Una extraña aparición

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29 de diciembre

Cuando me levante me dolía la cabeza incluso habiendo pasado cuatro días había viajado demasiado por flu en un solo día y mi cuerpo me estaba pasando factura, además con todo el ajetreo había comido muy poco, por lo que con pijama y todo, baje pedir algo.

Pero grande fue mi sorpresa cuando el dueño del negocio estaba hablando con alguien que conocía muy bien

— ¿Tom? —el aludido se volteó, y se me quedo viendo como si no creyera que me estaba viendo. Aunque el verdadero sorprendido era yo. ¿Qué hacia el aquí? ¿Por qué no había respondido mis cartas? ¿Me estaba ignorando? ¿Iba a despedirse? ¿Se había olvidado de mí? ¿Me había reemplazado? Tenía tantas preguntas en la mente, pero decidi que lo mejor era llevar a Tom a mi habitación y preguntarle las cosas con calma estando solos.

El saludo al hombre con el que estaba hablando y se acercó a mí.

— Harry, ¿Cómo vas? —pregunto con aire ausente, a lo que fruncí el ceño, la gente nos estaba observando.

— Vamos a mi habitación —demandé, y subí las escaleras con e detrás de mí, y cuando llegamos cerré la puerta detrás de mí con más fuerza de la necesaria, cosa que llamo la atención de Tom.

No podía creerlo.

— ¿Qué sucede? —pregunto sentándose con elegancia sobre el escritorio

— ¿Cómo que sucede? ¡Eres estúpido!

— Woa, no me hables así —lo interrumpí

— ¿Qué no te hable así? No contestas ni una de mis cartas y tienes el descaro de aparecer aquí ¿Qué te ocurre? —estaba furioso, no podía creer lo que estaba sucediendo...

— No, estas equivocado, yo respondí a cada una de tus cartas, y, lo que, es más, te envié algunas que no recibieron respuesta alguna —seguro me estaba mintiendo— no lo sé Harry, esto me huele a gato encerrado, no puede ser que hayamos estado incomunicados cuando ambos enviamos cartas... —me detuve a pensar, y de hecho podía ser, después de todo nada me garantizaba que el correo no fuera intervenido o revisado...

— La pregunta es, ¿Cómo puedo saber que realmente enviaste las cartas? —el me miro con una media sonrisa y saco un sobre de su bolsillo derecho.

— Porque hago copias de todas las cartas que envió, y porque tengo defensas en mi hogar, por tanto, cuando algo llega, soy advertido —le arrebate el sobre de las manos y revise las fechas, coincidían con el periodo en el que yo le mandaba cartas, sin embargo, no las leí, decidi que lo haría cuando estuviese solo.

Luego de conversar un poco más sobre trivialidades, me dijo que por haber usado su nombre de pila el director podría haber incautado las cartas y que, si las seguía enviando, probablemente me llamarían a su oficina a conversar, por lo que acordamos que ahí diría que es un amigo muggle del vecindario de los Dursley, después de todo, si había un niño con ese nombre en aquel lugar infernal, solo que no éramos amigos

Tom me dijo que volvería a donde estaba, y que era bienvenido si así lo deseaba, me dejo la dirección escrita en un pedazo de pergamino, y cuando la vi noté que era diferente a la de la última vez... Mire las cartas y noté que estaban en orden cronológico, por lo que tome la primera de la pila.

05 de agosto de 1993

Harry, me preocupa que algo este sucediendo, tengo un mal presentimiento y jamás me había pasado algo así, esto de tener un presentimiento que me preocupe de alguna forma, pero no hablemos de mí.

No puedo creer lo que me contaste de la mujer muggle, no puedo creer que hayas sido capaz de inflarla sin varita, digo, la magia accidental es normal en niños, pero tú ya eres un adolescente, no debería pasarte eso, a menos que te estes restringiendo a ti mismo... no deberías hacer eso, debes dejar que tu magia fluya libremente, debes sentir ese cosquilleo, así eso implique romper un par de cristales, porque eso significa que eres un mago poderoso.

Casi inexistente (𝙩𝙤𝙢𝙖𝙧𝙧𝙮)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora