Harry— saludo ella sonriendo

— Buenos días, a todos, pasen— me hice a un lado para permitirles el ingreso y cerrar la puerta detrás de ellos, mientras agradecía mentalmente que la casa estuviese ordenada y limpia, los guie hasta la sala, donde luego les lleve un juego de té.

— Pensé que estarían los demás— dijo Cissy apoyando la bolsa en la mesa ratona mientras tomaba su té con una sonrisa

— No, ellos se fueron al centro de Londres, temprano en la mañana— explique aun algo aturdido por su aparición repentina.

— Debimos haber enviado una lechuza, lamento que te hayamos sorprendido así— se disculpó Narcissa ojeando las decoraciones de la sala.

— Oh, bueno, debo admitir que pues... como verán no esperaba visitas, pero no es un problema, después de todo, siempre serán bienvenidos— asegure con una sonrisa, pero luego noté lo inusual del silencio prolongado de Draco...

— Tan dulce que eres, pero de todos modos creo que sabes cual es el motivo de nuestra visita— ella era la única que hablaba, ni Lucius ni Draco habían dicho nada hasta ahora, y comenzaba a sospechar que ella los hubiese hechizado... o que ellos no fuesen ellos...

— Antes que nada ¿Puedo hacerles una pregunta?— pedí y ella asintió —¿Cómo es que yo la había saludado en Diagon la primera vez que la vi?- interrogue, acercado mi mano disimuladamente a mi varita, pero para mí consternación ella sonrió

— Besaste el dorso de mi mano, cielo, se lo que estás pensando, y tuve que obligarlos a guardar silencio o lo iban a arruinar— explico dedicándoles una mirada fulminante a Draco y Lucius

— Por tu cumpleaños— chilló mi amigo ganándose un golpecito en la nuca por parte de su madre

— ¡Draco Lucius Malfoy! — regaño ella haciéndolo sonrojar, y haciéndome sonreir

— Bien bien, como mi hijo ya dijo, estamos aquí por tu cumpleaños Harry, queremos darte estos— explico tendiéndome las tres bolsas negras, yo sonreí y me senté para abrir cada regalo, el primero fue el de Lucius

— ¡Un reloj! Es hermoso— le agradecí y lo vi sonreír.

— No es solo un reloj, a simple vista si lo es, pero si giras la perilla de plata del costado se vuelve una brújula mágica, murmuras un nombre y la brújula te indica en qué dirección esta esa persona, por lo que no apunta al norte, ten en cuenta que si la persona está muerta no aparecerá en la brújula— advirtió guiñándome el ojo, por lo que inmediatamente me lo puse en la muñeca derecha.

"Draco" susurre, y en donde "debería" ir el norte apareció el nombre de mi amigo en letras doradas y la brújula apunto a mi derecha, sonreí y pase al siguiente, el cual era un juego de cinco trajes combinables, cortesía de Draco, y Narcissa me había regalado una colonia y unas fotos, de mi padre, mi madre y su grupo de amigos de Hogwarts, lo cual me emociono.

— Yo... tuve mis problema con tu padre... muchos, demasiados, pero aun así no nos llevábamos mal, el me salvo varias veces de ser atrapada haciendo algunas cosas en la escuela, después de todo, yo si comprendía a mi querido primo— dijo con melancolía, Lucius puso su mano en su muslo y ella sonrió débilmente.

— Harry, podemos vernos en Kings Cross, sabes, el primero de septiembre para que Draco y tu pasen a la plataforma 9 ¾ puede ser aterrador, o, podríamos simplemente aparecernos dentro de ella, para evitar a los muggles—dijo con cierto disgusto en su voz

— Me sentiría muy honrado de que me dejaran viajar con ustedes— acepte con una sonrisa