El lugar de Tom

714 91 10
                                    

30 de diciembre de 1993

Me levante tarde, casi cerca de las 12, cosa que nunca me pasaba, pero luego recordé que había estado hasta tarde leyendo a las cartas de Tom, por lo que tenía sentido que me hubiera levantado tan tarde.

Pensé en ir a la dirección que Tom me había dejado, después de todo, debía actualizarlo en cuanto a la situación de Black, ya que, al trabajar en el ministerio, debía estar al tanto de la situación el prófugo, o bueno, ex prófugo debería decir, ya que la foto de Black en los diarios ya había salido.

Me aliste con un pantalón de jean negro, una camisa blanca suelta y un suéter azul oscuro, nada muy formal, pero tampoco muy relajado, después de todo, desconocía el estado de mi relación con Tom ¿éramos amigos? ¿mejores amigos? ¿íntimos amigos? ¿conocidos de cartas? Tampoco quería dar por hecho nuestra relación. Fue por eso que le envié una carta antes de ir, preguntando si podía ir en un rato, y cuando el contesto que sí, que podía ir cuando quisiese, asumí que éramos buenos amigos. Eso me hizo sentir bien. Amigos. Mi amigo.

Con el papel en la mano me dirigí hacia la dirección.

No me fue difícil llegar, era uno de los edificios de la tercera calle, y si bien no estaba muy alejada de Diagon Alley, los lugares estaban bastante oscuros a este punto, y la gente me observaba demasiado, lo suficiente como para generarme incomodidad, por lo que toque la puerta no desesperado, si no con la esperanza de que me abrieran rápido. Y así fue.

Tom me abrió la puerta enfundado en un hermoso traje negro. ¿Por qué estaba vestido formal? ¿había que venir formal? ¿Por qué no me aviso? Me sentí tan fuera de lugar y el pareció notarlo...

— No te preocupes, es que tuve unos asuntos que resolver antes, no era necesaria la formalidad, solo olvide cambiarme —me aclaro, a lo que asentí.

El me tomo del hombro, y viendo que tenía frio me llevo adentro, cerrando la puerta detrás de mí.

Lo primero que vi fue una enorme sala de estar en tonalidades marrones, repleta de estanterías las cuales a su vez estaban repletas de libros. Del altisimo techo colgaba un hermoso candelabro adornado con hermosos cristales

— Son ojos de tigre —explico Tom, dejándome horrorizado, sin embargo, él sonrió— no son ojos de un tigre literalmente, son cristales, así se llaman por el color que poseen, el cual es el mismo que los ojos del animal —yo asentí mientras avanzamos hacia otra sala. El lugar parecía la biblioteca, pequeño por fuera, grande por dentro, definitivamente más grande de lo que esperaba

— ¿Quieres dejar tu abrigo? —cuestiono y al no ver ningún perchero, ladee levemente la cabeza— Pinky —un elfo domestico apareció frente a mi dejándome sin palabras. Los elfos no eran algo barato de adquirir, lo que significaba que Tom realmente tenía dinero... Asentí y le di mi abrigo al elfo, el cual desapareció con un pequeño estallido

Seguimos avanzando hasta lo que pareció ser una cocina/comedor con un hermoso tapiz marrón oscuro y una mesa de vidrio con sillas a juego. Demasiada elegancia para alguien que vive solo, pensé. Pero luego recordé...

— ¿Recuerdas que te dije que quería que conocieras a alguien? —pregunto, deteniéndose frente a una puerta blanca... De repente sentí un pequeño vacío en mi estómago, como si tuviese nauseas. Pero asentí, preparándome para conocer a su novia

El abrió la puerta y vi una habitación vacía, le di una mirada rápida y vi otra puerta, quizás ella estaba en el baño...

— Nix —llamó— puedo verte —un pequeño animalejo apareció frente a nosotros, una especie de pequeño zorro blanco— ella es Nix, mi mascota, la adquirí hace poco gracias a un amigo que la encontró en el bosque herida, es un zorco, una especie mágica bastante común en lugares nevados, cuyas gayas tienen un veneno mortal— me explico, a lo que admiré a la criatura y comencé a reír

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 09, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Casi inexistente (𝙩𝙤𝙢𝙖𝙧𝙧𝙮)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora